Solo uno de cada cuatro trabajadores, cotiza mes a mes, para su pensión complementaria obligatoria y hace crecer de manera continua su ahorro individual para el momento de su retiro.
Las restantes personas efectúan aportes intermitentes a su jubilación, pues han trabajado de manera informal durante la mayor parte de su vida laboral.
Los datos de la Superintendencia de Pensiones (Supén), brindados a La Nación, muestran que solo el 24% de los afiliados al Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP) han efectuado aportes a su ahorro individual por más de 12 años consecutivos, lo cual significa que poseen trabajos estables.
En tanto, el 53% de los afiliados al fondo obligatorio cuenta con menos de 70 cuotas en su ahorro individual, los cual significa menos de seis años de cotizar al régimen.
Rocío Aguilar, jerarca de la Supén, explicó que la mayoría de trabajadores que efectúan aportes de manera continua son, en su mayoría, funcionarios públicos, quienes tiene una relación laboral estable.
La funcionaria destacó que los trabajadores con baja aportación al ROP, también tienen poca contribución al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), y demuestra el problema de la informalidad en el mercado laboral costarricense que empeorará por la pandemia sanitaria.
Al segundo trimestre de este año, la población ocupada con empleo informal fue del 39,8%, lo cual significa 694.000 personas, según la más reciente Encuesta Continua de Empleo, efectuada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
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“Si bien hay una masa de afiliados importante, de 2,7 millones, en términos de aportantes activos son 1,2 millones. El resto son personas que entran y salen. En un momento tienen trabajo formal y en otro no. Esto generará, a futuro, un problema muy serio porque algunas de estas cuentas (de ahorro) tienen muy baja aportación”, destacó la jerarca de Supén.
La realidad descrita por la funcionaria se refleja en los montos del ahorro individual en el ROP.
Los trabajadores que aportan de manera continua a su pensión complementaria tienen, en promedio, ¢4,4 millones acumulados.
En cambios, quienes no han tenido una continuidad en sus contribuciones, el monto promedio es de ¢3 millones, según Supén.
La diferencia es más drástica en los trabajadores de menores ingresos que cotizan al sistema complementario.
Por ejemplo, en el 25% de los aportantes con salarios bajos, el monto acumulado en su ROP es de ¢800.000. En las mismas condiciones de remuneración, el monto asciende a ¢100.000 entre los afiliados que no han tenido un trabajo formal continuo en su vida laboral, muestran los datos de la Superintendencia.
Hermes Alvarado, gerente de BN Vital, recalcó que los trabajadores con más de 15 años años de haber ingresado al régimen se les dificulta volver a la fuerza de trabajo cuando pierden su empleo.
“Para estos trabajadores su saldo acumulado no crecerá lo suficiente para brindar una cobertura digna al momento de la jubilación. En el ROP, la pensión a disfrutar depende del ahorro individual de cada persona”, destacó Alvarado.
Mauricio Rojas, gerente de BCR Pensiones, destacó que los empleos con una alta rotación, como el sector construcción y el agrícola, suelen influir entre las razones de una baja aportación.
También influye, destacó, los patronos que no efectúan el reporte de sus planillas a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
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Valorar cambios
La jerarca de la Supén destacó que es necesario efectuar una revisión de los regímenes complementarios de pensiones con el fin de fortalecerlos pues, luego de 20 años de su creación, hay personas mayores con muy pocos aportes y trabajadores independientes fuera del sistema.
La Ley de Protección al Trabajador, creadora del sistema complementario, estableció que las operadoras de pensiones complementarias (OPC) administran el ROP de los trabajadores asalariados y prevé la opción de planes voluntarios de jubilación para los trabajadores.
“La reforma importante a futuro es cómo hacer que los trabajadores independientes coticen al ROP, hoy solo se cotiza a través de la planilla”, destacó Aguilar.
La funcionaria enfatizó que el sistema también debe adaptarse a los cambios en el mercado de trabajo, jornada laboral y la poca capacidad de ahorro para un plan de pensión voluntario.
Para Héctor Maggi, gerente de la OPC de la CCSS, una vez pasada la pandemia se deberá efectuar una labor país para lograr una migración del empleo informal al formal, pues permitirá a la persona optar por la pensión del IVM y del ROP.
“Debería existir la posibilidad de que las personas independientes puedan aportar para la creación de un ROP, así tener una opción para crearse una pensión complementaria mediante aportes voluntarios”, dijo Maggi.