El Ministerio de Hacienda apoyó la reforma al Fondo Nacional de Estabilización Cafetalera (Fonecafé) para reducir los aportes del productor, pero pidió que se finiquite en el 2011, cuando termine de pagar sus deudas.
El titular de esa cartera, Guillermo Zúñiga, reconoció que la reforma al Fonecafé, que espera segundo debate en la Asamblea Legislativa, se envió con el consentimiento de Hacienda.
Ese apoyo se solicitó porque el Gobierno avala al Fondo, que vendió $50 millones en bonos en el 2001 y dio lo recaudado a los productores para paliar la crisis.
Los cafetaleros entregan recursos al Fondo cuando mejoren los precios internacionales, con los cuales se paga la deuda. Sin embargo, el Gobierno debe atender la deuda por bonos e intereses cuando las cotizaciones estén bajas. Así sucedió entre finales del 2003 e inicios del 2005, cuando el Estado debió asumir pagos por $13,2 millones (¢6.864 millones).
El Fonecafé debe pagar esos $13,2 millones, más otros $30 millones (¢15.500 millones) de los bonos emitidos, que vencen en el 2011.
Cambio. La modificación al Fonecafé fija un aporte único de $2,75 por fanega en fruta (corresponde a un quintal o 46 kilos de café beneficiado) cuando el precio en rieles (local al salir del beneficio) supere los $100 por quintal.
En la Ley original hay una escala para aportes, que se activa cuando el precio llega a $92 por quintal. De $92 a $99, aportan un 3%; de $100 a $124, un 4%; de $125 a $149, un 6%, y arriba de $150 un 10%.
Los cambios se aprobaron en primer debate el 6 de setiembre. Está pendiente el segundo debate.
La reducción en el ingreso puede afectar la disponibilidad de recursos para pagar las deudas, pero el ministro Zúñiga dijo que lo tiene tranquilo la proyección del comportamiento de los precios, según la cual el Fonecafé dispondrá de ingresos suficientes para pagar los bonos, sus intereses y la deuda que tiene con el Estado y sus intereses.
Otra reforma que se pidió introducir en el proyecto de ley igualmente tranquiliza al ministro Zúñiga. Se estableció un sistema para el pago de las deudas, explicó, en que expresamente se incluyó el monto por pagar al Estado, así como los intereses, aunque en este caso la tasa se debe negociar.
Ronald Peters, director ejecutivo del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), no recordó ayer cuál fue la tasa de interés pagada al Gobierno en 1997, cuando el Fonecafé honró la primera emisión de bonos.
“Como todo negocio, tiene un riesgo financiero. Eso lo valoramos, pero en base a proyecciones de precios y niveles de producción lo consideramos razonable”, manifestó ayer el Ministro Zúñiga.
Sin embargo, dijo que en general estructuras de ese tipo, en que la sociedad asume el riesgo por un grupo, no lo hacen “muy feliz”. Por eso, añadió, el sistema del Fonecafé debe recibir un último empujón para cumplir obligaciones hasta el 2011 y no volverse a utilizar.