El Gobierno Central cerró el 2023 con un déficit financiero del 3,3% del producto interno bruto (PIB), un deterioro en comparación con el resultado del 2022, que fue del 2,9% del PIB. Este balance considera los ingresos del Gobierno y resta los gastos, incluido el pago de intereses por la deuda.
La desaceleración de los ingresos del Gobierno, y el mayor gasto en intereses, contribuyeron a este comportamiento. Aunque los ingresos siguen aumentando, lo hacen a un ritmo más lento que en años anteriores.
Estos datos provienen del reporte de cifras fiscales a diciembre del 2023, publicado este miércoles por el Ministerio de Hacienda. Según el informe, el Gobierno finalizó el 2023 con un superávit primario del 1,6% del PIB, lo que indica que los ingresos superaron los gastos, excluyendo el pago de intereses. Es el segundo año consecutivo en que se logra este superávit.
En el comunicado de prensa, el Ministerio de Hacienda señala que el resultado del déficit financiero se debe al pago de intereses de 4,8% del PIB efectuado durante el 2023, lo que significan ¢2.261.831 millones. Este es el mayor pago de intereses de los últimos 18 años y presentó un crecimiento interanual del 10,6%.
En esto coincidió Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis y de la Academia de Centroamérica, quien mencionó que el déficit financiero más alto se debe tanto al mayor pago de intereses como a que el superávit primario fue inferior al del 2022 (1,6% del PIB comparado con el 2,1% en 2022).
El Ministerio de Hacienda explicó que en el superávit primario del 2022 se consideran ¢201.457 millones de recursos extraordinarios registrados por transferencias corrientes, en aplicación del reglamento de la Ley de Fortalecimiento del Control Presupuestario de los Órganos Desconcentrados del Gobierno Central, que no se recibieron en 2023, por lo que no se consideran en las comparaciones.
El superávit primario del 2023 representa ¢729.712 millones. El Ejecutivo atribuyó esto al control del gasto primario, que solo creció 0,6% en el último año.
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, señaló que los mercados internacionales ya reaccionan a los resultados primarios del país, lo que se refleja en la mejora en el EMBI (Indicador de Bonos de Mercados Emergentes), que establece una perspectiva del riesgo de inversión en el país.
Tipo de cambio impacta en menores ingresos
Los ingresos totales acumulados aumentaron solo 0,6% hasta diciembre, en comparación con el 2022, mientras que los ingresos tributarios lo hicieron en 1,8%, según el comunicado del Ministerio de Hacienda.
Estos números contrastan con el crecimiento del 16% y 13,4%, respectivamente, en el 2022 en comparación con el 2021. Los ingresos totales alcanzaron hasta diciembre los ¢7.182.232 millones, lo que representa 15,3% del PIB del año anterior. Por otra parte, los ingresos tributarios ascendieron a ¢6.423.191 millones (13,6% del PIB).
Vidal Villalobos, asesor económico de Grupo Prival, explicó que la desaceleración en los ingresos tributarios se debe a la estabilización del impacto de la reforma fiscal del 2018, que incrementó los ingresos tributarios del Gobierno. Estos representaron el 89% del total de ingresos del Gobierno Central, en el 2023.
En eso coincidió también Zúñiga, quien señaló que es de esperar que el impacto de las reformas del 2019 se diluya con el tiempo. Sin embargo, el analista sumó que los menores ingresos tributarios también se deben a la apreciación del tipo de cambio.
Según explicó, datos del Banco Central muestran que solo por impuestos a las importaciones, el Gobierno dejó de percibir 0,5% del PIB. Además, señaló que es probable que también haya afectado las ganancias de empresas que ganan en dólares y por ende su capacidad de tributar.
Villalobos destacó que la mayoría de los ingresos del Ejecutivo provienen de impuestos, por lo que es importante considerar el peso de los ingresos tributarios. Además, dijo que la desaceleración de ingresos también plantea la obligación al Gobierno de reflexionar sobre los destinos del gasto.
Hacienda señaló que la modificación en el cobro del marchamo tuvo un efecto negativo de alrededor de ¢68.000 millones en los ingresos.
Pago de intereses
Al final del 2023, el pago de intereses representó 94,5% del total de los recursos presupuestados para este fin. Hacienda atribuyó ese resultado a una “gestión estratégica de pasivos y a una reducción de las tasas de interés de las nuevas colocaciones de títulos valores”.
Hasta diciembre pasado, la relación deuda-PIB cerró en 61,1%, menor al 63% del año anterior. Según Acosta, un menor porcentaje de deuda en relación con el PIB permitiría al país tener menos presión sobre el gasto y más espacio para inversión pública y social.
El gasto total sin intereses alcanzó ¢6.452.520 millones (13,7% del PIB del 2023), un crecimiento de 0,6% si se compara con el mismo periodo del 2022. Los gastos totales, por su parte, fueron de ¢8.714.351 millones, el 3% por encima del cierre del 2022.
Acosta explicó que dentro de las principales metas para el cierre del 2024 se encuentran alcanzar un superávit primario del 1,85% del PIB, mejorar la calificación crediticia para alcanzar grado de inversión y que al cierre del 2025 la deuda se ubique por debajo del 60% del PIB.