La confianza de los consumidores cayó en los últimos tres meses tanto en la percepción de su situación personal como en la de la política económica.
Así lo reflejan los resultados del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que realiza la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, con base en una encuesta periódica.
El investigador Johnny Madrigal explicó, la mañana de este miércoles 2 de setiembre, que el índice de confianza al consumidor cayó significativamente en los últimos tres meses, pues bajó de 36,6 a 28,3 puntos, en una escala de 0 a 100.
Con esta caída se retorna a un nivel similar al que tuvo el indicador en noviembre del 2018 cuando el país vivió una fuerte incertidumbre fiscal y la huelga de los educadores. A partir de ahí el índice ha subido y ha bajado.
Madrigal destacó que aunque esté subiendo y bajando se mantiene en un rango negativo y refleja el pesimismo de los consumidores.
Respecto a la situación económica personal, las personas esperan un incremento en las tasas de interés (dicho porcentaje pasó de 48% en mayo del 2020 a 54% en agosto del 2020), la expectativa por un ingreso familiar mayor bajó de 41% a 32% y la pérdida esperada en la capacidad de compra subió de 38% a 45%.
Además, los hogares están perdiendo la capacidad de realizar gastos discrecionales, que son aquellos que están por encima de las necesidades básicas; y han aumentado las expectativas sobre un incremento en el precio de los combustibles y del tipo de cambio.
Actualmente, 68,4% de los consumidores espera aumentos en el precio de los combustibles en los próximos 12 meses (un incremento de 12 puntos porcentuales respecto a mayo) y 66,6% sobre el tipo de cambio (un aumento de 17 puntos porcentuales en ese mismo periodo).
Las valoraciones para comprar carro y casa no presentaron cambios significativos respecto a tres meses atrás, pero esto se debe, según explicó Madrigal, a que ya son bastante negativas.
Un 79,2% consideran que son malos tiempos para comprar casa y un 90,4% consideran que son malos tiempos para comprar carro.
“La disminución en la confianza es generalizada, se da en todos los grupos de edad y en todos los niveles educativos y entre quienes poseen o no gastos discrecionales, más allá de las necesidades básicas”, comentó Madrigal.
En relación con la calificación de la política económica, quienes consideran que se está realizando un trabajo pobre aumentaron de 37% a 50%, y aumentó la expectativa de desempleo (de 59% a 68%) y de pobreza (de 67% a 76%) y quienes opinan que se está haciendo un trabajo bueno bajó de 23,5% a 15,9%.
“Vale mencionar que una situación diferente se registró de febrero a mayo del presente año, pues quienes calificaron positivamente la política económica aumentó de 11,0% a 23,5% (12,6 puntos porcentuales más) y quienes lo hicieron negativamente disminuyó de 60,5% a 37,1% (23,4 puntos porcentuales menos). Esto evidencia que, aunque al iniciar la pandemia se calificó más favorablemente la política económica de la actual administración, actualmente están emergiendo valoraciones más negativas”, se indica en el informe.
Estos resultados se dan a pesar de que las autoridades económicas han tomado medidas para bajar las tasas de interés, readecuar deudas, han solicitado créditos externos, lo cual ha generado un ingreso de divisas y han anunciado esfuerzos por recuperar la economía.
“Ahí tenemos otro elemento y es un problema de comunicación, en el sentido de que si estamos haciendo un esfuerzo por reactivar la economía, ¿qué tanto la gente está enterada de esos esfuerzos?, ¿qué tanta confianza tiene en que esos esfuerzos van a ser efectivos?, ¿creen en esos esfuerzos”, comentó Madrigal.
La muestra de esta encuesta fueron 701 personas de 18 años y más que usan celular y se aplicó del 5 al 20 de agosto.