El 2020 cerrará como el mejor año para el bitcóin, la criptomoneda más popular del mundo que lleva ya más de una década de revolucionar los pagos electrónicos.
Después de empezar el año con un valor de aproximadamente $7.000 por bitcóin, en noviembre su cotización llegó a colocarse en torno a los $18.000, pero fue a mediados de diciembre que batió todos los récords: alcanzó $20.440, según informó Forbes.
Para el 23 y 24 de diciembre, el precio de la criptomoneda más popular rondaba los $23.000 por unidad.
Este aumento responde a un mayor interés por parte de instituciones financieras e inversionistas y una forma de evadir la inflación a la que están sujetas las monedas convencionales como el dólar.
“Una de las principales razones es que particularmente en este año hemos visto un gran flujo entrante de inversionistas institucionales (...). Muchos están viendo una potencial alternativa para resguardar valor”, explicó Daniel Rojas, de la Asociación Blockchain Costa Rica.
Esa búsqueda ocurre mientras hay incertidumbre del valor que pueda perder el dólar frente a las tensiones con China, por ejemplo.
Sin embargo, a pesar de ese creciente valor e interés en la criptomoneda a nivel internacional, en Costa Rica sigue sin tener grandes avances como método de pago, pese a que los intentos por popularizar su adopción vienen desde hace algunos años.
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Cotización del bitcóin
FUENTE: COINDESK || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
La incursión en Costa Rica
En el 2017 se colocó el primer y único cajero de bitcóin en el país, administrado por la empresa Edenia, integrante de la Asociación Blockchain.
El cajero se encuentra ubicado –irónicamente– frente al Banco Central, en San José.
Por medio de esta unidad se pueden adquirir bitcóin, pero se solicitan algunos datos de la persona, especialmente si son montos altos, para tener más seguridad y confianza.
“A pesar de que no está regulado, queremos educar a la gente en que existe esta alternativa de dinero digital descentralizado y que estamos aquí para quedarnos, pero tampoco estamos ocultándonos”, aseguró Rojas.
Justamente la Asociación Blockchain, constituida desde el 2018, nació con el fin de educar sobre el uso de criptomonedas. Se trata de un conglomerado de empresas y personas que participan en este negocio.
Afirman que son conscientes de que hay casos de especulación, por lo que también advierten a la gente de tener cuidado de la persona a la que se le compra.
La compra y venta entre particulares ocurre frecuentemente, especialmente con contactos a través de plataformas de mensajería, y el precio se pacta, pero se toman como referencia valores que publican casas de cambio internacionales.
Por otra parte, el número de comercios que aceptan bitcóin como forma de pago ha crecido, pero sigue siendo reducido.
Según el sitio coimmap.org, que muestra una lista geolocalizada de lugares que aceptan bitcóin en el ámbito mundial, en Costa Rica solo 47 establecimientos lo reciben.
Uno de ellos es la empresa Kaizen, dedicada a la tecnología y la publicidad. Incursionaron en el bitcóin en agosto con su tienda virtual.
“Queríamos tener la opción porque hemos notado que ha aumentado la adopción del bitcóin en el país”, contó Oswaldo Navas, director de Operaciones de Kaizen.
Navas aseguró que el conocimiento del uso del bitcóin aún no es habitual y que las personas que lo han usado para pagar están dentro del ámbito de la tecnología.
El sistema que utiliza la empresa guía al consumidor en el proceso de pago y ofrece su propio tipo de cambio, por lo que la transacción como tal es sencilla para el usuario.
Navas agregó que el pago con bitcóin es casi como si fuera un pago en efectivo, en el sentido de que se evitan los cobros por datáfonos u otros costos de gestión cuando se usa una plataforma bancaria.
Una experiencia diferente tuvo la marca UVLine, uno de los primeros comercios en aceptar bitcóin en el país. En 2017 habilitaron este método de pago, pero luego de dos años lo descartaron, puesto que no recibieron ninguna transacción con la criptomoneda.
Advertencias
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) se ha referido en pocas ocasiones a las criptomonedas.
Aunque no es ilegal, en el 2017 el BCCR publicó un comunicado en el que advertía de los riesgos del uso de estos métodos.
“Toda persona que adquiera este tipo de activos digitales, ya sea como forma de ahorro o con el interés de usarlo como medio de pago, y aquellos que lo acepten con esa función en transacciones comerciales, también lo harán bajo su propia cuenta y riesgo”, señaló la institución en ese momento.
La Nación consultó al Banco si todavía mantienen dicha postura.
Mediante su oficina de prensa, el ente mencionó el comunicado de 2017, pero también adjuntó un estudio realizado en el 2019 donde hacen un análisis más profundo.
En el documento llamado “Criptoactivos: análisis e implicaciones desde la perspectiva del Banco Central de Costa Rica”, la institución explica la naturaleza de las criptomonedas y reitera su postura.
“Las criptomonedas, en origen, fueron creadas para ser un medio de pago digital que se parece al dinero en efectivo, pero no se deriva del respaldo de un emisor estatal”, se lee en el texto.
La volatilidad de su valor y la falta de respaldo son justamente las dos principales razones de recelo hacia las criptomonedas.
Para el representante de Blockchain, se trata de la misma confianza que se le da al valor de una acción o del dinero físico.
“En realidad, es simplemente el valor que un conjunto de personas le den a algo”, aseveró Rojas.
Desde Blockchain insisten en la importancia de diferenciar las criptomonedas de los negocios o esquemas que las usan para otros fines.
Oswaldo Navas, de Kaizen, afirma que entiende este recelo de los gobiernos por el bitcóin, pero augura que a futuro se van a establecer más regulaciones, lo que indicaría el reconocimiento por parte de las autoridades financieras.