La sociedad costarricense cambió con los años, y la edad promedio de sus habitantes también evolucionó. Aunque la población de Costa Rica envejece, el crecimiento ocurre a ritmos distintos respecto a otras épocas, a tal punto que el país está cerca de revertir la tendencia de crecimiento poblacional, según mencionó La Nación en otra edición de La Dataserie.
Este fenómeno responde a una disminución considerable en la tasa de fecundidad, que se redujo con el tiempo. Para 2022, esta tasa se situó en 1,3 hijos por mujer, y se proyecta que en 2024 descenderá a 1,24.
En esta edición de La Dataserie, analizaremos la pirámide poblacional desde inicios de siglo XXI. La comparación se obtiene a partir de los censos nacionales de población y vivienda del año 2000 y del 2022, ambos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La pirámide poblacional es una representación gráfica de la distribución por edad y sexo de los habitantes. Normalmente, toma la forma de pirámide, ya que los grupos jóvenes suelen ser más numerosos que los mayores. Sin embargo, esto no ocurre en todos los casos, ya que en algunas poblaciones la forma puede ser rectangular o invertida.
Costa Rica envejece
Antes de revisar los datos, es relevante comprender que la comparación se basa en la cantidad de población según los grupos de edad. Mientras que en el año 2000 había 3.810.179 habitantes, para 2022 la cifra ascendió a 5.044.197 habitantes. Aun con el crecimiento, la composición de los grupos cambió. Según mostró el INEC en los resultados del censo de 2022, el gráfico muestra que, con el tiempo, Costa Rica adoptó una estructura demográfica más envejecida.
En la imagen se aprecia una comparación de la pirámide poblacional por grupos de edad, dividida entre hombres y mujeres, para dos momentos distintos: 2000 y 2022. Más adelante mostraremos cada una de estas pirámides por separado.
Así se veía la población de Costa Rica en el año 2000
Así luce la ‘pirámide’ en 2022
En el documento Panorama Demográfico 2022, el INEC destaca que la estructura pasó de ser una pirámide en 2000 a tener una forma más rectangular en 2022. Al comparar las pirámides, se nota que los mayores porcentajes de población ahora se concentran en los cohortes entre los 20 y los 39 años de edad.
Otro cambio destacable es el aumento en la población de adultos mayores. Si se observa la cúspide de la pirámide en el 2000, alrededor de 213.000 personas se ubicaban en los últimos tres cohortes, donde están los adultos de 65 años o más. Veintidós años después ese mismo grupo es de 510.437 personas.
El demógrafo Luis Rosero Bixby explicó a La Nación que el estrechamiento de la base de la pirámide se debe precisamente a la caída en la natalidad. En ese sentido, Laura Solís, investigadora del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional (UNA), explicó que los esfuerzos en salud también redujeron la mortalidad, por lo que la población cada vez envejece más.
Marco Otoya, académico del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la UNA, explicó que el país presenta un aumento significativo en la población mayor de 60 años, un fenómeno que calificó como “importante”. El censo de 2022 también revela una disminución en todos los grupos menores a 20 años, quienes constituirán la fuerza laboral de las próximas décadas.
Rosero Bixby destacó que esto puede tener algunos impactos positivos en el corto plazo. Señaló que la caída en la natalidad ha permitido en las mujeres jóvenes acceder a una mayor educación y trabajo remunerado, saliendo así de la pobreza. Añadió que para la educación pública es una oportunidad para mejorar la cobertura y calidad.
Sin embargo, en el largo plazo el efecto más importante sería más bien negativo. Este especialista indicó que el cambio pone presión a la sostenibilidad del actual estado de bienestar, especialmente en los sistemas de salud y pensiones, debido a que no habrá aportantes suficientes.
Según Otoya, la reducción en la población productiva genera “una presión financiera importante al considerar que el costo de proporcionar servicios de salud a la población mayor de edad es comparativamente más alto respecto a otros grupos poblacionales. Sus necesidades de atención, medicamentos, cuido, entre otros, son distintos y de mayor costo”, manifestó.
También prevé que este cambio afectará los ingresos fiscales, ya que la proporción de trabajadores que contribuyen al pago de impuestos, tanto por IVA como por renta, será menor.
LEA MÁS DE LA DATASERIE
Tasa de fecundidad en Costa Rica es de las menores del planeta: ¿qué significa esto para la población y la economía?
¿Cuáles bancos cerraron más sucursales luego de la pandemia? En cuatro años desaparecieron 106 agencias en Costa Rica
¿Quiénes son los campeones mundiales del turismo? México se acerca al ‘top’ 5