El mundo de las criptomonedas tuvo una importante sacudida la noche de este miércoles 14 de setiembre con la mutación de uno de sus principales valores, Ethereum, que se sometió a una actualización histórica que cambiará su forma de operar para reducir su voraz consumo de energía y que permitirá “democratizar sus transacciones”.
La fusión o también denominada “Ethereum Merge” es la actualización más grande de la historia para la segunda red blockchain más importante en el mundo, después del bitcóin. Aproximadamente, su capitalización equivale al 20% del mercado, lejos del 40% que representa la criptomoneda más cotizada.
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La actualización cambió la forma en la que se realizan las transacciones de los ether, la criptomoneda de Ethereum, que anteriormente requería de un proceso complejo de “minado”, una clase de método de inscripción y validación de las operaciones informáticas que consume mucha energía y necesita de potentes ordenadores.
Ahora, con la operación realizada la noche del miércoles se reemplazó el viejo método por uno más amigable con el ambiente, que, según la compañía, reduciría el consumo de energía en un -99,95%, al habilitar la posibilidad de llevar a cabo las transacciones con ordenadores menos potentes.
Para poner en perspectiva el consumo de energía que necesitaba el viejo método, las propias estimaciones realizadas por Ethereum indican que se gastan 112 Tera watts hora cada año en el minado, es decir, más energía que la que consumen algunos países.
En Costa Rica, el minado no ha llegado a grandes dimensiones, aunque hay algunas personas y compañías que han demostrado interés en esa práctica. Otto Mora, miembro de AsoBlockchain Costa Rica, aseguró que la mayoría de esfuerzos están orientados a la minería de bitcóin, por lo que el cambio no tendrá mucho impacto a nivel local.
En eso coincide Douglas Montero, analista internacional y propietario de Aurora Blockchain, quien no ve ningún cambio a nivel nacional en relación con la adopción del nuevo método, que ya se utiliza en otras criptomonedas como solana o cardano.
Nueva forma de minar
Las criptomonedas funcionan mediante una cadena de bloques autónoma y descentralizada, por lo que no existe una institución que supervise las transacciones que se realizan por medio de las plataformas. La única forma de garantizar los intercambios es con un mecanismo de consenso, justamente ahí es adonde se realizó el histórico cambio.
Ethereum, lanzado en el 2015, utilizaba desde entonces el método proof of work (prueba de trabajo, en español), que necesita el uso de todas las computadoras de la red blockchain para poder descifrar la transacción y así certificar que la inscripción ha sido “minada”.
Sin embargo, en el proceso solamente una de las computadoras es la que llega primero a descifrar la transacción, mientras las demás se encargan de legitimarla. Posteriormente, esa transacción se agrega a la “cadena de bloques”, en la que se añade un nuevo registro.
En ese método, el primer minero en descifrar la transacción es recompensado con un porcentaje de la criptomoneda, en este caso, ethers, pues este mecanismo de consenso también es utilizado para los intercambios de bitcóin, que requieren de equipo tecnológico aún más especializado.
La compañía alega que el cambio responde a una mayor apertura en el sistema, ya que bajo el método de proof of work los mineros se han dedicado a invertir en más y mejores equipos, que consumen cantidades cada vez más importantes de energía, para tener más probabilidades de éxito que sus competidores.
Con el cambio, Ethereum pasó al método PoS (proof of stake, o prueba de participación, en español), en el cual se recompensa a los que participan financieramente en la cadena de bloques. Según la compañía, el PoS utiliza validadores en vez de mineros, que realizan la misma función, pero bajo un método distinto.
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Bajo el PoS, los validadores dan una “prueba de participación”, es decir, una cantidad de la criptomoneda, que certifica que no se comportarán de manera fraudulenta. En su sitio web, Ethereum especifica que, si se da un comportamiento extraño, el validador perderá sus criptoactivos.
Montero explicó que el proceso de selección para las operaciones será por medio de un sorteo algorítmico, que premia a los validadores que tengan un mayor “depósito” o garantía del criptoactivo, pues son los que ponen más en juego si no logran completar algún intercambio. Aunque eso no significa que los que pongan menos se queden fuera de las transacciones.
“Quien comprometa más criptomonedas, va a tener una posibilidad mayor de ser elegido para recibir los beneficios. La ventaja que tiene el proof of stake es que si usted hace las cosas bien, recibe ingresos. Si las hace mal le quitan eso que usted depositó y entonces eso, de alguna forma, lo vuelve un juego más transparente”, aseveró Montero.
La apuesta de Ethereum hacia un sistema más democrático y participativo, y por definición, más ecológico, no solo pone en juego la credibilidad del mundo de las criptomonedas, sino también una enorme cantidad de dinero, en un mercado que mueve miles de millones de dólares al año.
“La transición al proof of stake va a hacer mucho más democrático el proceso de minado, porque ya ahora no depende de la capacidad de procesamiento de la computadora para recibir o no incentivos por participar en la red una vez que todo el proceso se complete”, explicó Rojas.
Por su parte, Montero también mencionó que el cambio supone una oportunidad para las personas que quieran ingresar al mundo de las criptomonedas. “Más gente va a poder minar, porque antes se necesitaba una supermáquina, ahora ya no se necesita, porque ya no es una cuestión de quién sea el más rápido, sino que se da una garantía o un depósito para definir la transacción”, explicó.
Encrucijada
Pese a que el cambio supone un visible ahorro energético y, por ende, un menor impacto ambiental, los mineros enfrentan una encrucijada, debido a que la inversión hecha en equipo de computo resultó excesiva pues los requerimientos para echar a andar el nuevo método son mucho menores.
Bajo ese panorama, con la fusión anunciada por Ethereum deberán afrontar las consecuencias, tras la compra de costosos equipos de cómputo para trabajar bajo el método anterior. Una de las alternativas sería redirigir sus esfuerzos a minar otra criptomoneda.
“Las personas que estaban enfocadas en eso (Ethereum), van a tener que reutilizar sus equipos para alguna otra red que sea proof of work, como bitcóin o alguna otra. Si ya tenían el equipo, lo pueden redirigir a bitcóin y sacarle alguna utilidad de esa manera”, afirmó Mora.
Sin embargo, Montero consideró que ese cambio puede llegar a ser complejo, porque los requerimientos energéticos para concretar esas transacciones son aún mayores que los de Ethereum. “La gente que hizo la inversión, ya la hizo, porque de moverse a otra moneda tendría que ser bitcóin, pero no lo veo factible porque ese mercado está dominado por grandes granjas de minado, sobre todo si son mineros individuales”, mencionó.
Tanto Mora como Montero ven poco probable un escenario en el que el bitcóin migre al método adoptado por la plataforma y otras criptomonedas. Hasta el martes 13 de setiembre el ether se cotizaba en torno a $1.700 la unidad, es una de las criptomonedas más estables, sin embargo, desde la noches de ese día y hasta el momento ha sufrido una fuerte caída, y pasadas las 8:00 a. m. su precio ronda los $1.536 la unidad.