Un fuerte aumento en los pagos previstos de préstamos e intereses del Gobierno, el incremento en el plan de gasto de la educación y el alza en los desembolsos para pensiones dispararon en un 19% el presupuesto del 2015, con respecto al del 2014.
Esa cifra del 19% es cinco veces la inflación esperada para el próximo año, de 4%. Además, duplica el ajuste en los ingresos corrientes que estimó la Contraloría General de la República, advirtió la ex viceministra de Hacienda, Edna Camacho.
En total, el proyecto de ley de presupuesto para el 2015, que contiene las erogaciones planeadas para los tres poderes de la República y el Tribunal Supremo de Elecciones, asciende a ¢7,9 billones (millones de millones).
El 53% de dicho gasto se espera financiar con ingresos corrientes (principalmente, impuestos) y 47% con venta de títulos.
Si el presupuesto se ejecutara como está, generaría un déficit en el Gobierno equivalente al 6,7% de la producción.
Los gastos en el servicio de la deuda, educación y regímenes de pensiones representan casi tres cuartas partes del plan de gastos y todos son obligatorios, por lo que el margen de la nueva administración para orientar las erogaciones a sus proyectos fue escaso.
Aun así, el ministro de Hacienda, Helio Fallas, señaló que el presupuesto procura reflejar las prioridades del nuevo Gobierno.
“Hay una gran inflexibilidad del gasto; es imposible hacer un cambio radical. Sin embargo, lo que hicimos en la medida de las posibilidades fue impulsar una serie de programas, de manera que resulten acordes con las prioridades que tiene este gobierno en el tema de pobreza, infraestructura y agricultura.
Efectos esperados. Economistas consultados prevén que ese crecimiento estrujará los préstamos al sector privado el próximo año y que la calificadora de riesgo Moody’s le quitará al país el grado de inversión, que tienen los países con menor riesgo para invertir. Además, consideran que las acciones que realiza el Gobierno no alcanzan para combatir el fuerte déficit.
“Los esfuerzos por mejorar la recaudación son importantes (e indispensables), pero no me parece que logren recaudar lo suficiente adicional para compensar el aumento del gasto”, comentó el economista Luis Mesalles.
Por ello, prevé presiones sobre las tasas de interés y advirtió de que Costa Rica corre peligro de perder su grado de inversión.
“Todo esto pone en evidencia que es de esperar que el déficit del 2015 siga en un nivel elevado (por encima del 6%) y que las necesidades de financiar ese déficit por parte del Gobierno vayan a seguir estrujando al sector privado o presionando la inflación. Esta situación no es sostenible y no extrañaría que las calificadoras de riesgo revisen el nivel de riesgo país”, opinó Edna Camacho.
En la exposición de motivos del proyecto, el Ministerio de Hacienda enumera acciones para minimizar el impacto en la economía, entre ellas, los frutos de las medidas para mejorar la recaudación, hacer una nueva colocación de $1.000 millones en el mercado externo, canjes de deuda y un préstamo con el Banco Mundial que es un mecanismo de contingencia. Colaboraron: Marvin Barquero, Óscar Rodríguez y Esteban Ramírez.