La Comisión Europea rebajó este jueves de 2,7% a 2,6% su expectativa de crecimiento económico este año en la eurozona, y elevó de 6,1% a 7,6% su previsión de inflación anual, a raíz del fuerte impacto de la guerra en Ucrania.
En su Previsiones Económicas del verano boreal la Comisión recortó también las expectativas para 2023 -con una previsión de crecimiento de 1,4% y una inflación de 4%- y advirtió que la situación podría agravarse aún más en caso de interrupción de abastecimiento del gas ruso.
Para la Unión Europea (UE) en general (incluyendo a los ocho países del bloque que no adoptan la moneda común), la Comisión espera para este año un crecimiento de 2,7%, el mismo que había anunciado en las Previsiones publicadas en la primavera boreal, en mayo.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, indicó que el impulso conseguido por la reapertura luego de las restricciones sanitarias "apuntalará el crecimiento anual en 2022, pero para 2023 hemos revisado notablemente a la baja nuestro pronóstico".
De acuerdo con Gentiloni, para "navegar en estas aguas turbulentas, Europa debe mostrar liderazgo, con tres palabras que definen nuestras políticas: solidaridad, sostenibilidad y seguridad".
LEA MÁS: Costo de alimentos básicos sube 16%; alza afecta más a trabajadores no calificados
Entre las principales economías de la eurozona, la Comisión volvió a recortar su expectativa de Alemania para este año, de un 1,6% expresado en mayo a 1,4%.
Para España, la Comisión espera un crecimiento económico este año de 4% (misma expectativa en mayo), aunque para el año próximo rebajó drásticamente la previsión, de 3,4% a 2,1%.
Según el informe de la Comisión, España cerrará este año con una inflación de 8,1%, un nivel más elevado que Alemania (7,9%), Italia (7,4%) o Francia (5,9%).
Incertidumbres y riesgos
La trayectoria de la inflación también es un factor de graves preocupaciones.
De acuerdo con la agencia europea de estadísticas Eurostat, la eurozona cerró el mes de junio con una inflación de 8,6%, un nivel que pulveriza todos los récords de su serie histórica.
Este escenario ha encendido todas las luces de alarma, ya que podría dejar a la Unión Europea estancada ante una mezcla explosiva de bajo crecimiento y elevada inflación.
En su informe divulgado este jueves la Comisión Europea también advirtió que la situación podría empeorar si Rusia corta el suministro de gas, ya que Europa sigue dependiendo en gran medida de los hidrocarburos rusos.
De acuerdo con la Comisión los riesgos para la trayectoria del crecimiento y la inflación "dependen en gran medida de la evolución de la guerra y, en particular, de sus implicaciones para el suministro de gas a Europa".
"Como se desconoce la evolución de la guerra [en Ucrania] y la fiabilidad del suministro de gas, esta previsión está sujeta a una gran incertidumbre y a riesgos de baja", apuntó Gentiloni en un comunicado de prensa.
La UE adoptó severas sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, incluyendo un embargo progresivo al petróleo importado desde ese país, que debería completarse hasta el fin de este año.
Hasta ahora, no obstante, la UE aún no ha adoptado una medida similar contra el gas natural de Rusia, un combustible crítico para el funcionamiento de parte importante de la industria europea.
En respuesta a las sanciones, sin embargo, Rusia ya comenzó a reducir sus entregas de gas a países de la UE, en un cuadro dramático para el bloque, que en una carrera contrarreloj busca una fuente alternativa de ese combustible.