El Banco Mundial estima que este año la economía global caerá un 5,2 %, lo cual significaría la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la primera vez, desde 1870, en que tantas economías experimentarían una disminución del producto por persona.
Así lo señaló la entidad en la edición de junio de 2020 del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco, publicado la mañana de este lunes 8 de junio.
“A raíz de las graves distorsiones a la oferta y la demanda internas, el comercio y las finanzas, se prevé que la actividad económica de las economías avanzadas se contraerá un 7 % en 2020.
"Se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se contraigan un 2,5 % este año, su primera contracción como grupo en al menos 60 años.
"La disminución prevista en los ingresos per cápita, de un 3,6 %, empujará a millones de personas a la pobreza extrema este año” indicó el Banco en un comunicado.
Para Costa Rica, la entidad mantiene su previsión de una caída en la producción de 3,3%, menor a la que prevé el Banco Central de 3,6%.
Según el Banco, los efectos están siendo particularmente profundos en los países más afectados por la pandemia y en aquellos que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento externo.
“Si bien la magnitud de las perturbaciones variará en función de la región, todos los MEED acusan vulnerabilidades que se ven agravadas por las crisis externas. Asimismo, la suspensión de las clases y las dificultades de acceso a los servicios primarios de atención de salud probablemente tengan repercusiones a largo plazo sobre el desarrollo del capital humano”, advirtió.
“Las perspectivas dan mucho qué pensar, ya que es probable que la crisis deje cicatrices difíciles de borrar y que plantee complejos desafíos mundiales”, señaló Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Grupo Banco Mundial.
“Nuestra primera prioridad es abordar la emergencia mundial en materia sanitaria y económica. Más allá de eso, la comunidad mundial debe unirse para lograr una recuperación lo más sólida posible e impedir que más personas caigan en la pobreza y el desempleo”, añadió.
Según las previsiones de referencia (según las cuales la remisión de la pandemia permitirá levantar las medidas nacionales de mitigación a mediados de año en las economías avanzadas y un poco más tarde en los MEED), el crecimiento mundial repuntaría un 4,2 % en 2021, a saber, un 3,9 % para las economías avanzadas y un 4,6 % para los MEED.
No obstante, las perspectivas son sumamente inciertas y predominan los riesgos de que la situación empeore. Por ejemplo, cabe la posibilidad de que la pandemia se prolongue por más tiempo, de que ocurran agitaciones financieras o de que se produzca un repliegue del comercio internacional y de las relaciones de suministro.
Bajo esa hipótesis, la economía mundial podría contraerse hasta en un 8% este año, para recuperarse apenas por encima de un 1 % en 2021, mientras que el producto de los MEED disminuiría casi un 5 % este año.
Se prevé que la economía de los Estados Unidos, importante socio comercial de Costa Rica, se contraerá un 6,1% este año a raíz de las perturbaciones vinculadas con las medidas para atender la emergencia sanitaria.
En cuanto a la zona del euro, se estima que el producto caerá un 9,1 % en 2020, debido a las graves repercusiones que los brotes generalizados tuvieron sobre la actividad.
Además, se prevé una retracción del 6,1 % en la economía de Japón, cuya actividad económica se ha desacelerado a raíz de las medidas de prevención.
“La recesión ocasionada por la covid-19 es singular en varios aspectos, y es probable que sea la más profunda para las economías avanzadas desde la Segunda Guerra Mundial y la primera contracción del producto en las economías emergentes y en desarrollo en, al menos, los últimos seis decenios”, dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
“No existen registros de correcciones a la baja tan súbitas y drásticas de los pronósticos de crecimiento mundial como las que se han visto en la época actual", manifestó Kose
"Si el pasado sirve como referencia, los pronósticos podrían empeorar aún más, lo que implica que los encargados de formular políticas deben prepararse para la posibilidad de tener que adoptar medidas adicionales para apoyar la actividad”, añadió.
Sobre América Latina
De acuerdo con el Banco Mundial, las condiciones económicas en América Latina y el Caribe han empeorado dramáticamente, ya que los efectos de la pandemia de covid-19 se han extendido por la región.
La fuerte caída de los precios mundiales de los productos básicos ha sido un obstáculo para gran parte de la región, especialmente para los productores de petróleo y gas.
Las condiciones financieras se han deteriorado, con grandes economías experimentando fuertes salidas de capital y primas de riesgo en los mercados de bonos soberanos más altos en la región que a principios de 2020.
La desaceleración económica en los Estados Unidos y China ha interrumpido las cadenas de suministro para México y Brasil y ha causado una fuerte caída en las exportaciones de las economías generadoras de productos básicos como Chile y Perú.
Por otra parte, la severa contracción en la economía de los Estados Unidos está afectando negativamente a Centroamérica a través de los canales comerciales y de remesas.
La caída en el turismo, de la que dependen en gran medida los países del Caribe y México, también ha tenido impactos negativos.
De acuerdo con el Banco, la respuesta de la política monetaria ha incluido la provisión de liquidez, la relajación de los requisitos de reserva para los bancos, la reducción de las tasas de interés, el establecimiento de líneas de intercambio en dólares estadounidenses, la intervención en el mercado de divisas y los programas de compra de activos.
Numerosos países han anunciado paquetes de estímulo fiscal. Estos han incluido asistencia social, apoyo a pequeñas empresas, gastos adicionales del sector de la salud, aplazamiento de plazos de impuestos y suspensión de pagos de préstamos y servicios públicos.