La crisis económica generada por la pandemia, y atizada por la incertidumbre fiscal, llevaron a 84.000 hogares más a sumarse a la pobreza. A julio del 2020 ya son casi 420.000 hogares los que no cubren sus necesidades básicas, el 26,2% del total del país.
En personas, se trata de cerca de 1.500.000 individuos los que están atravesando penurias económicas.
Estos casi 420.000 hogares reciben menos de ¢112.266 por mes, por persona, en la zona urbana, y ¢86.439, en la zona rural.
Así lo dio a conocer, este 15 de octubre, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) al publicar los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares, realizada en julio del 2020.
La caída en la producción, estimada en 5% para este año, provocó un alto desempleo, el cual se duplicó con la pandemia (alcanzó 23,2% en el trimestre junio, julio y agosto), más los recortes de jornadas y la pérdida de puestos de trabajo, el resultado fue un golpe a los ingresos de todos los grupos de hogares.
“El ingreso promedio por hogar es de ¢891.934 mensuales, que representa una variación del -12,2% respecto al año anterior cuando se ubicó en ¢1.016.358”, explicó el INEC, en el comunicado de prensa.
El ingreso del primer quintil (20% de hogares con menos recursos) cayó 6,5% y el del quinto quintil (20% de hogares con más recursos), 11,2%.
Ayuda estatal evitó peor resultado
La ayuda estatal ayudó a amortiguar el resultado y a que la pobreza extrema no creciera tanto. En la extrema se ubican los hogares que no tienen ingresos suficientes ni siquiera para la comida básica, esa subió de 5,8% a 8,5% del total de hogares. En números absolutos son 112.987 hogares.
“Es claro que los datos se explican por empleo, por contracción de ingresos, por desempleo y desaparición de empleo informal, y se explican también por las ayudas sociales, que, de cierta forma, están conteniendo un aumento más significativo de la pobreza”, explicó Natalia Morales, investigadora del Programa Estado de La Nación.
Juan Luis Bermúdez, ministro Desarrollo Humano e Inclusión Social, destacó el esfuerzo que ha hecho el Estado para dirigir recursos a los sectores más pobres en la pandemia.
“Las transferencias que se han girado, en este marco de la emergencia, han podido contener un crecimiento mayor de la pobreza. Es así como cuatro puntos porcentuales se han evitado gracias a la labor de todos los sectores costarricenses”, dijo.
El economista e investigador de la Universidad de Costa Rica, Pablo Sauma, coincide en que los resultados no fueron peores gracias al papel desempeñado por los subsidios estatales y becas.
“Como lo señala el INEC, el monto mensual promedio recibido por los hogares, por este concepto, pasó de ¢18.473, en el 2019, a ¢46.733 este año, para un aumento de 153%. Si bien los resultados mostrados por el INEC no individualizan el Bono Proteger, el mismo explica buena parte de ese fuerte incremento, y por lo tanto, su importante papel en la mitigación del impacto de la crisis”, expresó Sauma.
“Lamentablemente ese impacto del Bono Proteger está llegando a su fin, y ante una muy débil recuperación económica —especialmente en términos de empleo—, la incidencia de la pobreza (total y extrema) necesariamente aumentará aún más”, manifestó este investigador.
Pobreza sube más en Guanacaste
Por regiones, la Chorotega, que había tenido una tendencia de reducción de la pobreza, este año es donde más aumentó al pasar de 20,3% de los hogares, en el 2019, a 31,7%, en el 2020.
“La región Chorotega presenta la mayor disminución, tanto en el ingreso total por hogar, como en el ingreso per cápita, el primer indicador decreció 20,4% respecto al año pasado (pasó de ¢863.590 en el 2019 a ¢687.012, en el 2020)”, explica el INEC, en el documento.
La segunda con el incremento más fuerte fue la región Central y le siguió la Pacífico Central, que incluye a Puntarenas.
“La incidencia de la pobreza por regiones refleja lo que se esperaba, un mayor impacto en la región Chorotega, seguida por la Central y la Pacífico Central, situación que se relaciona, principalmente, con las actividades productivas más afectadas por la crisis: comercio, restaurantes y hoteles”, comentó Sauma.
Por zona, la urbana es la más golpeada. La pobreza en la zona urbana aumentó 6,6 puntos porcentuales y llegó al 26,4%, mientras que en zona rural se ubicó en 25,5%, con un aumento de 1,3 puntos porcentuales.
“Por primera vez se cierra la brecha entre la pobreza urbana y rural que siempre había sido más alta en las rurales y se venía cerrando en los últimos años, pero en este año, en particular, el aumento que se dio en las zonas urbanas es muy significativo y eso tiene que ver con la afectación del empleo en zonas", indicó Morales.
"Esto afectó a todo el mundo, no hay sector, ni grupo que no se haya visto afectado, pero algunos tienen mayor intensidad en esa afectación, pareciera que las zonas urbanas fueron más fuertemente golpeadas”, añadió la especialista.
Ambos investigadores llamaron la atención sobre que en la región Brunca es la única que registra una disminución de la pobreza, lo cual requiere más estudio.