Desyfin empeoró su situación financiera al registrar una pérdida, acumulada de enero a agosto, por ¢21.968 millones. El aumento en el deterioro de la financiera ocurrió por una desmejora en la cartera crediticia.
Así se desprende de la información publicada por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), en la cual se evidencia un incremento en el saldo de préstamos con atraso en el pago por parte de los deudores.
Para cubrir la morosidad crediticia, los encargados de la intervención, dirigida por Marianne Kött Salas, utilizaron el patrimonio de la entidad, el cual se consumió en su totalidad y quedó en negativo. El saldo a agosto cerró en -¢6.411 millones, según los datos publicados por la Superintendencia.
El patrimonio de la entidad estaba constituido por los aportes de capital de los socios y utilidades sin distribuir.
El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) dispuso, el 13 de agosto, la intervención de Desyfin por 30 días hábiles a raíz de la deficiente administración de los préstamos de la entidad y al considerar que ocultaba información a la Sugef. El periodo se extendió un mes adicional.
LEA MÁS: Desyfin aceleró captación de dinero del público y pagó deuda a bancos previo a intervención
La ampliación del plazo se aprobó precisamente con el fin de disponer de información financiera actualizada al cierre de agosto pues de momento se manejan datos preliminares. Además, la Interventoría indicó que requería más tiempo para convocar a una asamblea de accionistas para la presentación de un plan de regularización de la entidad que pretende subsanar las irregularidades que sustentaron la intervención.
Mediante un comunicado de prensa este lunes, se informó que la Interventoría convocará para el viernes 27 de setiembre a una Asamblea de Accionistas para la presentación de un plan de regularización de la entidad financiera, el cual debe subsanar todas las irregularidades identificadas.
Desyfin hizo público, el viernes 6 de setiembre, un plan de regularización entregado al Conassif, a la interventora Marianne Kött y a la Sugef. En esta propuesta se comprometió a capitalizar la empresa, principalmente por medio de la inyección de $30 millones por parte de un nuevo socio de un grupo financiero internacional. Además, plantea cambios en la alta administración y en procesos internos con el fin de fortalecer su estructura operativa.
La Nación consultó a la Interventoría si la pérdida del periodo y consumirse el patrimonio hacen que Desyfin sea aún una entidad viable y si se tomó alguna decisión sobre la propuesta de la presentada por los socios para capitalizarla.
“La inviabilidad o no de la entidad, se determinará cuando finalice el periodo de intervención, el cual se extendió hasta el 13 de octubre”, respondió el órgano dirigido por Marianne Kött.
Desmejora del negocio
El resultado a agosto pasado muestra que el saldo de la cartera de crédito al día en pago fue de ¢82.762 millones. Sin embargo, en julio el monto era de ¢117.293 millones.
En tanto, los préstamos vencidos, es decir, aquellos con retraso en el pago, registraron un saldo de ¢29.836 millones en el octavo mes de este año. Mientras que en julio fue de ¢9.818 millones, según la información publicada en el sitio de la Sugef.
Adicionalmente, hubo un aumento relevante en los procesos de cobro judicial de Desyfin, pues en julio había reportado un saldo de ¢1.242 millones, pero para agosto —una vez decretada la intervención— subió a ¢11.935 millones.
LEA MÁS: ¿Quiénes son los dueños de Desyfin? Destacan sociedades familiares y un fondo de inversión
Pese al mayor deterioro en el pago de una porción de los créditos otorgados, hay un grupo de clientes que cumplen con el pago de sus obligaciones.
En los primeros ocho meses del 2024, la entidad registró ingresos por pagos de créditos por ¢10.215 millones, lo cual significó de ¢1.000 millones respecto al saldo de ¢9.124 millones
Del lado del gasto, el deterioro por préstamos malos fue la cuenta con mayor incremento. En los ocho meses del 2024, esta partida ascendió a ¢16.898 millones. Sin embargo, previo a la intervención ordenada por el Conassif el monto era de ¢2.741 millones, según la información publicada en la web de la Superintendencia.
Otro de los rubros relevantes de egresos fue el de pago al personal. Entre enero y agosto pasado la financiera hizo gastos por ¢3.139 millones.