Bernardo Alfaro, jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), considera que las actuales reglas para calificar deudores son compatibles con la directriz presidencial para ayudar a personas sobreendeudadas, así que descarta impulsar algún cambio normativo.
Eso sí, Alfaro, quien trabajó una década en la subgerencia general del Banco Nacional, considera que hacer operativo en la banca pública el programa de salvamento no será una tarea fácil.
El Banco Nacional, Popular y Banco de Costa Rica se comprometieron a crear sus planes para cumplir con la directriz Creación del Programa de Créditos de Salvamento para Personas Sobreendeudadas, propuesta por la administración de Carlos Alvarado.
Dicha iniciativa impulsa un refinanciamiento de deudas a asalariados públicos y privados con un préstamo a un plazo de 15 años y con un interés equivalente a la tasa básica pasiva (TBP) más 5,5 puntos porcentuales todo el periodo (la tasa básica es 5,55% hasta el próximo 23 de octubre).
La persona que se acoja al plan no podrá contraer nuevas deudas y deberá someterse a un programa de educación financiera por al menos tres años.
– ¿Hay necesidad de modificar la normativa sobre calificación de deudores para aplicar la directriz de salvamento?
– En absoluto. Me leí bien la directriz y dije: ¡mirá, no hay que cambiar nada!
– ¿Por qué cree que no es necesario cambiar nada? Los bancos públicos le dijeron a La Nación que sí se requerían cambios.
– La normativa 1-05 (Reglamento para la Calificación de Deudores) privilegia la capacidad de pago de la gente. Entonces, si traen una serie de pacientes que aún tienen capacidad de pago, aún bajo escenario estresado y comprometidos a no volver a endeudarse, entonces dígame qué tengo que cambiar en la norma.
– ¿Puede ser un riesgo para los bancos públicos aplicar las medidas de la directriz?
– Considero que los tres bancos son lo suficientemente prudentes y formales para, ante la directriz, diseñar un programa, definir su apetito de riesgo y si es del caso decir, apoyaré la directriz con equis monto; o en el plan, quien no se porte bien, se le sube la tasa a tanto.
– ¿Habrá mucho detalle?
– Por eso sí creo que lo de operativizar la directriz (de salvamento) no será tan fácil.
– ¿Por qué cree que no será tan fácil hacerla operativa?
– Porque va requerir el diseño de los programas primero por parte de los bancos. Y luego el tema de la educación financiera que no es menor.
“Vaya a la universidad y pídale un programa de educación financiera para tres años, y verá lo que pueden durar. No es como soplar y hacer botellas. ¿Quién dará el curso; quién lo va a pagar?”
– ¿Para que una persona sobreendeudada entre al programa, cree usted que será necesario bajar reglas de crédito y dar una ayuda?
– No. Recuerde que ya los bancos tienen planes de salvamento. Desde la crisis del 2009, por ejemplo, en el Banco Nacional, se diseñaron planes.
– ¿Son diferentes a lo que se propone ahora con la directriz?
– Varían principalmente en el tema del plazo y la tasa. Los planes típicos son de un plazo de siete u ocho años, y la tasa depende de la pérdida esperada calculada para el cliente o sector. Usualmente son más altas que esta.
– ¿Esta iniciativa puede convertirse en una medida mediante la cual los bancos públicos absorban la deuda de otras entidades financieras? El típico caso es una tarjeta de crédito con una tasa del 40%, por ejemplo.
– Sí, puede ser que los bancos públicos terminen trayéndose muchos tarjetahabientes de la banca privada. Pero si la banca pública se empieza a llevar tarjetahabientes que se han comportado muy bien, me voy a preocupar si soy un banco privado.
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– ¿Cómo evitar que una persona dentro del programa de salvamento no vuelva a caer en un problema de sobreendeudamiento?
– Ahí es donde nosotros sí tenemos un rol que jugar. Es poner en el CIC (Centro de Información Crediticia) que esta persona está bajo plan de salvamento. Es una modificación del sistema que solo pondrá “persona bajo programa de rescate”. Ya con eso se sabrá en todo el sistema financiero supervisado.
– En el sector público se ha informado de casos de personas con créditos en varias entidades, tarjetas de crédito y que al final no les queda casi nada de salario. ¿Quién es el responsable de esta situación, la persona o la entidad financiera?
– Si la institución financiera, sabiendo esa situación, da otro crédito, la responsabilidad es de la institución financiera. Está violentando todas las normas prudenciales, violentando la prudencia bancaria.
– ¿Una persona sobreendeudada puede pasar el análisis de estrés crediticio que hacen las instituciones financieras?
– Hay que verlo caso por caso. Si está sobreendeudada y ya una entidad le hizo una adecuación a 15 años o 10 años y aún así está ahogado, es poco lo que se puede hacer, pues el plazo no se puede extender más. Tal vez puedan bajar la tasa puesta por la directriz, pero el margen de maniobra se reduce bastante.
“Ahora, si está sobreendeudado hoy porque tenía tres tarjetas de crédito y las topó, pero nadie lo ha readecuado, ahí se puede hacer mucho”.
– ¿Qué significa readecuado?
– Es que nadie le ha dicho: cancele las tres tarjetas y le hago la directriz. Le doy un crédito por 15 años, a esa tasa que es muy buena, es relativamente baja. Pero hablo de una persona con tres tarjetas saturadas con una tasa del 30%, entonces a esa persona le reestructura eso y le mejora la calidad de vida.
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– Esto es en el caso de una persona que cumpla con su responsabilidad crediticia, ¿pero cambia la situación si es una persona con tarjeta, varios créditos y en mora?
– Si ya está en mora la cosa se empieza a complicar un poco, debe estar en un nivel de mora aceptable.
– ¿Qué sería aceptable?
– Recuerde que el Comportamiento de Pago Histórico (CPH) tiene tres niveles. En el uno, casi no falla en el pago, solo poquito. Digamos se atrasa 15 días en el crédito, eso no mueve la aguja.
“Un CPH 2 es alguien que llegó a 120 días de atraso, lo puso al día, y 30 días después se atrasó de nuevo.
“Un CPH 3 es alguien que tiene un problema permanente. Ese será muy difícil reestructurarle porque tiene un comportamiento de pago complicado. Difícilmente va calzar en las políticas crediticias del banco y menos aún más para un plan de salvamento”.
– ¿Puede salvarse a un cliente para el cual el banco debe hacer una provisión del 100% de lo que prestó?
– Eso no le va a servir a nadie. Ningún banco va querer entrar. Recuerde que la directriz les ordena diseñar el programa, entonces cada uno hará su programa. El del Banco Nacional no será igual que el del Banco Popular ni que el del Banco de Costa Rica.
“Después los exhorta a aplicar las condiciones de tasa de interés y plazo".
– ¿Le parecen razonables esas condiciones?
– Si el deudor debe firmar el acuerdo de no volver a endeudarse, debería ser un deudor con una situación muy estable y buena capacidad de pago. Ahora, si la persona incumple es probable que cambien las condiciones.