El Gobierno tendrá que pedir prestados ¢4,9 billones el próximo año para hacer frente al Presupuesto Nacional 2024, lo que representa el 38,8% del total del plan de gastos, la menor proporción de deuda de los últimos siete años.
Así lo informó este viernes el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, durante la presentación del proyecto de ley de presupuesto, que para el próximo periodo será por un total de ¢12,6 billones, según el texto entregado a la Asamblea Legislativa.
La mayoría de ese monto, es decir, el 61,2%, se financiará mediante ingresos corrientes, principalmente impuestos. Dicho porcentaje equivale a ¢7,7 billones. Para cubrir el faltante, Hacienda deberá pedir prestado los recursos, ya sea con la venta de valores en el mercado local o en el extranjero, o por medio de créditos con organismos internacionales.
Los datos disponibles en la web de Hacienda muestran, además, que si se cumple la previsión presupuestaria del 2024, será el tercer año consecutivo en que se disminuye el porcentaje necesario deuda para financiar el plan de gastos del Gobierno Central.
El jerarca de Hacienda explicó que la generación de superávit primario (ingresos menos gastos, sin tomar en cuenta el pago del endeudamiento), es lo que permite depender menos de la deuda para cubrir sus necesidades de gasto.
Para el próximo año, la entidad prevé que el balance primario sea equivalente al 1,9% de la producción, es decir, ¢934.629 millones.
“Cuando tengo superávit primario tengo para pagar mi gasto corriente, excluyendo los intereses, entonces voy a poder pagar una parte de la deuda, y no tengo que endeudarme para financiar gasto corriente (salarios, inversión, transferencias)”, detalló Acosta.
El funcionario adelantó que el objetivo es mantener el crecimiento del superávit primario. Para el 2025, prevé que sea equivalente al 2,5 % del producto interno bruto (PIB).
Para el economista José Luis Arce la reducción porcentual del uso de la deuda para financiar el gasto gubernamental es producto del ajuste fiscal aprobado en diciembre del 2018.
“La mejora en la situación de las finanzas públicas ha provocado un cambio en el perfil de vencimientos de deuda; son más moderados y menos estresantes que los de los años 2021 y 2022″, sostuvo Arce.
Este especialista explicó que la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas está detrás del alivio en las cifras fiscales, pues en el 2018 los vencimientos eran de muy corto plazo, a diferencia de ahora que se logró distribuir a cinco años o más.
Arce añadió que el principal riesgo a la tendencia virtuosa en las finanzas es el político, con proyectos de reforma para debilitar la regla fiscal.
“El riesgo técnico del manejo de las finanzas es que Hacienda quiere bajar a toda costa los intereses de su deuda, pero el peligro es que los inversionistas institucionales prefieran invertir en instrumentos externos, a menores tasas, en vez de tener deuda de Hacienda a una tasa en colones de largo plazo”, sostuvo.
Rodrigo Cubero, exjerarca del Banco Central, coincidió en que los mejores resultados en las finanzas públicas se deben a la entrada en vigencia de la reforma fiscal que impulsa los ingresos tributarios y controla los gastos.
“En el mediano plazo continuaremos viendo los efectos positivos de la reforma fiscal. Ahora, pensaría que la recaudación como porcentaje del PIB se estabilizará en los próximos años. Pienso que los efectos de la regla fiscal continuarán, en tanto la razón de endeudamiento a la producción se mantenga sobre el 60%”, sostuvo Cubero.
El extitular del Banco Central apuntó que a futuro el gasto público enfrentará una presión relevante en atención de salud y pago de pensiones a raíz del envejecimiento de la población. Además de la transición energética que hará al país menos dependiente de los combustibles fósiles, lo cual impactará la recaudación de los impuestos a las gasolinas.
Captación millonaria
El ministro de Hacienda Nogui Acosta detalló que aunque el monto a captar el próximo año en el mercado local y en el externo es significativo, ¢4,9 billones, la cifra representa una disminución de ¢113.515 millones comparado con el presupuesto del 2023.
Acosta explicó que para conseguir estos fondos, el Gobierno deberá diversificar sus fuentes de financiamiento, dado que el mercado local es limitado en términos de plazo y presenta tasas de interés elevadas.
Para el 2024, el Gobierno aún tiene la posibilidad de colocar $1.000 millones de eurobonos en los mercados internacionales y puede recibir $1.738 millones por medio de préstamos de apoyo presupuestario.
Precisamente, Acosta subrayó que en el mercado internacional se pueden obtener condiciones más favorables, lo que se traduciría en una deuda “más barata” para el país.
Para el economista Douglas Montero la necesidad de colocar menos deuda refleja una sólida gestión fiscal. Sobre las condiciones de las colocaciones locales consideró que los rendimientos probablemente serán altos, máxime porque se espera que las tasas de interés en Estados Unidos sigan elevadas.
“En el contexto local, las tasas de interés en colones no pueden reducirse mucho más mientras las de Estados Unidos se mantengan en su nivel actual. Si las tasas locales disminuyen significativamente, se desincentivará la inversión en colones y los inversionistas podrían optar por no invertir en Costa Rica”, sostuvo Montero.
El especialista prevé que los títulos valores internos sean, principalmente en colones, y de mediano y largo plazo, pues el fin de Hacienda es extender el perfil de vencimientos.
Freddy Quesada, gerente de INS Valores, explicó que Hacienda irá pagando los vencimientos en moneda extranjera con los ingresos de los créditos de apoyo presupuestario y los eurobonos; e indicó que de endeudarse en el mercado local en dólares tendría un mayor riesgo cambiario, pero no crecería de manera importante.