La Superintendencia General de Seguros (Sugese) activó las alertas debido a las millonarias pérdidas reportadas, hasta junio anterior, en las pólizas de Vida, Riesgos del Trabajo (RT) e Incendio.
La información publicada por la entidad muestra que hasta junio anterior, en el acumulado de 12 meses, el ramo de seguros de Vida comercializados en el país tuvieron un minusvalía de ¢41.793 millones. En el caso del RT la caída fue de ¢17.538 millones y, en Incendio, de ¢11.807 millones.
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Tomás Soley, jerarca de la Sugese, confirmó que ya solicitaron a las aseguradoras que comercializan estos productos efectuar una revisión técnica de las pólizas para determinar cuáles fueron las razones del deterioro registrado en el último año.
“Este es un tema (las pérdidas) a los cuales la Superintendencia le da seguimiento y conversa con las entidades cuando se ven ramos que se van deteriorando. Entonces, se le pide a las entidades que pongan atención, revisar el producto, los costos de la operación y eventualmente las primas”, sostuvo Soley.
El resultado de estas tres pólizas es relevante porque representan el 44,5% del mercado asegurador costarricense, según los datos de la Sugese.
El Superintendente explicó que las aseguradoras deben efectuar una revisión actuarial de su producto, cuando en dos años consecutivos se reporta un resultado negativo.
“Sí hemos mandado (oficios) preguntando lo que ocurre porque en algunos ramos nos preocupa la sostenibilidad de mediano y largo plazo”, afirmó el jerarca.
Soley aclaró que, aunque se refleje un mal resultado, no significa que hay entidades en riesgo, pues aún se cuenta con reservas y el patrimonio, en caso de ser necesario, para cubrir un desequilibrio; pero sí es una luz de alerta para la Superintendencia y las aseguradoras.
El reporte técnico financiero, elaborado por la Superintendencia, es el estado de resultados de las primas cobradas por las empresas aseguradoras, los siniestros pagados, las provisiones de los seguros y las ganancias o pérdidas financieras de las inversiones de cada operador.
Los datos de Sugese muestran que las pólizas de Vida comenzaron un proceso de desaceleración, en junio del 2017, cuando tuvo una ganancia de casi ¢14.000 millones, hasta caer en terreno negativo. En contraste, Riesgos del Trabajo e Incendio sí reportaron un resultado positivo en los últimos cuatro años.
Las pérdidas de estas tres pólizas generaron una fuerte caída en el negocio asegurador en los últimos cinco años.
A junio pasado, en el acumulado de los últimos 12 meses, esta actividad tuvo una utilidad técnica financiera de ¢83 millones. Mientras que, el año pasado, al mismo periodo, reportó una ganancia de ¢92.726 millones.
¿Por qué el mal resultado?
Soley explicó que el resultado adverso, durante este año, ocurre a raíz del efecto económico provocado por la pandemia de la covid-19, el aumento de la siniestralidad en algunos ramos de seguros y primas insuficientes para sostener el resultado de un producto.
“En un seguro se fija la prima hoy para los siniestros que estimo que habrá a futuro. Entonces ahí está la solidez de la prima fijada, los gastos administrativos y de comercialización, la siniestralidad y la variación de reservas, que puede ser para liberar o acumular reservas. Cuando se ve una línea roja (…) es claro que la prima es insuficiente para cubrir el gasto del producto”, explicó el jerarca.
Por operador, el Instituto Nacional de Seguros (INS) fue la entidad que mostró la mayor pérdida técnica (resultado técnico es el que proviene propia y exclusivamente de la actividad aseguradora) por ¢25.974 millones, en el acumulado del último año cumplido en junio pasado, muestran los datos de Sugese.
Mientras que, en el mismo periodo del 2020, la aseguradora pública tuvo una ganancia de ¢66.997 millones.
Luis Fernando Monge, gerente general del INS, explicó que la pérdida se produjo por una alta siniestralidad provocada en el seguro colectivo de vida y el RT.
“Las razones de la pérdida fueron la pandemia de la covid-19, estamos pagando más indemnizaciones. Por razones técnicas, cuando sucede una situación como esta, las metodologías de cálculo de nuestras provisiones de siniestros pueden registrar sobrestimaciones y esto también impacta los resultados”, detalló Monge.
El ejecutivo explicó que la situación en la línea de Riesgos del Trabajo ya se corrigió por completo en agosto, cuando registró un excedente de ¢46.489 millones. Sin embargo, la Superintendencia aún no ha publicado el resultado para dicho mes.
“Respecto a la línea del Colectivo de Vida, se siguen implementando acciones para contener el impacto del incremento en la siniestralidad, y al cierre de agosto, la pérdida disminuyó a ¢30.984 millones”, manifestó Monge.
El jerarca aseguró que el resultado es coyuntural y que cuando se agrega la cuenta financiera, es decir, las inversiones en títulos valores, la entidad tuvo una utilidad neta de ¢77.000 millones. El INS tiene una cartera de inversiones que supera los ¢1,6 billones.
Seguros del Magisterio (SM Seguros) fue otra de las empresas que tuvo un resultado técnico negativo. Hasta junio fue de -¢524 millones, en comparación con la ganancia de ¢967 millones, al mismo periodo del 2020.
Greilyn Ramírez, gerente general de la entidad, dijo que la pandemia les generó una desviación que impactó de manera fuerte en las pólizas de vida, producto en el cual aglutinan casi el 9% del mercado.
“El tema no pasa por una insuficiencia de primas cuando se emitieron los seguros, lo que sucede es que cuando se colocaron, las tablas de mortalidad utilizadas para tarifar se comportaban bajo otro contexto que, evidentemente, con la llegada de la covid-19, cambiaron el escenario”, dijo Ramírez.
El vocero destacó que han logrado administrar de manera adecuado los riesgos y, a la fecha, pagaron todas las indemnizaciones a los clientes y familiares.