San José
La obtención de un mayor ingreso para cuando llegue el momento de jubilarse es el objetivo principal del Régimen Voluntario de Pensiones (RVP), pero este sistema complementario aún capta a una minoría de los trabajadores afiliados al sistema de pensiones.
Cada trabajador asalariado está obligado a aportar a una pensión obligatoria complementaria, que es registrada por la Caja y es administrada por la operadora de pensiones que elija el contribuyente.
El grueso de aportantes a esa pensión, que pertenece al Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP), está compuesto por más de un millón de personas, pero solo el 4,5% de esa población opta por complementar su pensión con un ahorro voluntario, según datos de enero del 2017, publicados por la Superintendencia de Pensiones (Supén).
En un plan voluntario, la persona aporta una porción de su ingreso mensual, según su capacidad de ahorro, con el fin de aumentar el caudal de la pensión que recibirá en su jubilación.
Cualquier persona mayor de 15 años puede suscribir un plan de pensiones de este tipo, sea asalariado o no.
Sin embargo, los más jóvenes son los que menos ahorran de forma voluntaria para su pensión, ya que el 78% de los aportantes que están afiliados al RVP superan los 31 años.
"No hemos sido formados o educados para el ahorro futuro, es decir, la edad ideal para planificar su pensión es a los 22 años, casi con el primer salario, y la realidad de nuestra sociedad es que empezamos a pensar en la pensión cuando tenemos más de 50 años y el tiempo es muy corto para accionar", dijo Héctor Maggi, gerente de la operadora de pensiones de la Caja.
Resultados. El régimen voluntario cuenta con dos fondos, el A y el B, ambos con modalidaes en colones y dólares.
En el A, están los afiliados cuyos contratos son anteriores a la entrada en vigencia de la Ley de Protección al Trabajador (2001) y en el B, los que llegaron luego de esa normativa.
En el fondo B existen un total de 26.149 aportantes, luego de sumar poco más de 4.000 nuevos afiliados en el último año. En total, incluido el fondo A, los afiliados ascienden a las 49.281 personas.
A diciembre del año pasado, las arcas de estos fondos superaron los ¢267.000 millones. BN Vital fue la operadora que más dinamizó su caudal en el último año y su ritmo de crecimiento es de 3% anual.
Sin embargo, en el mismo periodo, el ROP registró un ingreso de más de 59.000 nuevos aportantes.
Educación. Operadoras de pensiones coinciden en que los portafolios están bien estructurados, son atractivos y no requieren de modificaciones, mientras que la educación es la gran ausente en la ecuación e impide que la población aumente su interés en algo que desconoce.
La cultura previsional juega también un papel importante.
"Actualmente, son muchos los trabajadores que tratan de satisfacer sus necesidades más inmediatas y no piensan en su futura jubilación. Es un grupo importante que carece de los recursos para postergar el consumo presente para fortalecer el consumo futuro, entendiéndose este último como la satisfacción de las necesidades en la etapa jubilatoria", dijo Alejandro Solórzano, gerente de Vida Plena.
La única salida sería educar a la población desde una temprana edad.
Según Hermes Alvarado, gerente de BN Vital, lo que el público requiere con suma urgencia es información y asesoría en este tipo de planes que le servirán para mantener o mejorar su futura calidad de vida.
Atractivo. Las ganancias que ofrecen estos fondos pueden llegar a superar las del régimen obligatorio.
A diciembre, los fondos voluntarios en colones ofrecían una rentabilidad real (descuenta el efecto de la inflación) histórica de 6,2%, en promedio.
El rendimiento histórico considera la rentabilidad desde la creación del fondo a la actualidad.
Estas tasas inician en 5,53% y alcanzan el 6,9%, ya que varían según la operadora de pensiones.
En contraste, también al cierre del año pasado, los fondos complementarios están ofreciendo una rentabilidad real histórica de 5,1%.