La ejecución de un multimillonario plan de inversiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en hospitales, Ebáis y áreas de salud, durante la próxima década, así como la contratación de 12.000 empleados son los principales factores de riesgo en el desequilibrio financiero del Seguro de Salud.
La institución autónoma tiene previsto invertir ¢3,2 billones en la construcción y equipamiento de 30 áreas de salud, la creación de 340 Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) y la construcción de nuevos hospitales como el Geriátrico o el Monseñor Sanabria, en Puntarenas.
La ampliación de la infraestructura médica, con el objetivo de disminuir las brechas, implicarán un incremento en el gasto operativo de ¢3,1 billones hasta el 2031, y la contratación de 12.000 trabajadores.
Dependiendo de la velocidad con que se ejecuten estas nuevas obras, así se afectará la sostenibilidad del Seguro de Salud, según el más reciente estudio actuarial realizado, en abril pasado.
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El informe proyecta que, para el próximo año, los ingresos del régimen serán insuficientes para hacer frente a los gastos del Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) por lo cual será necesario usar las reservas y provisiones, las cuales se agotan en el 2027, según las proyecciones.
Gustavo Picado, gerente financiero, explicó que la cartera de proyectos de obras es actualmente el principal detonante de las finanzas de la institución. A diferencia de hace una década atrás, cuando las remuneraciones consumían más del 60% del gasto total del SEM.
Para este año, según las proyecciones de la Gerencia, los salarios de 63.000 trabajadores consumen el 45% de los egresos de la Caja.
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“Los estudios reflejan que, en el futuro, el Seguro de Salud requiere un nivel mayor de financiamiento asociado con una diversificación de las fuentes (...) Otro elemento es tener una mayor eficiencia del gasto en salud”, subrayó Picado.
El jerarca destacó que los informes permiten determinar hasta donde la institución tiene la capacidad para financiar su portafolio de inversiones, cuya ejecución puede ajustarse.
El desequilibrio provocado por la ambiciosa cartera de proyectos llevó a Olger Sánchez, auditor de la CCSS, a posponer obras, según consta en el acta 9.277 de Junta Directiva, de setiembre pasado.
“No va a ser posible que de aquí al 2030 entren 10 macroproyectos, no es viable financieramente y lo que vamos a dejar es un problema de carácter financiero de consecuencias considerables, entonces que (...) estos macroproyectos se pospongan y se haga el escenario para ver cuál es el comportamiento financiero”, recalcó Sánchez.
El funcionario recomendó a las gerencias de la institución crear un cronograma de obras que se ejecute según las posibilidades económicas del SEM y sin poner en riesgo los servicios.
El Seguro de Salud se financia con la contribución de 1,8 millones de trabajadores, 72.000 patronos y el Estado. Los primeros cotizan 5,50% del salario mensual; los patronos públicos y privados aportan el 9,25% y la cuota estatal es de 0,25%.