La competitividad en Costa Rica permanece estancada desde 2022, según el Cuarto Informe Nacional de Competitividad, presentado este 15 de noviembre por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC). Pese a la estabilidad en los resultados nacionales, en la medición cantonal del 2024, 33 territorio mostraron deterioros respecto al año pasado y solo 14 avanzaron.
Este año, el Índice de Competitividad Nacional (ICN) registró 55,7 puntos de 100 posibles, lo cual es una diferencia no significativa respecto a los 56,4 de 2023. Desde hace tres años, el índice oscila entre 55 y 56,5 puntos sin marcar una diferencia clara, según el CPC.
La organización atribuye esta estabilidad a factores evaluados en el informe, como educación, infraestructura y adopción de tecnologías, que no presentan grandes variaciones en términos nacionales.
Andrés Fernández, economista del CPC, comentó que, aunque hubo un cambio notable el año pasado en comparación con 2022, el indicador retrocedió en 2024, reafirmando el punto muerto en el que se encuentra la tendencia. Dentro de este estudio se consideran estadísticamente significativas variaciones de un punto porcentual o más, por lo que entre 2022 y 2024 el indicador se mantiene.
La comparación interanual se hace a partir de 2022 porque fue cuando el CPC empezó a implementar una metodología más estandarizada en el informe, lo que hace que el análisis temporal de los datos sea posible, según este economista.
Según Fernández, aunque el país no registró una disminución en competitividad en 2024, estuvo cerca de un deterioro, y podría enfrentar una caída estadísticamente significativa en 2025, de acuerdo con datos preliminares de la organización. El índice se mide de 0 a 100 puntos, donde los puntajes más altos indican mayor competitividad.
El índice define la competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que crean condiciones para que los actores económicos desarrollen su potencial, fomentando un ambiente adecuado para la inversión y el emprendimiento, lo cual impulsa la economía, mejora la calidad de vida y promueve la sostenibilidad.
Para calcular el ICN, se evalúan tres categorías: ambiente, capital humano y economía, divididas en seis pilares: instituciones, infraestructura, adopción de tecnologías de información, salud, habilidades y dinamismo económico. Estos pilares se miden en 29 dimensiones y, en total, el índice abarca 132 indicadores. En esta edición, la mayoría de los datos provienen de 2023.
Luis Vargas, economista del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR), explicó que el estancamiento de la competitividad no coincide con el dinamismo económico de Costa Rica, ya que la economía sí crece. Esto se debe a que el país apostó por un modelo de atracción de inversiones, que concentra el crecimiento económico en algunos cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM) dentro del Régimen de Zona Franca, que coinciden con los cantones altamente competitivos.
“Los resultados lo llevan a uno a preguntarse cuánto más podría crecer la economía del país si fuéramos más competitivos en todos los cantones. No estamos aprovechando el crecimiento de la economía porque hay cantones muy rezagados por falta de una estrategia productiva clara en ellos desde el Poder Ejecutivo”, dijo Vargas.
Retroceso en seguridad
Para la edición 2024 del informe, los indicadores de inseguridad y salud mostraron grandes variaciones entre cantones. Fernández indicó que, aunque estos rubros mejoraron en algunas zonas, empeoraron en otras. En San Mateo, por ejemplo, una baja en la esperanza de vida afectó su competitividad general.
“Llamamos la atención sobre los elevados índices de inseguridad ciudadana, una situación sin precedentes en el país, que afecta con mayor severidad las costas y las fronteras, especialmente en aquellos cantones donde el dato de homicidios ya supera la grotesca cifra de 100 asesinatos por cada 100.000 habitantes”, alerta el informe.
La entidad también destaca una creciente brecha entre cantones dentro y fuera de la GAM, lo cual reduce la competitividad nacional en conjunto.
Los resultados de 2024 sugieren que Costa Rica no está haciendo los esfuerzos necesarios para distribuir de forma más equitativa la riqueza y los factores de producción entre los territorios, según Fernández. Esto impactará en el próximo índice de competitividad global, medido por el Banco Mundial.
“Hoy los cambios estructurales no están ocurriendo, y si están ocurriendo no lo hacen con la velocidad que uno esperaría, entonces en el mediano y lago plazo es posible que la situación de competitividad del país se mantenga estancada, como lo estamos viendo hoy, o incluso que se comporte a la baja”.
— Andrés Fernández, Consejo de Promoción de la Competitividad.
Por su parte, Vargas subrayó que, de no hacer un cambio de rumbo en cuanto a la competitividad, otros países podrían superarnos en atracción de inversiones, como Colombia o México, que acumulan importantes inversiones en infraestructura, como carreteras y la red 5G.
“Si no le ponemos atención a estos resultados, y nos conformamos con este estancamiento, en el próximo quinquenio podríamos sufrir consecuencias de no ser más un país ganador en atracción de inversión”, acotó.
Más cantones retroceden
El CPC divide los cantones en cinco grupos según sus niveles de competitividad. Para entrar en el grupo de “altamente competitivo”, los cantones deben tener un rango igual o mayor a 65,1 puntos. Para ser “competitivos”, entre 65 y 60,1. En tercer lugar, están los “emergentes”, entre 60 y 55,1. Detrás se ubican los de “competitividad limitada”, con valores entre 55 y 50,1, y por debajo de 50 puntos, los “deficientes”.
Para la edición 2024, Belén (69,9), Heredia (68,3), Montes de Oca (67,8) y Cartago (65,7) son los municipios con mayores índices de competitividad tanto por sus buenos niveles en producción como en educación. Todos ellos tienen buenos indicadores en porcentaje de aprobación en pruebas estandarizadas, además de que concentran alta cantidad de zonas francas y centros de educación. Sin embargo, ninguno supera el 70, lo cual evidencia el margen que existe para mejorar, según el CPC.
En cuanto a los que ocupan peores posiciones son Guatuso (46), Los Chiles (44,1) y Talamanca (41,4), todos con niveles deficientes. El informe resalta que estos cantones arrastran varios años en las posiciones más bajas, especialmente por el bajo acceso a servicios básicos como agua potable o electricidad, salud y el acceso de estudiantes a tecnología.
Fernández explicó que, en 2024, los resultados son más negativos que positivos, ya que son más los cantones que presentan deterioros en su competitividad que los que la incrementan. En total, 14 cantones mejoraron su competitividad de forma significativa en comparación con el ICN 2023. Río Cuarto, con un aumento de 4,8 puntos porcentuales; Palmares, con 3,5 puntos y Alvarado, con 3 puntos porcentuales, son los que más ganaron competitividad en un año.
Por otro lado, 33 cantones mostraron reducciones en su competitividad superiores a un punto. San Mateo fue el que más cayó, con una reducción de 6,4 puntos, influida por una disminución en el pilar de salud debido a una caída en la esperanza de vida. Le siguen Nandayure, con 5,7 puntos, y San Pablo, con 4,7.
La mayor cantidad de deterioros por cantón provocó que en la edición de 2024 disminuyera el número de municipios altamente competitivos y aumentara el de los que están en posiciones limitadas y deficientes. En 2024, solo cuatro cantones son altamente competitivos, respecto a seis en 2023. Además, los cantones con competitividad limitada y deficiente pasaron de 20 a 23, y de 13 a 16, respectivamente, en un año.
Los cantones que más crecen lo hacen por mejoras en salud o seguridad. Esto significa que, aunque muchos mostraron caídas en sus indicadores de salud, otros mejoraron y subieron en el índice por esa razón. Por ejemplo, en Palmares, la esperanza de vida, la mortalidad infantil y el embarazo adolescente mejoraron, además de que es el cantón más seguro fuera de la GAM. También se encuentra entre los diez territorios con mayor crecimiento en comercio e industria, por lo que presentó un importante crecimiento en el índice.
Río Cuarto, por su parte, mejoró en salud y en tecnologías de la información y comunicación, específicamente en acceso a internet. También aumentó su puntaje en habilidades y competencias, debido a un incremento en el porcentaje de mayores de 25 años con secundaria terminada.
En tanto, Nandayure, aunque sigue siendo uno de los cantones más seguros, tuvo una reducción en la dimensión de seguridad en el índice 2024 que redujo su puntuación general. Además, su acceso a tecnologías de la información también retrocedió, al igual que en San Pablo de Heredia, motivos por los que ambos retrocedieron.