Las cuentas bancarias son instrumentos esenciales en actividades económicas de la vida cotidiana como recibir el salario, ahorrar o efectuar pagos. En Costa Rica existe la posibilidad de abrir una de ellas con solo la cédula de identidad en buen estado y un número de teléfono.
Sin embargo, aunque la pandemia impulsó el acceso a cuentas bancarias, de acuerdo con un análisis del Banco Mundial, la realidad es que no en todos los países puede ser igual de fácil el acceso al sistema financiero.
En esta entrega de La Dataserie, presentamos el ranking de los resultados de inclusión financiera en los países latinoamericanos, medidos por el Banco Mundial en la Base de datos global Findex, que recopila 300 indicadores sobre temas como propiedad de cuentas, pagos, ahorro, crédito y resiliencia financiera, en más de 180 países.
En este caso, el organismo mide la inclusión financiera como el porcentaje de personas mayores de 15 años que disponen de al menos una cuenta de fondos abierta en el sistema financiero formal.
La Nación publicó información sobre el crecimiento de la inclusión financiera en el año 2023 con base en información del Banco Central de Costa Rica (BCCR), donde el porcentaje alcanzó el 89,8% de la población mayor de 15 años. Ahí se indica que el porcentaje para el 2021 fue de 79,6%.
Antes de pasar a los datos, se señala que la información de esta entrega de La Dataserie no coincide con la del BCCR debido a la diferencia en las metodologías para recopilar la información.
El BCCR toma el total de personas mayores de 15 años con al menos una cuenta, según información proporcionada por las entidades bancarias, y lo compara respecto al total estimado de la población con información del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), mientras que el Banco Mundial hace estimaciones con base en encuestas.
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Estos son los datos del Banco Mundial
Para obtener la información, el Banco Mundial aplicó encuestas telefónicas o cara a cara a entre 1.000 y 1.007 personas, según el país. Únicamente en Jamaica la consulta se aplicó a 502 habitantes. En la mayoría de casos, la información se recopiló en el año 2021. Únicamente para México y Guatemala, la herramienta de investigación se aplicó en el 2022.
El país latinoamericano que lidera la inclusión financiera en la región es Chile, donde el 87,1% de los mayores de 15 años tienen al menos una cuenta de ahorros. Le siguen Venezuela y Brasil de forma cercana, con un 84,4% y 84% respectivamente.
El economista e investigador, Ronulfo Jiménez, explicó que los países que lideran la lista, como Chile o Brasil, presentan altos porcentajes de acceso debido a la alta oferta de servicios financieros que ahí existen, aunado a que estos se apalancan en altos niveles de conectividad y de educación financiera.
Sobre el caso de Venezuela, el organismo multilateral explica que alrededor de la mitad de los adultos tiene una cuenta para enviar o recibir algún tipo de remesa, mientras que el 70% de los dueños de cuentas bancarias la abrieron para recibir algún pago de una entidad gubernamental.
Costa Rica ocupa la posición número ocho dentro de las 19 naciones de Latinoamérica analizadas por el Banco Mundial, con el 68,5% de la población en estudio. Según los datos, el 61% de las mujeres a esa edad cuentan con una cuenta bancaria, y el 57% de las personas pobres también.
De aquellos países con los que se cuenta con información, los peor ubicados son los centroamericanos, excluyendo Costa Rica. Panamá, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua ocupan las últimas cinco posiciones, con porcentajes que van del 45% y pueden caer hasta el 25%, casi un cuarto de esa población, en el caso de Nicaragua.
Jiménez explicó que en el caso de los países centroamericanos, específicamente Nicaragua, tienen poca inclusión financiera por la baja oferta de servicios de este tipo que existen, además de los bajos niveles de desarrollo social en comparación con otros países.
El estudio señala que la pandemia impulsó la entrada al sistema bancario de muchos adultos. Sin embargo, también detecta algunas barreras, como que los servicios financieros resultan muy caros para la población, además de que los bancos generan desconfianza entre algún porcentaje de la población.