El estado de cuenta del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP) y de los fondos voluntarios se convirtió, desde el año pasado, en un documento de consulta obligatoria por parte de trabajadores y jubilados.
La razón era muy relevante: los reportes mensuales evidenciaban cómo sus ahorros se reducían en miles o millones de colones a raíz de las pérdidas registradas en las inversiones.
El punto de inflexión llegó en setiembre del año pasado, cuando comenzó un proceso de recuperación en la rentabilidad de las inversiones y, en junio pasado, por fin se registraron números positivos en términos de variación interanual real, según los datos publicados por la Superintendencia de Pensiones (Supén).
Dicho resultado positivo obedece a factores como la baja en la inflación, las tasas de interés y el leve aumento en el tipo de cambio, pero es importante tener en cuenta que estas variables pueden cambiar en cualquier momento.
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Además, esta mejora no implica una recuperación inmediata del 100% de las pérdidas sufridas durante los últimos 13 meses. Entonces, ¿cuáles son las consecuencias personales de esta nueva coyuntura? La respuesta depende de si usted aún trabaja o es jubilado.
Reconozca el efecto
Para conocer el impacto que un afiliado percibirá por la mejora en la rentabilidad de sus inversiones es necesario volver a revisar al estado de cuenta enviado por su operadora de pensión complementaria (OPC).
En este documento, cada entidad muestra al cliente el saldo del ROP o del fondo voluntario al último mes, junto con los rendimientos generados, los aportes realizados y la comisión cobrada por la OPC.
Allí, cada persona puede ver si su ahorro ya se recuperó de las minusvalías (pérdidas no generadas) con respecto a los meses anteriores o si se encuentra en proceso de recuperación.
En setiembre del 2022 se dio, en todo el sistema complementario de pensiones, el nivel más bajo. De hecho, en ese momento las seis operadoras administraban ¢9 billones; para junio anterior, el monto se elevó a ¢10,1 billones.
Los trabajadores de empresas privadas o instituciones públicas tienen una ventaja sobre los jubilados, ya que siguen activos y cada mes realizan cotizaciones junto con sus empleadores, lo que permite que sus ahorros sigan creciendo.
“El saldo de los afiliados al ROP se ha venido recuperando conforme la estrategia de inversión se ve beneficiada de condiciones de mercado que han regresado a la normalidad”, indicó Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Pensiones.
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En contraste, el pensionado solo verá un incremento en su ahorro si los rendimientos producen ganancias, y se debe tener en cuenta el efecto del pago mensual de su pensión.
Además, dependiendo del plan de retiro elegido, el monto de la pensión mensual puede modificarse hasta que se cumpla el periodo de actualización, el cual puede ser anual o cada tres años.
“Con la recuperación, los afiliados verán que el saldo de su cuenta individual alcanzará los montos que se tuvieron, salvo quienes tienen un plan de beneficios. Ellos continúan recibiendo el mismo pago de pensión por lo que la recuperación no será total, pero sí verán un incremento en su cuenta individual”, explicó Héctor Maggi, gerente de la OPC de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Maggi recomendó mantener la calma para analizar lo que está sucediendo y no tomar decisiones precipitadas.
Una de las mayores amenazas para cada afiliado es decidir pasarse de operadora en el momento de pérdidas, porque al hacerlo, materializa el daño.