El sector de la construcción en Costa Rica atraviesa por una contracción de tal magnitud que ni siquiera se presentó durante la crisis del 2008 y 2009.
Este ciclo, además, es uno de los más extensos, al menos desde el 2000, pues ya lleva 18 meses acumulados seguidos hasta mayo pasado en comportamiento negativo, de acuerdo con los datos extraídos del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), que calcula el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Otros lapsos largos con depresiones en esta actividad se presentaron entre febrero del 2009 y agosto del 2011 y luego entre enero del 2013 y julio del 2014, de acuerdo con las cifras. (Vea gráfico)
Según esa medición, en diciembre del 2018 comenzó el más reciente lapso de comportamiento negativo en la actividad de la construcción. Desde ahí y hasta mayo pasado (última medición disponible del IMAE) se acumulan esos 18 meses, según la variación interanual del indicador.
El punto más bajo en este último ciclo se presentó en junio del 2019, cuando la caída interanual fue del 18,9%, revelaron las cifras. Este es el punto de mayor depresión de los últimos 20 años.
En noviembre del año pasado se recuperó ligeramente a -9,7% y en mayo pasado (último dato disponible del IMAE) se ubicó en -1,4%.
Entre agosto y setiembre del 2017, la actividad de construcción en general (privada y pública) presentó caídas interanuales ligeramente superiores al 15%, las más cercanas al punto más bajo de la actual situación.
En noviembre del 2013 se presentó una caída interanual de -13,1, siendo otra parecida a las sufridas en el presente lapso de contracciones, de acuerdo con este indicador el BCCR.
Un análisis por sectores solicitado al BCCR indica que la construcción con destino público (uno de los dos componentes del índice general) comenzó su ciclo negativo actual en marzo del 2018 y se mantiene hasta mayo 2020 (27 meses de variaciones negativas).
El otro componente, la construcción con destino privado cayó en comportamiento negativo desde abril de 2019 y terminó en abril de 2020 (13 meses de contracción). En mayo pasado, este tipo de obras pasó a resultado positivo y se ubicó en un 2% con respecto al mismo mes del 2019.
Según los analistas del BCCR, elementos puntuales han empujado a las caídas de este sector económico en este último ciclo de contracción.
En el caso de la construcción con destino público, el resultado de los últimos años se vio afectado por finalización de un proyecto de gran envergadura como la Terminal de Contenedores de Moín (efecto negativo al final de 2018 y el año 2019), y conclusión del fideicomiso de infraestructura educativa (efecto 2020).
“La conclusión e inicio de operación de un proyecto de inversión (como los indicados), es positivo para la economía. Sin embargo, al no existir nuevos proyectos de un monto de inversión similar que los remplace en periodos futuros, tiene un efecto contractivo sobre la actividad constructiva”, explicó el análisis del BCCR.
Se añade, dijo esa entidad, que hubo una menor ejecución respecto a lo programado en obras de acueductos y alcantarillado (2019 y 2020) y una reducción en el presupuesto de inversión de las instituciones públicas (2020).
Respecto al rubro con destino privado, los analistas dijeron que también hubo un efecto base, luego de que se construyera un importante centro comercial durante los años 2017 y 2018.
Se agregan las expectativas relativamente pesimistas de los agentes económicos para ejecutar nuevos proyectos de inversión, lo cual se ha manifestado en una baja demanda de crédito por parte del sector privado.
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Indicadores a la baja
Desde el punto de vista de los metros cuadrados (m²) proyectados también se revela el golpe al sector. Esta cifra mide las intenciones de construcción (sin que las obras se hayan edificado) sobre la base de los permisos tramitados ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).
FUENTE: CFIA Y CCSS || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Los datos solicitados a ese colegio indican que los permisos tramitados en el primer semestre de este año, para todo tipo de construcción cayeron un 28,6% con respecto a igual periodo del 2019. Pasaron de 4,18 millones de m² el año pasado a 3,36 millones de m² en los primeros seis meses de este año.
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El boletín de la construcción con destino privado (sin obra pública), una publicación del BCCR a abril pasado, indicó para el primer trimestre de este año la construcción no residencial disminuyó 13,6 %, por la menor edificación de plazas comerciales, edificios no residenciales y naves industriales.
Agregó que la construcción residencial presentó una reducción de 7,6% por la menor edificación de viviendas de clase media, de interés social y de edificios residenciales.
Este ciclo negativo del sector fue duramente impactado por la incertidumbre que causó la aplicación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (conocida como ley de ajuste fiscal), señaló Esteban Acón, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC).
El principal problema, explicó Acón, fue la incertidumbre acerca de cómo el Ministerio de Hacienda aplicaría el impuesto al valor agregado (IVA) a los servicios ligados, como ingeniería y arquitectura. Se estimaba que se haría de forma gradual, a partir el 4%, pero se les impuso de una vez el 13%.
Esto terminó de afectar el sector para que al primer trimestre de este año llegara a perder 28.000 empleos en comparación con el igual periodo del 2019, según la Encuesta Continua de Empleo (ECE), explicó Acón.
El sector generaba unos 150.000 empleos directos, de acuerdo con un estudio del 2018, detalló el presidente de la CCC.
Agregó que se esperaba un repunte para este 2020, luego de aclarar los cobros de impuestos con Hacienda, pero la pandemia frenó las intenciones.
La única esperanza que queda, enfatizó, es un repunte de las obras públicas, pero hasta ahora solo se está dando en carreteras. Es imperativo, consideró, que se pongan en marcha otro tipo de obras, como las del Ministerio de Educación y las de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Olman Vargas, director ejecutivo del CFIA, detalló que la forma de medición del IMAE del sector construcción por parte del BCCR, se hace a partir de encuestas de avance de obra privada (que realiza el CFIA) y obra pública.
Dado la metodología de medición, y al ser una comparación interanual -añadió-, durante la década del 2010 se ha presentado una condición cíclica, donde un año registra un aumento importante, y el siguiente año, al tener un comportamiento “normal”, no puede superar al año anterior (de nuevo, por ser un comparativo interanual).
Agregó que dentro de estos ciclos, el año 2019 fue un año bajo (pues el 2018 fue alto) y en las proyecciones del CFIA para este año, se esperaba que de nuevo tuviera una tendencia positiva.
Empero, debido al impacto de la covid-19, esta condición de recuperación no se ha presentado, dijo el director del CFIA. Por tal razón, se tiene la impresión que lleva mucho tiempo mal, cuando, realmente, el pico menor se dio en junio 2019 (dado que en julio 2018 hubo un pico positivo muy alto).