La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica, en sesión del 22 de mayo de 2019, acordó un nuevo recorte en sus tasas de interés.
La entidad redujo en 25 puntos base la tasa de política monetaria para ubicarla en 4,75% anual, a partir del 23 de mayo de 2019.
El pasado 28 de marzo la entidad había recortado dicha tasa de 5,25% a 5%.
La tasa de política monetaria es una tasa de referencia; es la tasa que el Banco Central considera que es coherente con el costo de la liquidez, en un momento dado y generalmente tiene impacto en el resto de tasas.
También acordó reducir la tasa de interés bruta de los depósitos a un día plazo de 3,04% a 2,85% anual, también a partir del 23 de mayo de 2019.
En un comunicado la entidad explicó que el órgano directivo tomó en cuenta tanto los factores que presionarían temporalmente la inflación al alza como los que la empujarían a la baja.
Entre los primeros se consideró el aumento en los precios internacionales de materias primas y los cambios asociados a la redefinición de la canasta básica tributaria y a la reforma fiscal.
Por su parte, en las fuerzas que presionarían la inflación a la baja se identificaron el bajo ritmo de actividad económica, una tasa de desempleo significativamente por encima de la que sería coherente con una inflación estable; y una baja tasa de crecimiento del crédito.
Según informó la entidad, el 10 de mayo pasado, la actividad económica, medida con el indicador mensual que calcula el Banco Central, perdió, en marzo, la leve recuperación que había mostrado desde finales del año pasado.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Censos, reportó en el primer trimestre del año un desempleo del 11,3%.
“Los modelos de pronóstico de inflación del Banco Central señalan que, como consecuencia de la interacción de esas fuerzas, la inflación se mantendría en lo que resta de 2019 y en el 2020 alrededor del punto central del rango meta, establecido en 3% ± 1 punto porcentual (es decir, de 2% a 4%)”, señaló la entidad.
Además las expectativas de inflación a un año plazo se encuentran dentro de ese rango meta, sin embargo, los modelos de pronóstico sugieren que los riesgos deflacionarios que resultan del bajo ritmo de crecimiento económico actual y la alta tasa de desempleo superan a los riesgos al alza en la inflación.
“Es decir, los riesgos para el pronóstico de inflación están sesgados a la baja”, señaló la entidad.