Hospitales nacionales y regionales, Ebáis, áreas de salud, compra de equipo médico y reforzamiento de obras existentes están entre los 120 proyectos de infraestructura médica que la Caja debió frenar como consecuencia del golpe en sus ingresos provocado por la pandemia.
La Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) acordó por unanimidad y en firme, el pasado 15 de octubre, que estas iniciativas no podrán entrar en proceso de licitación hasta que la institución disponga de fortaleza financiera para ejecutarlos.
“El portafolio (de inversión) será revisado nuevamente en el plazo de seis meses para ajustarlo nuevamente a la realidad financiera y determinar la viabilidad de incorporar proyectos o la necesidad de prorrogarlos”, se detalla en el acuerdo según el acta 9.132.
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Las obras detenidas implican una inversión de ¢934.314 millones y un gasto en operación de ¢803.996 millones para el periodo comprendido entre el 2021 y el 2030, es decir un monto de más ¢1,7 billones, según costa en el informe GG-2793-2020, elaborado por la Gerencia General del cual tiene copia La Nación.
Los proyectos que se detienen se mantendrán en la etapa de diseño, planificación y adquisición de terreno, pero no podrán entrar en proceso de construcción, afirmó Jorge Granados Soto, gerente interino de Infraestructura y Tecnologías de la CCSS.
“Para poder iniciar el proceso de licitación van a tener que contar con una autorización de la Gerencia Financiera (…) no es que los vamos a parar y no se harán, sino que vamos a seguirlos trabajando hasta llegar al punto de licitación, en ese momento se valoraría el tema financiero”, explicó Granados en Junta Directiva.
Los directivos de la CCSS sí aprobaron continuar, para del próximo decenio, con la construcción de 248 proyecto de infraestructura cuya inversión ascenderá a ¢1,01 billones. La operación de la nuevas obras significarán un egreso estimado en ¢1,15 billones.
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Falta de recursos
El portafolio de inversiones original de la CCSS estaba constituido por un total de 348 proyectos cuya inversión y operación supondría un egreso de casi ¢4 billones para el próximo decenio.
Sin embargo, el efecto de la emergencia sanitaria en los ingresos de la Caja impide a la institución ejecutar la totalidad de las obras.
“La pandemia de la covid-19 afecta considerablemente las finanzas institucionales al disminuir las contribuciones por cuotas obrero patronales y, por otro lado, al implicar un gasto adicional para la atención de los pacientes, todo lo cual obliga en la inmediatez a priorizar el gasto operativo por sobre las inversiones”, se detalla en el informe de la Gerencia General de la CCSS.
Carlos Montoya, Tesorero de la Caja, dijo que para este año se prevé una caída en los ingresos del seguro de salud para este año y el próximo.
A partir del 2022, la institución estima que los ingresos del Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) comenzarán a crecer paulatinamente, en torno al 3,5% anual.
“Hicimos varios escenarios, desde los más críticos y luego otros suavizados (...) Se prevé una caída de los ingresos aproximada al 15% en diciembre (del 2020). Se establece una caída en los ingresos también en el 2021”, enfatizó Montoya.
A raíz de este panorama fue que la Caja ajustó su cronograma de proyectos de inversión.
Con el cambio en los planes, el seguro de salud financiará el 90% de las obras. El SEM recibe el dinero de la contribución de 2,7 millones de trabajadores, 90.000 patrones y el Estado.
El resto del dinero se obtiene de un crédito con el Banco Centroamérica de Integración Económica (BCIE), el fideicomiso de la Torre de la Esperanza del Hospital de Niños.
Además de transferencias de la Junta de Protección Social, el Patronato Nacional de la Infancia y el Instituto de Desarrollo Rural.
Inversiones con aval
En el plan de inversión avalado por la Directiva, la mayoría del dinero se destinará para la construcción de 35 nuevas Áreas de Salud y 34 Equipos Básicos de Atención Integral de Salud (Ebáis).
Estas obras implicarán una inversión de ¢431.612 millones, es decir el 42% del monto asignado para la próxima década.
A los hospitales regionales se les asignó ¢198.000 millones, lo cual significa el 20% de los recursos previstos.
Sobresalen el hospital de Turrialba y el de Puntarenas. Además de la compra de los terrenos para la Torre de la Esperanza del Hospital de Niños, el de Limón y el de Golfito.
Caja también tiene previsto una inversión relevante en tecnología, pues la planificación es destinar ¢178.515 millones durante los próximos 10 años.
En tanto que para equipamiento médico se destinarán ¢59.000 millones. Otros ¢55.571 millones se destinarán para nuevos quirófanos del Hospital Max Peralta y el Centro Conjunto de Radioterapia del Hospital San Juan de Dios.
Hospital de Cartago y de Limón quedan a espera de financiamiento
Los nuevos hospitales de Cartago, el Geriátrico y el de Limón son algunas de las grandes obras de infraestructura médica que deberán para su construcción.
La Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) acordó no licitar ninguna obra que esté en proceso de planificación y diseño, hasta que la institución cuente con la viabilidad para poder financiarlas.
“El portafolio (de inversiones) será ajustado para que esté acorde con las posibilidades financieras del seguro de salud”, se detalla en el informe GG-2793-2020, de la Gerencia General de la CCSS.
Los nuevos centros médicos están, precisamente, en la etapa en que no pueden ser licitados. Además requieren una fuerte inversión.
Por ejemplo, el nuevo Hospital Max Peralta, en la Vieja Metrópoli, requiere una inversión de ¢173.000 millones para los tres años de su edificación y equipamiento.
En el caso del Hospital Nacional Geriátrico, el costo previsto es de ¢133.000 millones y, en el Hospital Tony Facio, se prevé un costo de ¢124.800 millones.
La institución autónoma solo avaló la compra del terreno donde se ubicará el nuevo centro médico limonense, cuya inversión asciende a ¢6.000 millones, según las previsiones de la CCSS.
“Se recomienda proceder con un financiamiento paulatino, conforme se vayan fortaleciendo las finanzas. En esta línea de acción, se propone que se financie en primera instancia únicamente los proyectos que ya han alcanzado etapas de ejecución o licitación, o están por iniciarla”, se destaca en el informe del cual tiene copia La Nación.
La entidad prevé continuar con el proceso de contrataciones de servicios técnicos como lo son estudios de suelos, hidrología y otros necesarios para las etapas de desarrollo del proyecto.
En el cronograma de la CCSS las obras detenidas están previstas que empiecen la etapa de construcción a partir del 2023.
Sin embargo, no se podrán en proceso de contratación de empresas para la construcción hasta contar con la autorización de la Gerencia Financiera, confirmó Jorge Granados Soto, gerente interino de Infraestructura y Tecnologías.
La incertidumbre sobre la viabilidad del portafolio de inversiones de la Caja también afecta 36 obras de Equipos Básicos de Atención Integral de Salud (Ebáis) en todo el país.
Así como cuatro nuevas áreas de salud, en específicos la de Horquetas y la de Puerto Viejo en Sarapiquí; la de Zapote-Catedral y la de Belén.
Además de 20 proyectos de adquisición de nuevo equipamiento médico en el país y el fortalecimiento del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss).