A principios de diciembre del 2022, el presidente de la República Rodrigo Chaves, firmó la ley que autoriza al Gobierno a colocar $5.000 millones en eurobonos, durante los próximos tres años. Dos meses y medio más tarde, con el anuncio de los nombres de los dos bancos internacionales que llevarán parte de esta emisión a los inversionistas, el día de la subasta está cada vez más cerca.
Distintos economistas y especialistas bursátiles consultados por La Nación, evaluaron la coyuntura financiera mundial, la eventual demanda que encontrarán estos instrumentos y si existe un momento idóneo para ofertarlos. En síntesis, aunque es difícil hablar de una situación óptima, los eurobonos llegan en un momento de tasas de interés altas, pero con las finanzas del Gobierno en una mejor posición.
La legislación aprobada permite al Gobierno colocar $1.500 millones en los primeros seis meses del 2023 y otros $1.500 millones en la segunda parte de este año; otros $1.000 millones, en el 2024; y $1.000 millones, en el 2025.
El 10 de febrero reciente, el Ministerio de Hacienda anunció las dos entidades financieras que colocarán los primeros $1.500 millones en el mercado de valores internacional: el español Santander y el estadounidense JP Morgan.
Así ha avanzado el procedimiento. Pero, ¿encontrarán los eurobonos compradores en el actual contexto?
Para el economista Fernando Naranjo, “apetito (por adquirirlos) siempre hay”, pero aclaró que ello dependerá del precio de venta.
“No es el mejor momento, el ministro (Nogui) Acosta lo comentó. Habría que ver ahora que ya escogieron a los dos bancos que van a asesorar al Gobierno en la colocación de esta primera emisión de bonos internacionales, hay que escoger el momento oportuno”, señala.
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Su colega, el economista Ronulfo Jimenez, cree que el momento perfecto nunca existe pero considera que hay aspectos que pueden ayudar, uno de ellos es la mejora de la economía estadounidense entre finales del 2022 a febrero, pues hay mejor expectativa que se logre un aterrizaje suave y con ello que la política monetaria de la Reserva Federal, no tenga que ser tan fuerte.
“Internamente la situación fiscal está muchísimo mejor que años anteriores, por lo tanto es una buena carta de presentación que tiene el país”, asevera Jiménez.
Para Adriana Rodríguez, gerente general de Acobo Puesto de Bolsa, Costa Rica en particular es un emisor con muy buena acogida por parte del mercado, en comparación con sus similares. “Tenemos menos oferta de bonos en el mercado internacional, esto ya genera cierta demanda”.
Indica que en estos momentos, para la actividad de emisión de bonos en particular, la perspectiva que hay sobre la industria de renta fija (bonos tasa fija) es bastante optimista.
“En la mayoría de grandes casas de inversiones, para este año, su principal apuesta es sobre los bonos en comparación al mercado accionario, eso hace que también calce dentro de la estrategia que se está manejando”, asegura.
Los eurobonos son bonos internacionales que, generalmente, están denominados en una moneda que no es nativa del país que los emite. Son colocaciones fuera de las fronteras de la nación emisora.
Aspiración versus realidad
Alejandro Solórzano, gerente general de la operadora costarricense de planes de pensiones complementarias, Vida Plena OPC, considera que es difícil responder si es el mejor momento para salir al mercado. “Encontrar el momento ideal y óptimo es casi que una aspiración más que una realidad”, señala.
Explica que esto se debe porque las condiciones en los mercados cambian mucho, por lo que siempre van a existir unas consideraciones que pueden con el tiempo mejorar o desmejorar.
“En concreto, en este momento hubiese sido más provechoso, creo yo, haberlo hecho antes, cuando las tasas de interés estaban a menores niveles”, agrega.
Mientras tanto, Daniel Ortiz, director ejecutivo de Consejeros Económicos y Financieros S. A. (Cefsa), plantea que en estos momentos es importante tener claro que Costa Rica está acudiendo a los mercados externos en un contexto en donde las tasas de interés están muy elevadas por la inflación, no solo localmente, sino también a nivel internacional.
Afirma que esta colocación de eurobonos se está dando en condiciones más favorables de las que uno hubiese previsto en octubre, sin embargo, no van a ser las condiciones más favorables en que se podrían hacer por el incremento de las tasas de interés que han efectuado los bancos centrales para enfrentar las expectativas inflacionarias.
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Por otro lado, Solórzano opina que definitivamente sí habrá interés en el mercado costarricense por adquirirlos. “Igual que en otras ocasiones, alguna porción de la emisión de eurobonos va a terminar siendo comprada por inversionistas institucionales costarricenses”, destaca.
Rodríguez, considera que el grueso de la inversión se va a dar en el mercado internacional. “A lo interno también pero por el monto (de la emisión), será absorbida por el mercado internacional, aunque siempre hay una buena demanda por el inversionista local ya sea físico o jurídico”.
¿Cuál será el rendimiento?
Otra duda que circula en el ambiente es cuánto será el porcentaje de rendimiento de los eurobonos que le corresponderá redimir al gobierno de Costa Rica. Los especialistas coinciden en un rango.
“Es muy difícil porque eso va a depender de qué va a pasar en las próximas semanas, con las tasas de interés internacionales. Depende mucho de los plazos que recomiendan los bancos internacionales. Obviamente, a más largo plazo, vamos a tener que pagar una tasa un poquito superior”, opina Naranjo.
Dice que “sería razonable” esperar alrededor de un 7%. “Esa es una cifra en que en las condiciones internacionales actuales en el mundo financiero y las condiciones de Costa Rica, es posible que el país coloque bonos alrededor de este 7%”.
En tanto Solórzano estima que en el escenario que la emisión sea a 10 años plazo, será alrededor de 400 a 450 puntos bases por encima de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, que en este caso son una referencia.
“Para calcularlo, se toman como referencia emisiones de deuda soberana de países con la misma calificación de riesgo similar a la costarricense, y se observa lo que el mercado está pidiendo a estos instrumentos”, comenta.
“Para las operadoras de pensiones que son exentas, hay instrumentos locales que se colocaron en el mercado que están pagando cerca de 8,20% y un bono del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años está en 3.75%, al sumarles los 400 puntos base se colocarían entre 7,75% y 8%”, agrega.
Por su parte, Rodríguez, comenta que las tasas en las que podría salir Costa Rica, no tienen porque distanciarse mucho de la curva sobre la cual se negocian los bonos de Costa Rica en el extranjero en este momento.
“El bono de Costa Rica al 2031 se está negociando con un rendimiento un poco inferior al 6,5% mientras que el del largo plazo está un poco por encima del 7%, “ya va a depender en qué punto de esta curva quiera salir el gobierno, si va a ser una emisión a 12 o 15 años, pues va a salir en medio de estos dos puntos, y si es a largo plazo, va a salir con un premio un poquito más alto sobre esos bonos”, asegura.
Para Ortiz, “en estos momentos pareciera ser que esa colocación de eurobonos se da en tasas cercanas al 7 por ciento, y cuidado un poquito más bajas sobretodo porque en Costa Rica se está percibiendo menos riesgoso en estos momentos”.
Prima de riesgo
Respecto a la prima de riesgo costarricense, Naranjo indica que ha mejorado un tanto la percepción. “Cuánto de esto se va a reflejar en tasas de interés, es difícil porque la calificación que tenga Costa Rica es uno de los elementos que tomarán en cuenta los bancos internacionales”, agrega.
Señala que hay otros elementos de naturaleza macroeconómica que no entran a la calificación del riesgo, refiriéndose a los elementos del tipo político.
Ortiz agrega que en este contexto de altas tasas, Costa Rica tiene un elemento que le está favoreciendo y es que su riesgo país medido por el EMBI es mucho menor que el promedio latinoamericano y en alguna medida, eso le está ayudando a compensar que acudir a los mercados internacionales no sea tan costoso como se había estado previendo.
El Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI por sus siglas en inglés) mide la diferencia en los rendimientos que se pagan en los bonos en dólares de los países latinos respecto a las emisiones del Tesoro de Estados Unidos, lo cual se conoce como spread. Además es una referencia para los países emisores de deuda externa para conocer si deberán pagar una mayor o menor tasa de interés a inversionistas, es decir, la prima de riesgo crediticio.
Solorzano, opina que la percepción de riesgo de Costa Rica ha venido mejorando a nivel internacional, sin embargo no se ha materializado hasta que se efectúe una próxima calificación, “si es que se revisa el grado de inversión de la deuda soberana costarricense con una mejor percepción de riesgo”.
Mientras que Rodríguez dijo sentirse, “optimista” porque el spread o riesgo país ha disminuido y considera que todavía le queda espacio para seguir mejorando. Su argumento es que la mejora de las finanzas públicas no es transitoria, sino que responde a cambios estructurales que se hicieron. Mencionó aquí la reforma fiscal, la regla fiscal y la factura electrónica, entre otras cosas.
El economista Naranjo lamenta que el país carezca de la calificación de riesgo de grado de inversión y cree que en la actualidad hay una percepción de que el país ha mejorado considerablemente en el manejo de la hacienda pública. Recuerda que las empresas calificadoras de riesgo lo que evalúan no es al país en general, sino a la capacidad que el gobierno tendrá para enfrentar el pago de sus deudas.
Actualmente, Costa Rica tiene la nota de riesgo “B” considerada como especulativa por parte de las agencias Moody’s, Fitch Ratings y S&P.
Colaboró el periodista Alejandro Durán.