La pandemia llegó a Nicaragua cuando el país ya tenía dos años consecutivos de recesión debido a las manifestaciones que se desataron en el 2018 por las reformas que el Gobierno introdujo al sistema del seguro social.
Estas movilizaciones impactaron severamente a la economía del país, hasta producir una contracción económica del 3,4% en la producción en el 2018, en sentido contrario al crecimiento medio que había experimentado el país durante el período 2011-2017, calculado en un 5,2%. La situación no mejoró mucho en 2019, cuando Nicaragua registró nuevamente una contracción del 3,7%, según describe el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) en el documento: Perfiles Macrofiscales de Centroamérica 14: Nicaragua.
Este reporte sobre Nicaragua es parte de un análisis de perspectivas económicas regionales elaborado por La Nación, donde además de las proyecciones de crecimiento de cada socio regional, se revisan el comercio exterior, la inversión y los flujos de visitantes.
Para el 2020, las autoridades estiman un caída en la producción del 2%, pero la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la estimó en 4% en el documento: Balance preliminar de las economías de Centroamérica y la República Dominicana en 2020 y perspectivas para 2021.
El economista guatemalteco, Jonathan Menkos, director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales y el nicaragüense, Juan Sebastián Chamorro, coincidieron en que hay dudas sobre la calidad de la información estadística en este país, así como de la disponibilidad.
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“Nicaragua hay que analizarlo advirtiendo que son tonos grises, porque no tenemos la información completa, tampoco es un país que genere y que publique encuestas de condiciones de vida, o que permitan saber más allá del dato macro si en realidad las condiciones de bienestar y económicas están mejorando o no”, dijo Menkos.
“Este tema de las cifras oficiales la hemos venido denunciando con mucha preocupación desde hace ya varios años porque la institucionalidad pública ha dejado de publicar estadísticas económicas desde hace algún tiempo, de hecho en el 2019 y en el 2020 se extinguieron unas encuestas de seguimiento y casi todas las informaciones económicas van ahora publicadas con retraso”, añadió Chamorro.
El índice mensual de la actividad económica que publica el Banco Central de Nicaragua indica que en el 2020 hubo una desaceleración, pero no una caída; no obstante, el producto interno bruto sí muestra una caída, lo cual es una inconsistencia.
Lo que es claro, indicó Chamorro, es que el país ha tenido tres años consecutivos de retrocesos y para este 2021 las perspectivas tampoco son las mejores.
Todos los organismos internacionales estiman crecimientos muy pequeños, de 1% o menos e incluso la empresa costarricense Cefsa estima una nueva caída, cercana al 1%.
Chamorro explicó que este año es electoral (las elecciones se celebrarán en noviembre del 2021), y eso genera más incertidumbre política.
La situación se ha visto reflejada en un incremento en la pobreza que afecta a casi la mitad de la población.
“En materia social, un informe presentado por la Cepal estima que la pobreza monetaria en Nicaragua se incrementó 5,6 puntos porcentuales en 2020, pasando del 47,1% del total de la población en 2019, al 52,7% del total de la población en 2020, es decir, alrededor de 3,5 millones de nicaragüenses no disponen de los recursos para atender sus necesidades”, señala el documento de los Perfiles.