Las expectativas de inflación y variación cambiaria, según la encuesta que realiza el Banco Central a especialistas, arrojaron resultados un poco más altos en marzo del 2022 respecto a meses anteriores.
Según publicó la entidad en la página web la expectativa promedio de inflación para los próximos 12 meses fue de 5,3% y la variación del tipo de cambio a 12 meses, de 4,9%.
Esta encuesta a personas del sector empresarial, académico y financiero se suspendió desde diciembre del 2020 y se reanudó en diciembre del 2021. Se solicitó información al Banco Central sobre el número de personas consultadas y los días en los cuales se efectuó la consulta y se espera respuesta.
El Banco Central también mide estas expectativas por las transacciones en el mercado. Según esa medición, en marzo la expectativa de inflación para los siguientes 12 meses fue de 1,90% y de variación cambiaria, de 4,29%.
Consultado sobre la diferencia de los resultados de ambos estudios, el economista José Luis Arce, director de FCS Capital, explicó que el problema con las expectativas de inflación o depreciación basadas en expectativas de mercado es la eficiencia y el funcionamiento de los mercados de deuda o renta fija en Costa Rica.
“Son mercados poco sofisticados y con poca liquidez y, por tanto, con problema de formación de precios que pueden generar esas discrepancias. Por eso las expectativas basadas en el mercado en el caso de la inflación se han quedado rezagadas”, comentó el economista.
Elementos que influyen en los resultados
Consultado sobre estos resultados el economista y socio de Ecoanálisis, Alberto Franco, explicó que en cuanto a la inflación ésta se ha acelerado tanto dentro como fuera del país.
Según publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en febrero del 2020, el índice de precios aumentó hasta 4,90%, el mayor incremento registrado desde diciembre del 2014.
LEA MÁS: Inflación interanual se disparó a 4,90% en febrero
“Conforme se materialice una mayor inflación, eso influirá sobre la capacidad de compra de los ingresos de toda la población. En el sector público, restricciones fiscales probablemente limiten la magnitud de los ajustes salariales por costo de vida en ciertas instituciones del Gobierno. En el sector privado, los ajustes por inflación dependerán, mayormente, de la capacidad económica de los empleadores y de sus políticas de recursos humanos”, comentó Franco.
Además, la mayor inflación obliga a los consumidores a hacer reacomodos en presupuestos, y también, en la medida en que sea posible, a buscar nuevos ingresos, añadió el economista.
Respecto a las expectativas de una mayor depreciación del tipo de cambio, para Franco pareciera reflejar el hecho de que, en los meses más recientes, ha habido presiones al alza en el tipo de cambio, por el aumento en la factura por la compra de materias primas importadas más caras, y también, por el deterioro en el entorno externo para nuestra economía.
“Para la mayoría de la población, una mayor depreciación del colón no es buena noticia, debido a que significa, en mayor o menor medida, un aumento en los gastos personales o familiares. Para las empresas, una mayor depreciación del tipo de cambio significaría incrementos en sus gastos en la medida en que dependan de insumos o componentes importados”, comentó.
“Ante un panorama de mayor incertidumbre externa, mi sugerencia general es tratar de minimizar la exposición al riesgo de variaciones en el tipo de cambio, que puedan afectar negativamente las finanzas de los consumidores, o de las empresas”, añadió el economista.