Los gastos del Gobierno Central acumulados al mes de agosto presentaron un crecimiento interanual (en comparación con el mismo periodo del año anterior), de 3,3%. En total, este rubro sumó ¢5.651.385 millones, lo que equivale al 12,1% del producto interno bruto (PIB) proyectado para 2023.
Así lo informó el Ministerio de Hacienda en la publicación de las cifras fiscales al mes de agosto, en donde se destaca un incremento del gasto de ¢179.361 millones en comparación con agosto del 2022, cuando sumó 5.472.024 millones.
La institución atribuye este crecimiento neto del gasto, del 0,4% del PIB 2023, principalmente al pago de intereses de la deuda, que explica el 52,6% de dicho incremento. Le siguen en importancia el gasto de capital (20,5%), remuneraciones (13,5%) y transferencias corrientes (13,4%).
Solo el pago de intereses ascendió a ¢1.601.953 millones, marcando el valor más alto en los últimos 18 años registrados hasta agosto, lo que representa 3,4% del PIB. Este pago aumentó 6,2% en comparación con agosto del año anterior y constituyó el 66,8% del total presupuestado para este concepto en el Presupuesto de la República del 2023.
Mauricio Castro, economista de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), expresó que el alto gasto en intereses establece retos para plantear mecanismos de gestión de la deuda que tengan como consecuencia una disminución real en dicho rubro, especialmente, cuando se atraviesa un periodo donde la hacienda pública ha registrado periodos consecutivos con superávits primarios.
Para este año, el pago por intereses representó el 34,1% del total de ingresos del Gobierno a agosto.
Por otra parte, el gasto total, excluyendo los intereses, alcanzó los ¢4.049.432 millones (8,7% del PIB del 2023), con un aumento del 2,2% en comparación con el mismo periodo del 2022, cuando el gasto primario fue de ¢3.963.696 millones (9,0% del PIB de 2022).
Balance primario del Gobierno se mantiene, pero desacelera
A pesar de que el Gobierno de la República mantuvo un superávit primario al mes de agosto, este disminuyó tanto en términos absolutos como en relación con el PIB, en comparación con el mismo periodo de 2022.
El superávit primario fue del 1,4% de la producción, equivalente a ¢649.797 millones, en comparación con los ¢846.002 millones (1,9% del PIB) del año anterior, registrando una caída de ¢196.205 millones.
Según Hacienda, esta diferencia se debe, en su mayoría, a los ingresos extraordinarios que se registraron en agosto del 2022 por ¢184.864 millones en aplicación del reglamento de la Ley de Fortalecimiento del Control Presupuestario de los Órganos Desconcentrados del Gobierno Central.
El reglamento establece que los órganos desconcentrados deben solicitar el cierre de las cuentas y el traslado al Fondo General en calidad de recursos del Tesoro Público, de los saldos que se mantengan en su Caja Única al cierre de cada año.
El déficit fiscal, que incluye el pago del servicio de la deuda, aumentó a ¢952.156 millones, equivalente al 2,0% del PIB proyectado para 2023, respecto a los ¢662.326 millones (1,5% del PIB) del año anterior.
En cuanto a los ingresos del Gobierno, las cifras fiscales reflejan una desaceleración en el crecimiento, en comparación con los primeros ocho meses del 2022.
La tasa de crecimiento pasó del 14,9%, en agosto del 2022, al 1,6% en el mismo periodo del 2023, para un total de ¢4.699.230 millones en ingresos para agosto de este año. En términos del PIB, los ingresos del Gobierno Central cayeron del 10,5% de la producción, en el 2022, al 10%, en el 2023, una diferencia de medio punto porcentual.
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, señaló que la desaceleración en el crecimiento de los ingresos, junto con algunas iniciativas legislativas, presentan un riesgo para el cumplimiento de los objetivos fiscales.
Los ingresos tributarios del Gobierno, por su parte, alcanzaron los ¢4.195.538 millones, el equivalente al 9% del PIB para el periodo enero a agosto del 2023. El 38,3% de los ingresos tributarios correspondió al impuesto sobre ingresos y utilidades (renta), otro 36,5% al valor agregado (IVA), y el restante 25,2% se distribuyó entre los demás impuestos.
Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis, y de la Academia de Centroamérica, explicó que la caída en el impuesto sobre la renta puede deberse a un menor dinamismo de algunas actividades internas y, especialmente, a la fuerte apreciación del tipo de cambio.
“Al ser nuestra economía muy abierta y dolarizada, la gran apreciación cambiaria ha afectado la rentabilidad de algunos sectores productivos estratégicos”, explicó Zúñiga.
Finalmente, el mes de agosto cerró con una relación deuda-PIB del 60,6%, una diferencia de -3,2 puntos de PIB en comparación con el cierre del 2022 (63,8% del PIB).