Los bonos de deuda costarricenses colocados en el mercado extranjero (eurobonos) reportan tres meses continuos de incrementos en su precio.
Entre las razones que explican este aumento en su cotización –y por ende, una caída en su rendimiento– están la aprobación de la reforma fiscal y la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (la FED) de disminuir el ritmo del aumento de sus tasas de interés.
Así coincidieron economistas consultados por La Nación sobre los factores internos y externos que influyen en la reciente apreciación.
Sin embargo, recordaron que, en la mayor parte del 2018, la tendencia de los títulos de deuda externa ticos fue de pérdida en su valor, situación que se corrigió a partir de finales del noviembre.
Precisamente fue en ese mes cuando se allanó el camino para que el entonces proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas se aprobara definitivamente en el Congreso, cuando la Sala IV dio su aval al trámite legislativo de este proyecto.
A partir de ese momento, los eurobonos elevaron su valor entre ocho y 14 puntos, durante los últimos tres meses, para las cinco emisiones de títulos externos con vencimientos entre el 2023 y el 2045, muestran los datos proporcionados por la Bolsa Nacional de Valores.
Por ejemplo, el título externo con vencimiento al 2044 reportó un precio de 80,36% a finales de noviembre del 2018. Mientras que, a finales de febrero anterior, se ubicó en 94,52%, es decir, una apreciación de 14,15 puntos.
El Gobierno costarricense tiene colocados en el extranjeros títulos cuyo saldo asciende a $4.250 millones.
Momentos clave
La evolución de los eurobonos costarricenses en el mercado internacional estuvo marcada, en la mayor parte del 2018, por la incertidumbre interna del país.
En la primera mitad del año anterior la influencia de las elecciones presidenciales y la situación fiscal del Gobierno afectaban la evolución de los títulos de deuda externa costarricenses.
“Gran parte de la caída (del precio de los bonos) se da por el tema de elecciones, definidas en una segunda ronda, lo cual da más incertidumbre al inversionista”, destacó Freddy Quesada, gerente de INS Valores.
Una vez finalizado el proceso electoral, el “ruido” llegó del lado fiscal con el comienzo de la discusión de la reforma tributaria y el empeoramiento de las finanzas públicas, en el segundo semestre del año anterior.
Asimismo, en agosto del 2018, Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, reveló la existencia de un hueco presupuestario de ¢600.000 millones, heredado por la administración de Luis Guillermo Solís, y para setiembre, la necesidad de pedir un financiamiento de ¢500.000 millones al Banco Central por medio de letras del tesoro.
A estas situaciones, se sumó la disminución de las calificaciones de riesgo de la deuda de Costa Rica por parte de las agencias Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch Ratings.
Para el economista Douglas Montero, el Gobierno de Carlos Alvarado ingresó con el objetivo de atacar el problema fiscal, lo cual generó temor entre los inversionista, de si se aprobaba o no el plan fiscal, y algunos vendieron sus bonos.
Montero enfatizó que la incertidumbre comenzó a disiparse cuando se aprobó la reforma fiscal y se pagaron anticipadamente las letras del tesoro.
“En diciembre (del 2018) las bolsa financieras se desplomaron fuerte porque la FED mantenía el discurso de seguir subiendo tasas de interés, pero en enero rectificaron, y eso provocó que los títulos de deuda internacional comenzaran a mejorar de precio”, destacó el economista.
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Jerome Powel, presidente de la FED, anunció en enero anterior que serían “pacientes” en el incremento de sus tasas de interés e incluso previó solo dos subidas durante este año.
Persiste diferencial de tasas
El aumento en los precios de los eurobonos costarricenses en el mercados internacional, en los últimos tres meses, provocó un ajuste a la baja en sus rendimientos pues ambos componentes se mueven de forma inversa (a medida que el precio sube la rentabilidad baja).
Lo anterior hace que se ensanche el diferencial entre la rentabilidad que exigen los inversionistas por las emisiones de Hacienda dentro de Costa Rica y la que se observa fuera de Costa Rica.
Los rendimientos de los títulos de deuda local en dólares, por ejemplo, están entre 0,54 puntos porcentuales (p. p.) y hasta 2,42 p. p. por encima de los rendimientos actuales de la deuda externa.
Por ejemplo, el eurobono con vencimiento al 2023 reportó un rendimiento de 6,49% a finales de febrero. Un título local al mismo plazo estaba en 8,91%, según datos de la Bolsa Nacional de Valores.
“Los spread (márgenes) pueden tener una variación grande debido a situaciones internas. El eurobono del 2043, que es (de plazo) larguísimo, se negocia a 7,30%, pero por un bono local a tres años se paga 8,90%”, destacó José Rafael Brenes, director general de la Bolsa.
Brenes destacó que el rendimiento de 7,30% incluye todas las malas noticias y todas las buenas noticias fiscales incorporadas.
Precisamente, las condiciones de financiamiento menos onerosas en el extranjero, comparado con los parámetros locales, llevan a la jerarca de Hacienda, Rocío Aguilar, a abogar por la autorización de una nueva emisión de deuda externa hasta por $6.500 millones en un plazo de seis años.
Aguilar enfatizó que, solo para el 2019, se requieren $1.500 millones para pagar, principalmente, el servicio de la deuda.
“El tamaño de las necesidades de financiamiento de Hacienda hacen preferible captar en los mercados grandes donde podemos obtener condiciones de tasas y plazos mejores. Eso se ve con el comportamiento reciente de los títulos de Costa Rica en el extranjero”, afirmó la funcionaria.
Actualmente la solicitud de endeudamiento internacional está en discusión en la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Legislativa.
Reserva Federal aprieta el freno a subida de intereses
La Reserva Federal de Estados Unidos (la FED), dirigida por Jerome Powell, efectuó, en el 2018, cuatro alzas en las tasas de interés y finalizó el año con un mensaje de que este año continuaría la tendencia.
Este discurso provocó una reacción negativa casi inmediata en los mercados financieros internacionales, lo cual generó fuertes reducciones en las bolsas internacionales.
Incluso Donald Trump, mandatario estadounidense, calificó a la FED de "loca" y "fuera de control" por el alza en tasas.
“Están aumentando las tasas demasiado rápido porque piensan que la economía está muy bien (...) Pero creo que lo entenderán muy pronto”, dijo Trump, el 25 de diciembre del año anterior.
En enero de este año, luego de la reacción de los mercados, Powell modificó su discurso y esta vez reconoció que la FED será “paciente” sobre las alzas futuras de tasas a la luz de los “sucesos económicos y financieros globales y las presiones sobre la inflación”.
El nuevo mensaje reactivó los mercados y mejoró la perspectiva de los bonos soberanos de países emergentes, incluido Costa Rica.
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Para el economista Douglas Montero, el mensaje de la Reserva Federal de mantener un poco más estables las tasas de interés generó que los títulos soberanos subieran de precio.
“Los bonos de Costa Rica ya están más globalizados, entonces los bonos ticos se fueron en la ola. En esa ola se irán siempre. Si suben (los instrumentos internacionales), los del país también lo harán, pero si se caen, los bonos de Costa Rica, también”, destacó Montero.
La estabilidad en las tasas estadounidense es muy posible que se mantengan por dos o tres años, lo cual puede considerarse favorable para el país, consideró el economista José Luis Arce.
Sin embargo, él consideró que la política monetaria de Estados Unidos estará influenciada por la creciente presión fiscal en ese país, la cual es alta.
Tal situación influiría en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidenses, principal parámetro para fijar el costo de los bonos de otros países (incluido Costa Rica), destacó el economista.
Para el 2020 se prevé que el presupuesto de Estados Unidos tenga un déficit de $1 billón lo cual hará que la deuda pública de ese país llegue a los $22 billones, según informó la agencia AP.