Las entidades financieras cuentan con al menos cuatro “líneas de defensa" para gestionar los riesgos de su cartera de crédito y evitar malos manejos que puedan derivar en procesos como una intervención.
Javier Cascante, exjerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) y exsuperintendente de Pensiones, explicó que los bancos deben contar con una infraestructura sólida para gestionar e identificar los riesgos asociados a los créditos que otorgan.
En un webinar organizado por la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), Cascante señaló que existen cuatro líneas de defensa que las entidades deben aplicar para evitar problemas con la gestión de sus préstamos.
La exposición adquiere relevancia en momentos en que dos entidades supervisadas, Coopeservidores y Desyfin, fueron intervenidas este año, y actualmente se encuentran en etapas diferentes del proceso de resolución.
En ambos casos, la Sugef detectó inconsistencias en las carteras de crédito que incrementaron la mora, elevaron el riesgo de los deudores y obligaron a efectuar estimaciones millonarias, lo que provocó pérdidas y deterioros en la suficiencia patrimonial.
Para mitigar el riesgo de que este tipo de situaciones se repitan, la primera línea de defensa recae en los gestores de crédito de las entidades, quienes deben garantizar que otorgan los préstamos con la mejor información disponible y que estos se conceden a personas con capacidad de pago.
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Según Cascante, esta es la línea de defensa más importante. “El elemento del origen es fundamental en un crédito. Si nosotros damos crédito a la libre, no revisamos niveles de endeudamiento de las personas o antecedentes, es muy difícil que una persona con problemas pueda honrar sus obligaciones financieras", comentó.
Ahora bien, el exjerarca de Sugef enfatizó que es posible que el deudor se deteriore después de que una entidad haya otorgado el crédito. Por ejemplo, cuando la persona pierde su trabajo y, por lo tanto, se afecta su capacidad de pago.
Sin embargo, señaló que es responsabilidad de la primera línea de defensa, es decir, de los gestores de crédito, dar un seguimiento adecuado al comportamiento de los deudores.
La segunda línea de defensa son las direcciones de riesgos dentro de las entidades, que miden y definen modelos de riesgo. Estas deben generar información para los gestores y las juntas directivas, para verificar que los elementos que pueden afectar el balance de los bancos, cooperativas o financieras estén correctamente monitoreados, gestionados y administrados.
La tercera línea de defensa es la auditoría interna. “El auditor interno revisa, identifica hallazgos, observa situaciones que ocurren y emite informes”, manifestó Cascante, quien añadió que pueden alertar sobre debilidades en aspectos como la formalización de los créditos y la evaluación de garantías, entre otros.
Posteriormente, este economista afirmó que existe una cuarta línea de defensa, que es la auditoría externa y el supervisor. “Es un proceso escalonado, el auditor externo también revisa el negocio. Si el negocio más importante es el crédito, la auditoría externa o la entidad debería pedir que auditen el proceso de crédito", agregó.
En relación con el rol del supervisor, papel que en el caso de los bancos y grupos financieros lo desempeña Sugef, comentó que es el encargado de verificar que estos elementos estén funcionando y que se ejecutan las mejores prácticas de gestión de riesgo.
Añadió que el supervisor no está “permanentemente metido en una entidad financiera”, ya que los bancos tienen sus administradores, gerentes y juntas directivas, que fungen como los primeros responsables de que la entidad esté funcionando bien.
“Los problemas nacen cuando las líneas de defensa no están funcionando bien. Cuando hay impericia, riesgos asumidos no cuantificados, cuando no hay modelos adecuados de control interno o no tenemos juntas directivas que supervisen bien el funcionamiento, es ahí donde se presentan ese tipo cosas (como una intervención)“, afirmó.
El exjerarca de la Sugef también enfatizó que el gobierno corporativo es fundamental para el buen funcionamiento de las entidades financieras, para que sean solo los eventos extraordinarios, como la pandemia, los que puedan afectar su solvencia.
En relación con las intervenciones, señaló que la Sugef es la que determina cuándo hace la solicitud al Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) para dar inicio al proceso. Este último se encarga de ordenarlo.
Antes de este procedimiento de intervención, los supervisores ya han analizado el comportamiento de la entidad financiera para evitar llegar a ese punto, mediante una serie de acciones preventivas, apuntó.