El Ministerio de Hacienda concluye un primer semestre en el cual quedó lejos del objetivo de venta de bonos para este año, necesarios para hacerle frente a un cierre del 2022, e inicios del 2023, cargados de fuertes obligaciones como el pago de salarios, aguinaldos, bono escolar y vencimientos de deuda, interna y externa.
La Tesorería Nacional captó, entre enero y este lunes 20 de junio, un total de ¢1.048.157 millones en títulos valores de deuda interna, monto que significó el 52,4% de la meta para los primeros seis meses del 2022, y apenas un 26,8% del total previsto para este año, según corroboró La Nación, con base en la información de los resultados de las subastas, publicadas en el sitio web de la institución, y los hechos relevantes enviados a la Superintendencia General de Valores (Sugeval).
El Plan de Financiamiento Anual 2022, presentado por Hacienda, en febrero pasado, contempla una colocación total de ¢3.900.000 millones, de los cuales ¢2.000.000 millones se pretendían emitir en el primer semestre y, los restantes ¢1.900.000 millones para los seis últimos meses. En el cronograma de colocación de títulos valores de este año solo se incluyó el desembolso de $250 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y $270 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) del Fondo de Avales.
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Sin embargo, no contemplan desembolsos con otros organismos externos, incluido el Fondo Monetario Internacional (FMI), por un monto proyectado de $2.125 millones y de los cuales ya se hicieron dos giros. Tampoco recursos del proyecto de ley para la colocación de $12.000 en eurobonos convocado el pasado 31 de mayo, por la administración de Rodrigo Chaves. El uso de los recursos del BID y BCIE, mediante un presupuesto extraordinario, así como la nueva emisión de deuda externa, deben aprobarse por los diputados en la Asamblea Legislativa.
Los recursos captados mediante la emisión de bonos de deuda, en los seis primeros meses de este año, fueron 56% menos en colones, frente a los ¢1.913.934 millones del mismo periodo del 2021. En dólares, Hacienda obtuvo $341 millones, y el año pasado la suma fue de $385 millones, o sea, se redujo 12%.
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, detalló a La Nación, el pasado viernes 10 de junio, que la menor captación de deuda se explica porque las finanzas del Gobierno Central están en una mejor situación. “Eso nos permite tener un poquito más de cuidado de a qué tasas estamos captando y los plazos, pero existen presiones en el mercado por los aumentos en la tasa de política monetaria, por los niveles de inflación tan altos que está haciendo que los inversionistas estén pidiendo tasas más altas”, explicó.
Agregó que los préstamos externos, una vez aprobado su uso, pueden sustituir captaciones en el mercado local de valores. Sobre los eurobonos, sostuvo que, a más tardar en setiembre próximo, deben estar aprobados en el Congreso para que le permita al Gobierno efectuar el proceso de contratación del gestor, promoción y colocación en los mercados internacionales.
Obligaciones de gasto
En su respuesta, Acosta no oculta que, para los próximos meses, el Gobierno enfrentará obligaciones relevantes. Históricamente, la segunda mitad de cada año implica gastos muy fuertes para el Poder Ejecutivo, a los cuales se une el pago de $1.000 millones, en enero del 2023, de una emisión de deuda externa colocada una década atrás.
“El futuro es retador. El 26 de enero hay que tener $1.000 millones para hacer el pago de un eurobono y eso tiene trascendencia porque no solamente puede afectar el efecto que el Ministerio de Hacienda va a tener al ir a recoger liquidez en la economía para hacerle frente a eso (el pago); si hago eso tengo que ir a comprarle los dólares al Banco Central para poder pagarlos”, ejemplificó el jerarca sobre el impacto cambiario.
El Ministro destacó que la mejor opción es obtener el permiso de los diputados para acudir a los mercados internacionales, en vez de obtener las divisas en el país, lo cual tendría un efecto para la economía interna.
Hacienda también debe enfrentar vencimientos de bonos locales. Por ejemplo, el próximo mes de julio, se vencen bonos por ¢358.881 millones. Para agosto serán $377 millones; en setiembre, otros ¢224.927 millones y, en diciembre, ¢162.441 millones, muestra la información publicada en la página de Hacienda.
Para el último mes del año, Hacienda también deberá contar con los recursos para el pago de los aguinaldos de 226.000 funcionarios del Gobierno Central. En diciembre pasado, el monto ascendió a ¢231.000 millones, a lo cual debe agregarse la planilla del mes, que es un monto similar al décimo tercer mes.
El otro egreso relevante, para el mes de enero del 2023, será el salario escolar para 159.000 de la administración central. A estas personas, por ejemplo, se les pagó este año ¢150.450 millones de dicho rubro.
Presión por mayores rendimientos
En el horizonte cercano, el panorama del Gobierno también es retador por el ascenso en las tasas de interés en colones, así como en dólares. De hecho, inversionistas institucionales fuertes y representantes de puestos de bolsa coinciden en que la curva de rendimiento soberana deberá ajustarse hacia arriba.
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La presión alcista se debe a los incrementos decretados por el Banco Central, de su tasa de política monetaria, que entre diciembre pasado y junio de este año, pasó de 0,75% a 5,50%, como medida para frenar el rápido aumento de la inflación local. En el mercado externo, el efecto será por el incremento de las tasas de referencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) que las subió en 0,75 puntos base y las ubicó en un rango entre 1,5% y 1,75%, el pasado 15 de junio.
“Los niveles de tasas se encuentran sin correlación con la realidad actual. Lo anterior en función de las tasas reales negativas presentes en las tasas de asignación de subastas y en las opciones en el mercado local. Por otra parte, está el efecto esperado por el incremento de tasas de interés alrededor del mundo, situación que genera mayores presiones a las tasas internas”, comentó Róger Porras, gerente general de Popular Pensiones.
Porras aceptó que las inversiones en instrumentos emitidos por Hacienda se desincentiva, porque está pendiente de trasladarse a la curva de rendimiento el incremento en los intereses. Esta operadora es la que administra la mayor cantidad de recursos del sistema complementario de pensiones. En mayo pasado, el saldo fue de ¢3.962.618 millones, según datos de la Superintendencia de Pensiones (Supén).
Hermes Alvarado, gerente general de BN Vital, entidad que administra ¢1.974.865 millones de los cotizantes, reconoció que algunos inversionistas están a la espera de la subida de tasas, como consecuencia de las presiones inflacionarias y la política monetaria menos expansionista del Banco Central.
“El Ministerio de Hacienda ha decidido rechazar ofertas del mercado con mayores tasas de interés en las subastas realizadas, lo cual ha provocado una menor captación durante este primer semestre del año”, reconoció Alvarado.
Para el jerarca de Hacienda, la actual presión al alza en los rendimientos es un tema coyuntural. “Estamos a la expectativa de cuál debería ser la tasa correcta y, en este sentido, no estamos aumentando las tasas porque no tenemos una necesidad imperiosa de recoger recursos en este momento”, aseguró.
Sin embargo, Freddy Quesada, gerente de INS Valores, comentó que las expectativas del mercado son muy diferentes a las del Gobierno y el propio Banco Central. “Los agentes económicos visualizan ajustes de tasas de interés en el mercado, algo que no se ha dado del lado del emisor, es decir, Hacienda. No ha hecho un ajuste importante, sino solo pequeños”.