El costo de los alimentos básicos se ha disparado y crece a tal ritmo que está dejando atrás el aumento en el ingreso de los trabajadores no calificados, quienes generalmente son de menores recursos y dedican una mayor parte de su gasto a comprar comida.
El costo de la canasta básica alimentaria rural, urbana y también a nivel nacional aumentó 16% entre junio del 2021 y junio del 2022, mientras que el ingreso promedio en la ocupación principal de los trabajadores no calificados subió en ese mismo periodo 7%, según una comparación que realizó el economista Ronulfo Jiménez.
Así, por ejemplo, a nivel nacional, por persona, el costo de la canasta básica era de ¢48.084 en junio del 2021 y subió hasta ¢55.988 en junio del 2022. Para una familia de cuatro personas, por ejemplo, significa que en junio del 2021 gastaba ¢192.337 en los alimentos básicos y en junio del 2022 esos mismos productos le costaron ¢223.952, un monto adicional de ¢31.616, lo cual es muy fuerte para un hogar pobre.
“El aumento de precios que ha sufrido la economía en los últimos meses se ha concentrado en dos sectores: transporte y alimentos. En el caso del sector alimentos, buena parte del incremento obedece al aumento en los precios internacionales de los cereales ocasionado por la invasión de Rusia a Ucrania y esto tiene un efecto muy fuerte sobre los grupos de menor ingreso”, explicó Jiménez.
Detalló que el quintil más bajo de ingreso (20% de los hogares con menos recursos) dedica prácticamente el 38% de su gasto en alimentos, por eso hay un efecto tan grande en los grupos pobres.
“Uno esperaría que la política pública reaccione y básicamente aquí la política óptima sería a través de transferencias para apoyar a los grupos que están sufriendo este efecto”, añadió el economista.
Los datos la canasta básica alimentaria muestran que hay productos que han subido mucho más del 16%. Por ejemplo, el costo de las grasas ha subido 43% en los últimos 12 meses; el del huevo, 29%. También presentan fuertes aumentos las bebidas no alcohólicas y las carnes de pollo y res.
Estos aumentos, a su vez, se deben en parte a un fuerte aumento de costos en los empresarios. El índice de precios al productor de la manufactura que estima el Banco Central subió 17,5% entre junio 2021 y junio 2022.
En el caso del huevo, por ejemplo, Luis Mesalles, gerente de la La Yema Dorada, explicó que en el 2021 los precios de este producto estuvieron bajos, por eso la comparación con ese año genera una variación alta y además se ha venido reduciendo la producción.
“El sector huevo, en particular, con un año de precios muy bajos, el 2021, mucha gente no pudo hacer la reposición de aves y entonces la producción ha venido bajando y con el aumento de costos que hemos tenido todavía se cree que debería subir el precio un poco más de lo que ha subido hasta ahora para poder recuperar la rentabilidad del sector y tener sostenibilidad a mediano y largo plazo, que es el objetivo de cualquier persona que invierte en un negocio”, explicó el gerente.
La canasta básica alimentaria, según define el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), es un conjunto de alimentos expresados en cantidades que permiten satisfacer, por lo menos, las necesidades de energía o calorías diarias de un individuo promedio y es la que se utiliza como referencia para medir la pobreza.
El costo de este grupo de alimentos, más un monto adicional para cubrir otras necesidades como servicios, se conoce como la línea de la pobreza y los hogares cuyos ingresos no les alcanzan para llegar a esa línea se consideran pobres. Las familias cuyos ingresos no dan ni para comprar la canasta básica son las que se ubican en extrema pobreza.
Es por eso que analistas como Andrés Fernández, economista del Consejo de Promoción de la Competitividad, estima un incremento importante en la pobreza este año, la cual se medirá con los datos de julio del 2022.
Fernández hizo una estimación de manera tal que tomó en cuenta el crecimiento de precios de la canasta básica alimentaria de julio del 2021 a mayo 2022 y mantuvo los ingresos de los hogares como estaban en julio del 2021 y eso genera que a los 383.500 hogares que ya viven en esta condición se le podrían sumar hasta unos 70.000 más este año.
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El ingreso de los hogares se está midiendo este mes con la Encuesta Nacional de Hogares, que se realiza en julio de cada año, y como ha bajado el desempleo es posible que los hogares registraran algún aumento en el ingreso; no obstante, hay señales de que sería insuficiente para cubrir el costo de la canasta, según muestran los datos de Jiménez.