Los efectos económicos provocados por la pandemia del nuevo coronavirus perjudicaron los ingresos, la cantidad de cotizantes y los rendimientos de los fondos de pensiones complementarias.
La rentabilidad de las inversiones del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP) fue la primera variable que comenzó a percibir los efectos negativos del covid-19.
En abril anterior, los rendimientos en los portafolios de las seis operadoras de pensiones complementarias (OPC) cumplieron su segundo mes consecutivo de reducción.
La disminución reportada osciló entre un punto porcentual (p. p.) y 6,5 p. p. en las seis OPC, según los datos de la Superintendencia de Pensiones (Supén).
Adicionalmente, solo en abril, 54.987 aportantes dejaron de cotizar a su ahorro individual, debido a que perdieron su empleo o se les suspendió temporalmente el contrato de trabajo debido a la emergencia sanitaria.
Un aportante es aquel afiliado que, para el mes de referencia, contribuyó en su cuenta individual.
El ROP finalizó, en abril pasado, con 1.084.260 cotizantes. En marzo, tenía 1.139.247, de acuerdo con la información publicada por la Superintendencia.
Dicha reducción, unida al recorte en la jornada de los trabajadores asalariados (bajaron los sueldos y el monto del aporte), afectó el ingreso de recursos al régimen obligatorio.
La baja en aportes y en la rentabilidad derivó también en una reducción en el saldo de recursos administrados por las operadoras.
El régimen obligatorio reportó, en abril pasado, una disminución de ¢32.481 millones y finalizó el mes con un saldo administrado de ¢7 billones.
Además, se registró una minusvalía en las inversiones del ROP para los meses de marzo y abril, confirmó Supén.
“Ciertamente, la pandemia ha afectado a nuestro mercado laboral y, consecuentemente, las cotizaciones. Los efectos de este fenómeno repercuten en la entrada de nuevos recursos a los portafolios, pero no así en su desempeño”, afirmó Rocío Aguilar, jerarca de la Supén.
Aguilar destacó que las 156.038 personas que retirarán el Fondo de Capitalización Laboral (FCL) es un reflejo de los efectos de la crisis del nuevo conoravirus en el mercado de trabajo costarricense.
En ese sentido, la jerarca informó de que el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) aprobó, el pasado lunes 25 de mayo, suspender temporalmente la libre transferencia de afiliados entre operadoras de pensiones, para evitar que se materialice una pérdida en el ahorro individual de las personas.
La medida se mantendrá vigente mientras se mantenga la declaración de emergencia nacional a consecuencia del covid-19.
Incertidumbre local y externa
Los efectos adversos del coronavirus en las inversiones de los fondos de pensiones complementarias se aprecian tanto en los instrumentos extranjeros como en los colocado en Costa Rica.
Hay momentos, señalan las OPC consultadas por La Nación, en que solo hay condiciones adversas en el país, como ocurrió en el 2018 por la situación fiscal.
Róger Porras, gerente de Popular Pensiones, explicó que la incertidumbre desatada por el covid-19 provoca volatilidades extremas en los mercados financieros.
Sin embargo, enfatizó que tal influencia tiene un efecto de corto plazo, y las perspectivas de rentabilidad de los fondos de pensiones son de largo plazo.
“Esta situación ha provocado que los precios de mercado de muchos de los instrumentos financieros que integran los portafolios de inversión pierdan su valor, afectando de esta manera la rentabilidad de la industria”, recalcó Porras.
En el ámbito local, también hay influencia en el ajuste de las inversiones por la baja en las tasas de interés y porque el Gobierno obtuvo financiamiento de organismos multilaterales, afirmó Héctor Maggi, gerente de la OPC de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“El ingreso de dólares hace que el tipo de cambio se comporte con una tendencia a la baja o con muy poca posibilidad de que haya devaluación en el corto plazo, además de la acumulación de efectivo que es importante en estos momentos de incertidumbre. Estas condiciones combinadas hacen que, por el impacto de la pandemia en los mercados, las rentabilidades tiendan hacia la baja”, recalcó Maggi.
La reducción en la rentabilidad de las inversiones del ROP tiene como consecuencia pérdidas por valoración a mercado, las cuales se registran en los estados de cuenta de cada afiliado.
La valoración a mercado es un método que permite medir, día a día, el precio real en el mercado financiero de cada instrumento en el que se invierte.
“Lo que observan los clientes en sus estados de cuenta es el reflejo de las minusvalías del portafolio, es decir, disminuciones en el valor del portafolio por las razones antes citadas. Si en estos momentos, por alguna razón, algún afiliado tuviera la opción de retirar el dinero, materializaría esta minusvalía y sí se convertiría en una pérdida”, explicó Hermes Alvarado, gerente de BN Vital.
Alvarado reconoció que la coyuntura actual es especial, pero consideró que la estabilidad llegará cuando comience la reactivación económica global y en Costa Rica.