Washington. Las tasas de los bonos del Tesoro estadounidenses a largo plazo aumentaron el jueves a un nuevo máximo desde la Gran Recesión que comenzó en 2007.
Este incremento se debe a los temores de una inflación persistente, a la postura firme de la Reserva Federal (FED), el banco central, en relación con las tasas para combatir el aumento de precios y, de manera paradójica, también a la robusta salud de la economía estadounidense. Estos factores impactan en Wall Street y repercuten en los créditos hipotecarios.
¿Qué son las tasas obligatorias?
Los rendimientos de los bonos son las tasas de interés que pagan las obligaciones emitidas (deuda contraída) por un Estado. A menor precio del bono, mayor es la tasa de interés que ofrece. Cuando los bonos de un país son muy demandados, su precio aumenta y, por lo tanto, la tasa de interés a la que se contrae deuda disminuye.
En otras palabras, el rendimiento para el inversor disminuye, pero el Estado puede financiarse de manera más económica. Cuando los inversores, como compañías de seguros o fondos de pensiones, venden sus bonos, o cuando hay una gran emisión de deuda, el precio baja y la tasa de interés sube. En consecuencia, el Estado debe pagar más para endeudarse.
El reciente aumento en las tasas de los bonos del Tesoro a 10 y 30 años alcanzó el jueves niveles máximos desde el 2007, situándose en 4,30% y 4,40%, respectivamente, niveles que ya se habían alcanzado en octubre de 2022, cuando la inflación era una preocupación en Estados Unidos.
¿Cuál es la causa? La salud de la economía estadounidense
Paradójicamente, la sólida actividad económica en Estados Unidos, que hasta hace poco se creía que se dirigía hacia una recesión, refuerza la idea de que la inflación persiste y que podrían producirse nuevos aumentos en la tasa de interés de referencia por parte de la FED.
Esta perspectiva impulsa al alza los rendimientos de las obligaciones. “El factor más influyente es la solidez de la economía”, explicó Karl Haeling, director de mercados de capitales del banco Landesbank Baden-Wurttemberg (LBBW).
“A comienzos de año, los economistas preveían un crecimiento nulo y una posible recesión”, recordó. “Pero el indicador del PIB de la Fed de Atlanta, revisado al alza en varias ocasiones, sugiere una expansión del 5,8% en el tercer trimestre en proyección anual. ¡La economía está en buen estado!”, resaltó el analista.
Para Nathan Sheets, economista en jefe de Citigroup, la razón fundamental detrás del aumento de las tasas es que la FED “podría necesitar tomar medidas adicionales” para controlar la inflación, después de 11 aumentos en estos tipos de interés de referencia para la economía.
¿EE.UU. pide más préstamos?
Otro factor que contribuye a explicar este fenómeno, según Haeling, es que el Tesoro de Estados Unidos está inundando el mercado con emisiones de deuda, lo que a su vez mantiene bajo control el precio de los bonos.
Sin embargo, para David Kotok, director de inversiones de Cumberland Advisors, estas emisiones actuales tienen la finalidad de “recuperar el terreno perdido durante la crisis del límite de endeudamiento” en Estados Unidos, un período de tensión política en el que el gobierno no pudo emitir deuda.
El anuncio del Tesoro sobre sus amplias previsiones de emisión coincidió con la rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de la agencia calificadora Fitch, pasando de AAA a AA+. Este factor “simbólico”, según Haeling, fue el detonante de un nuevo aumento en los rendimientos de las obligaciones federales.
¿Los consumidores pagan el precio?
Tasas más elevadas afectan a los créditos hipotecarios, que han alcanzado niveles máximos en 21 años. “El costo del préstamo hipotecario a 30 años, el más común en Estados Unidos, ahora supera el 7,5%. ¡Hace apenas dos años, era del 3%!”, resaltó Kotok.
Lawrence Yun, de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR), criticó a la FED y emite una advertencia. “La FED cometió un error al creer que aún necesitaba aumentar las tasas de interés a pesar de la baja inflación”, expresó en relación con la decisión del banco central a finales de julio que llevó las tasas de referencia al 5,50%, el máximo en 22 años.
“En mi opinión, están yendo demasiado lejos”, afirmó. Esto “frenará la recuperación del mercado inmobiliario, que estaba saliendo de una recesión”. Por otro lado, el dólar se beneficia y alcanza su punto más alto en seis semanas.
En el mercado bursátil, los inversores “comienzan a preocuparse por un escenario en el cual las tasas podrían mantenerse elevadas durante un largo período”, lo cual dificultaría que las empresas realicen inversiones. “No es un entorno favorable para las acciones”, reconoció Nathan Sheets, de Citigroup.