Los pagos con tarjeta en el transporte público movieron ¢6.638 millones durante sus primeros tres años de operación, en los cuales el sistema ha sido adoptado de manera progresiva en distintas rutas.
Tanto el número de transacciones como el monto transado por medio del Sistema Nacional de Pago Electrónico en el Transporte Público (Sinpe-TP), administrado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), han crecido notablemente en 2024, impulsados por la mayor implementación del servicio.
Para agosto de este año, la plataforma alcanzó, por primera vez desde su puesta en marcha, el millón de transacciones mensuales, al tiempo que se transaron ¢477,6 millones en ese mismo periodo.
Carlos Melegatti, director de la División de Sistemas de Pagos del Banco Central, afirmó que las curvas de transacciones y montos vienen en aumento, aunque reconoció que cambiar los hábitos de pago de las personas suele ser un proceso complejo.
LEA MÁS: Pago electrónico en buses funciona en 21% de unidades de la GAM
“Esto son procesos. Poco a poco se va cambiando el hábito. El transporte público es una industria que tiene más de 50 años de usar efectivo, entonces esa cultura del efectivo no solo está en las personas, sino también en las empresas”, afirmó Melegatti.
Hasta agosto de 2024, el sistema Sinpe-TP, que permite pagos con tarjetas, así como con pulseras, relojes inteligentes, teléfonos móviles o stickers que tengan ligados una cuenta bancaria, procesó casi 15 millones de transacciones.
Además, se movilizaron ¢6.638 millones en tres años por medio de esta plataforma. En promedio, las transacciones en el transporte público en Costa Rica son bajas, cercanas a los ¢600.
Melegatti explicó que la implementación va más allá de colocar un validador, ya que se requiere de un cambio cultural, pues en la industria del transporte público está muy arraigado el uso del efectivo.
“El proceso es muy natural, cuando diseñamos Sinpe Móvil fue lo mismo. Empezamos con poquitas transacciones y esperamos cerrar con 700 millones de transacciones en Sinpe Móvil, con el transporte público va a pasar lo mismo”, comentó Melegatti.
Aunque todavía son pocas transacciones en relación con la cantidad de pagos que se realizan diariamente en el transporte público —cerca de 2 millones—, el plan del BCCR es ir ampliando el servicio hasta llegar a cubrir todo el territorio nacional.
Este sistema de pago empezó a operar en setiembre de 2021 en todos los viajes del tren urbano del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) y, desde abril de 2022, en las primeras rutas del servicio de buses.
Actualmente, el servicio opera en todos los viajes del tren y en 15 rutas de buses en las provincias de San José, Heredia, Alajuela y Cartago. Más de 630 autobuses ya tienen los validadores. El costo promedio para implementar el pago con tarjeta en cada unidad de transporte asciende a los $2.000.
A diferencia de los datáfonos, el validador utilizado por los buses opera fuera de línea y trabaja con una línea SIM para, cuando tenga señal, enviar las transacciones agrupadas al sistema del Banco Central. De ahí se trasladan hacia las empresas.
Rutas con más tráfico de pagos
La ruta entre Cartago y San José, operada por Lumaca, ya tiene el 35% de penetración, a pesar de que el servicio de pago con tarjeta en este trayecto empezó a funcionar en mayo pasado.
Esto quiere decir que de 100 personas que utilizan estos buses, 35 utilizan el pago con tarjeta como método para abonar su tiquete. También sobresale la ruta entre Cartago y Tejar, que casi alcanza el 40% de penetración.
“Parece ser que los cartagos están muy bancarizados y son muy buenos pagando en el transporte público. Esas son las dos empresas que tienen el mayor nivel de penetración. Cuando uno ve las curvas, van al alza siempre, cambiar los hábitos de pago de las personas es muy complejo”, comentó Melegatti.
En relación con el servicio de trenes, que fue el primer sistema de transporte en el que se implementó el pago con tarjeta, la penetración alcanza casi el 50%, con lo cual cinco de cada 10 personas abonan su pasaje con este método.
Sistema a medio camino
Jonathan Agüero, coordinador del Programa de Investigación en Desarrollo Urbano Sostenible (ProDUS) de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó que el pago con tarjeta podría contribuir a una mayor utilización del transporte público.
Según este especialista, existen factores como la conveniencia de no tener que portar efectivo y la rapidez para concretar la transacción, lo que aumenta la velocidad de operación del servicio, factores que podrían impactar en que más personas utilicen el sistema.
No obstante, señaló que también es necesaria una sectorización para una reorganización adecuada del transporte público, aumentar sustancialmente los kilómetros de carriles exclusivos y asegurarse de que sean respetados, así como la modernización del tren.
Para Leiner Vargas, investigador del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), el sistema aún realiza pocas operaciones en relación con el total, ya que apenas gestiona 50.000 transacciones diarias.
Vargas cuestionó que el ritmo de implementación también ha sido lento y que se han postergado decisiones que hubieran permitido una mejor adopción del sistema en el transporte público.
La plataforma de cobro electrónico es parte de una alianza público-privada entre el Banco Central, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y distintos operadores del transporte público.
Esta modalidad de pago debía ir de la mano del llamado plan de sectorización, que luego de más de 20 años no se ha podido concretar, y que implica el ordenamiento y reducción de los buses que ingresan en la capital.
Cubrir 3.000 buses en 2025
Melegatti afirmó que el país ya alcanzó una meseta en la emisión monetaria, es decir, que el efectivo en circulación no está creciendo. Por lo tanto, de ahora en adelante, el transporte público empezará a impulsar una reducción en ese sentido, cuando se alcance una mayor penetración.
A futuro, cuando el volumen de transacciones sea mayor, Melegatti comentó que es posible brindar información a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) que sirva para determinar la demanda y poder calcular con mayor precisión las tarifas, así como para modernizar el servicio de transporte en el país.
El propósito del Banco Central es terminar este año con entre 1.000 y 1.200 unidades, y el próximo año con 3.000 buses operando con el pago con tarjeta en la Gran Área Metropolitana (GAM), donde se realizan el 80% de los viajes del país.
Mientras que en los años posteriores se prevé atender las rutas fuera de la GAM, con el fin de cubrir ese 20% restante del país. Melegatti también mencionó que es posible realizar ajustes a ese plan.