El fondo que protege los ahorros de 8,9 millones de depositantes, hasta por un máximo de ¢6 millones, tiene una alta exposición al riesgo cambiario porque invierte todos sus recursos en dólares en el extranjero, aunque recibe aportes en colones de manera trimestral de la banca pública y privada; cooperativas, financieras y Caja de ANDE.
Ana Rita Mora, directora del departamento del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) en el Banco Central de Costa Rica (BCCR), reconoció en entrevista con La Nación que existen limitaciones normativas que prácticamente impiden al Fondo invertir en el mercado interno.
La diversificación del portafolio se da a nivel de emisores e instrumentos, pero no de moneda. El FGD prioriza las inversiones en bonos del Tesoro de Estados Unidos y en activos líquidos, todos a plazos de entre uno y tres años, con una tolerancia de riesgo baja.
El riesgo cambiario existe porque las entidades contribuyentes aportan colones, en su mayoría, pero el dinero se invierte el 100% en dólares.
En caso de que deba activarse el mecanismo, el Fondo tendría que pagar a los ahorrantes en moneda nacional, por lo que se deben convertir los recursos, lo cual genera exposición a los vaivenes del tipo de cambio.
La Ley de Creación del Fondo de Garantía de Depósitos y de mecanismos de resolución de los intermediarios financieros estableció un impedimento para que el FGD invierta en títulos del Banco Central, del Gobierno y en las entidades contribuyentes.
“Si usted saca esos tres emisores ¿qué queda a nivel local? No queda nada. Además, hay un tema de política de inversión de ciertas calificaciones de riesgo. Por ejemplo, las acciones no se pueden comprar", explicó la directora del Fondo.
Además aceptó que el FGD no cuenta actualmente con instrumentos de cobertura cambiaria.
Las únicas alternativas para invertir en el mercado interno son las emisiones locales de bancos de desarrollo. Sin embargo, se requeriría diversificar en más de un emisor, ya que no se puede concentrar toda la inversión en uno solo. También dependería de la oferta disponible, apuntó.
La directora del FGD aseguró que el principal objetivo del Fondo es la liquidez y, en segundo lugar, la preservación del capital. “Bajo esos dos supuestos, entonces hay que echar mano del mercado internacional”, afirmó.
No obstante, Mora destacó que el mercado internacional ofrece una amplia variedad de opciones de inversión que son seguras y líquidas. Añadió que el riesgo cambiario también podría jugar a su favor si el colón se deprecia.
En total, el Fondo tiene ¢13.579 millones invertidos. Durante el último año, la menor variación en el tipo de cambio provocó un perjuicio de ¢34 millones por diferencial cambiario.
En este momento, podría cubrir la eventual salida de algunas entidades pequeñas, pero no está preparado para respaldar a las más grandes. En esos casos, se recurriría al encaje mínimo legal.
Al 31 de diciembre de 2024, el Fondo de Garantía contaba con un patrimonio de ¢14.000 millones. Su principal fuente de ingresos son las contribuciones trimestrales de las entidades financieras.
El Fondo no podrá invertir en títulos del Banco Central de Costa Rica, del Gobierno central ni de ninguna de las entidades contribuyentes.
— Artículo 15 de la Ley de de Creación del fondo de garantía de depósito y de mecanismos de resolución de los intermediarios financieros
Mora adelantó que trabajan en una propuesta para que el Fondo pueda ampliar su espectro de inversiones e incluir al menos al Gobierno, con el fin de contrarrestar el riesgo cambiario al que está expuesto.
Esta ley fue aprobada a inicios de 2020 con el objetivo de proteger los ahorros de los clientes de entidades financieras, tanto personas físicas como jurídicas, ante una eventual quiebra.
El Fondo garantiza hasta ¢6 millones de los depósitos de personas físicas y jurídicas en cuentas mantenidas en entidades registradas y supervisadas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef). Cubre exclusivamente el monto principal, no los intereses y, de momento, no se ha implementado.
Normativa ‘es muy sana y necesaria’
María Isabel Cortés, directora ejecutiva de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), consideró que la norma actual, que limita la inversión del FGD a activos externos, “es muy sana y necesaria”, por lo que debería mantenerse.
“En primer lugar, (la norma) procura asegurar la conservación de los recursos del FGD mediante inversiones en activos de alta calificación y muy bajo riesgo. En segundo lugar, busca desvincular a la cartera del FGD del riesgo de Costa Rica, puesto que una crisis sistémica que causare quiebras bancarias, o fuera causada por ellas, llevaría una alta probabilidad a una caída en los precios de los activos locales”, aseveró Cortés.
Según dijo, de momento, no han externado ningún criterio sobre este tema a la administración del FGD. Añadió que el mercado local cuenta con pocas opciones de inversión en activos de alta calificación, especialmente en colones.
Johnny Monge, director financiero del Banco Popular, manifestó que no han presentado una opinión formal sobre los riesgos asociados a la exposición cambiaria. Por su parte, el Banco de Costa Rica (BCR) comentó que este riesgo cambiario obedece a la restricción legal que impide invertir en bonos del Gobierno y del Banco Central.
“Se podría invertir en alguna emisión en colones que cumpla con las disposiciones de la política; sin embargo, la mayoría de las inversiones se encuentran en moneda extranjera”, precisó la entidad.
Monge señaló que esta situación puede provocar fluctuaciones en la valoración de las inversiones, como resultado de coyunturas económicas y políticas internacionales que no necesariamente se reflejan en el mercado local. Añadió que podrían generarse pérdidas si el colón se aprecia.
Pese a ello, reconoció que el mercado internacional también ofrece beneficios, como mayor liquidez en comparación con el mercado local. “Este aspecto puede ser crucial para la gestión eficiente del Fondo, ofreciendo oportunidades para mitigar riesgos a través de una adecuada estrategia de inversión”, explicó.
Cortés agregó que el FGD podría adquirir mecanismos de cobertura cambiaria para cubrir el riesgo asociado a sus inversiones externas. La Nación consultó al Banco Nacional y al BAC, pero ambas entidades no emitieron comentarios. En el caso del BAC, pidieron que las preguntas se remitieran a la ABC.
Discusión llega a Junta Directiva
La situación también se discutió en la Junta Directiva del Banco Central, según consta en el acta 6243-2025, publicada por el ente emisor, correspondiente a la sesión del 12 de marzo.
“Todo eso se invierte en dólares, porque acá no hay casi posibilidades de inversión. Esto se invierte afuera en moneda extranjera y si el Fondo tuviera que pagar los depósitos en un momento, tiene que pagarlo en colones. Entonces, sí es un riesgo cambiario alto”, expresó Mora en esa reunión.
Marta Soto, directiva del Banco Central, cuestionó que se invierta en dólares. “(...) si se reciben aportaciones en colones, que se invierta en colones. Es que es ilógico”, afirmó en la sesión.
Pablo Villalobos, ahora gerente del ente emisor (antes fue director del Departamento de Riesgos y Cumplimiento del BCCR), recordó que durante la discusión del proyecto de ley se estableció que no se podía invertir en Gobierno y que “más por una decisión política” también se incluyó al Banco Central.
Por su parte, Róger Madrigal, presidente del Central, afirmó que, mientras el Fondo esté adscrito al BCCR, resulta válido que no se invierta en el ente emisor, pues “estarían poniendo la plata en ellos mismos”.
Maduración lenta
Actualmente, el Fondo está en una etapa muy temprana de maduración y se prevé que alcance su nivel óptimo en unos 40 años, siempre que no se modifique la forma en que recibe sus contribuciones.
El nivel óptimo es de un 5% de los depósitos garantizados de las entidades financieras aportantes. En sus primeros años se acumuló menos del 1%. También se contempla una reforma para acelerar el ritmo de acumulación.
El aporte máximo anual es del 0,15 % de los depósitos que manejan las entidades, lo que hace que el ritmo de acumulación sea lento, según Mora.
“El porcentaje es bastante bajo, lo que implica una acumulación lenta. Por ello, se previó la posibilidad de tomar recursos del encaje mínimo legal o de la reserva de liquidez para enfrentar alguna situación durante los primeros años”, explicó Mora.
