José Luis Arce Durán, economista y director de Análisis y Estrategia en la firma CFS Capital, calificó como “preocupante” las posiciones asumidas por el gobierno y los diputados de oposición en torno al deterioro de las finanzas públicas.
“A mí me preocupa sobremanera que, tanto en el Ejecutivo como en la oposición, haya total indolencia en relación con el tema fiscal. El ajuste fiscal está a medio camino; hay temas de transparencia que implicarían que el tamaño del ajuste sea mucho mayor, y ni el Ejecutivo ni la oposición están discutiendo nada serio en materia de impuestos y de gasto. De hecho, los recortes presupuestarios se están haciendo sin cuidado y eso pasará factura social, económica y política”, dijo Arce.
Según un informe del Ministerio de Hacienda con corte a agosto, las cifras fiscales muestran un deterioro. El déficit fiscal subiría a un 3,7% del producto interno bruto (PIB) para finales del año, producto de mayores gastos e intereses de la deuda, mientras la recaudación de impuestos se desacelera.
José Luis Arce agregó que, aunque las cifras fiscales señalan que la deuda pública ronda el 60% del PIB, la cifra alcanzaría el 70% si se incluye la obligación con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
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“Los riesgos fiscales son muy altos, nuevamente por la falta de diálogo político y de propuestas sólidas”, comentó.
Arce no es el único economista preocupado por el retroceso fiscal. Daniel Ortiz, director de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), también advirtió de que el alto pago de intereses por deuda adquirida en los últimos años representa una carga significativa sobre los ingresos tributarios.
Ambos coinciden en que el debilitamiento de los ingresos del impuesto sobre la renta, debido a la baja en el tipo de cambio, y la reducción en el impuesto a la propiedad de vehículos, contribuyó al deterioro de las cifras.
Arce mencionó que también existe una caída en los ingresos no tributarios debido a un “efecto rebote”, causado por fenómenos que se presentaron en el 2021 y el 2022 y que no se repetirán. Además, indicó que los ingresos del gobierno muestran dos trimestres de crecimiento interanual, aunque advirtió de que esta recuperación no se acelerará significativamente, sino que se mantendría estable o podría disminuir levemente como porcentaje del PIB.
“Otro elemento que preocupa es que estamos en un mundo con tasas de interés reales más altas. Eso significa que la dinámica de la deuda y la consolidación fiscal es ahora más difícil” destacó.
Decisiones políticas influyeron
Daniel Ortiz destacó que decisiones políticas han afectado negativamente el balance financiero del gobierno, ya sea reduciendo la recaudación de impuestos o aumentando el gasto. Por ejemplo, mencionó que la segunda colocación de eurobonos en 2023 resultó muy costosa para el país, incrementando considerablemente el pago de intereses.
La Asamblea Legislativa ha aprobado proyectos que disminuyen la carga tributaria, reduciendo así los ingresos del gobierno. Un ejemplo de esto es la rebaja del marchamo, que según Hacienda, representó ¢68.000 millones menos para el Ejecutivo. La reforma a las rentas extraterritoriales, que se aprobó para sacar a Costa Rica de la lista gris de la Unión Europea, también redujo ingresos en ¢9.000 millones. Además, se han aprobado proyectos que reducen el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en artículos específicos, como el bloqueador solar.
En esa vía, ha impulsado otras iniciativas aún no convertidas en ley. Por ejemplo, plenario aprobó en primer debate una reducción del impuesto de renta para trabajadores independientes, enviada luego a la Sala Constitucional. Otro proyecto busca devolver el IVA a hogares en pobreza que compren útiles escolares, aprobado en primer debate y pendiente de segundo.
En tanto, el Ejecutivo incrementó el gasto en otros rubros, como las remuneraciones y las transferencias corrientes a otras instituciones del Estado. Por ejemplo, la partida de remuneraciones aumentó en ¢111.434 millones en agosto de 2024, en comparación con el mismo periodo de 2023. Esto se debe al pago retroactivo de aumentos salariales congelados desde 2020, efectuado entre marzo y abril.
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