Los bancos Nacional, de Costa Rica (BCR) y el Popular destinaron el 23% de sus ganancias, entre el 2006 y el 2012, para pagar premios por productividad a sus empleados.
Así lo concluyeron tres investigaciones divulgadas ayer por la Contraloría General de la República (CGR), que cifraron en ¢99.000 millones el costo del beneficio otorgado entre casi 12.000 empleados bancarios.
Las auditorías concluyeron que el incentivo se otorga –en las tres instituciones financieras– sin contar con un respaldo técnico y sobreestimado, al calcularse con base en las utilidades netas del intermediario y de sus subsidiarias y no del resultado del banco.
“Las juntas directivas de los bancos acordaron otorgar estos incentivos que posteriormente se incorporaron dentro de de las convenciones colectivas”, detalló la contralora Marta Acosta.
Acosta añadió que el uso de los beneficios a la productividad deben transparentarse, pues fue hasta ayer, por primera vez, en darse a conocer.
La Contraloría ordenó establecer un mecanismo apegado a la realidad financiera de cada banco y la situación socioeconómica de Costa Rica.
Los tres bancos públicos descartaron ayer recortar el beneficio para sus empleados y defendieron la forma de cálculo.
“El Banco Nacional estima que no lleva razón la Contraloría (...) por cuanto el pago se ha realizado estrictamente de acuerdo con lo que establece la convención colectiva vigente”, informó anoche su Junta Directiva.
El fundamento de estos incentivos se basan en una directriz presidencial de 1997, que permitió a los bancos públicos establecer nuevas políticas salariales en pro de sus trabajadores.
El Nacional aplica los beneficios desde ese año. Mientras que el BCR lo incorporó en el 2005 y el Popular en el 2009. Bancrédito carece de dichos premios.
Topes. En el Nacional existe la regla de usar solo el 15% de las utilidades netas para premiar a sus empleados. Pero al incluir el pago de las cargas sociales, el beneficio llega al 28% de las ganancias; es decir, ¢10.000 millones en promedio cada año.
En el Popular no existe el tope y el BCR incorporó el límite de 8% en el 2012, según la Contraloría.
“El modelo tiene un adecuado control interno. El mismo se sustenta en políticas y regulaciones expresas que integran su pago al cumplimiento de metas e indicadores de gestión”, afirmó Rónald Solís, presidente de la Junta Directiva del BCR.
Para Geovanny Méndez, director General Corporativo del Banco Popular, los beneficios para productividad buscan una mayor eficiencia operativa y la dotación de mecanismos remunerativos que impacten en la motivación del personal.
Sin embargo, a Javier Cascante, jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), le preocupa el efecto de los incentivos en el comportamiento de los indicadores de eficiencia de la banca pública.
La Contraloría criticó el bono por productividad a la alta gerencia del Nacional. Dicha bonificación, distribuida entre 19 personas, tuvo un costo de ¢2.283 millones entre el 2006 y el 2012. En el caso del Popular y el BCR no se logró determinar el costo a sus gerentes, pues está incluido en el total de incentivos.