Los esposos Marcela Quesada y Víctor Lindo han sufrido, en el último año, un severo impacto en sus finanzas domésticas, debido al fuerte aumento de la cuota mensual que deben pagar por un préstamo en colones que adquirieron desde el 2016.
“Hasta el año pasado pagábamos una cuota de entre ¢850.000 y ¢940.000, que era un monto relativamente manejable para nosotros. Pero de mayo del año pasado a enero de este año, pasamos a ¢1.300.000; ahorita estamos pagando ¢1.330.000, hablamos de ¢400.000 más″, relató Quesada.
Tanto ella como su marido cuentan con ingresos mensuales estables. Sin embargo, hace siete años, decidieron transformar una deuda hipotecaria que tenían en dólares por una en moneda local con la intención de aliviar la carga financiera.
Los intereses del crédito se calculaban de forma escalonada, con la tasa básica pasiva más un porcentaje adicional que alcanzó el 5% a partir de que se cumplieron cinco años de la formalización del financiamiento en el Banco Popular, entidad con la que asumieron la operación.
Quesada indicó que aunque los ajustes en las tasas de interés de su crédito son mensuales, no han notado un descenso significativo en sus últimos pagos, aunque la tasa básica pasiva esté disminuyendo. “No nos ha rebajado nada, pagamos lo mismo, o a veces nos sube un poquito”, aseveró.
Al igual que esta pareja, los deudores en colones cumplen un año de cargar con fuertes aumentos en las cuotas de créditos ligados a tasas variables. La situación golpea sus bolsillos, aunque en las últimas semanas las tasas han comenzado a desacelerar lentamente.
A mediados de junio del 2022, la tasa activa negociada, que es un promedio de intereses de los créditos formalizados en las entidades financieras, era del 9,70%. En tanto, en la semana del 14 al 20 de junio del 2023 alcanzó el 11,84%, es decir, aumentó 2,14 puntos porcentuales en un año.
Desde octubre, ese promedio de intereses de los créditos formalizados dentro del Sistema Financiero Nacional se ha situado, con oscilaciones, en torno al 13%, a pesar de los ajustes recientes a la baja en indicadores de referencia como la Tasa de Política Monetaria y la Básica Pasiva.
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Marcela Quesada y Víctor Lindo solicitaron una readecuación de la deuda al Banco Popular desde hace seis meses debido a los fuertes aumentos, pero señalan que la entidad todavía no les ha aprobado los cambios alegando “falta de presupuesto”.
“Nuestros hijos ya están grandes, el impacto a nuestro hogar sí es significativo, hemos tenido que acomodarnos en algunas cosas, pero no me imagino una familia en nuestras condiciones, con hijos, pagando esas obligaciones.
“Esto nos permitió el poder asimilar la situación de una forma diferente, en otras condiciones probablemente hubiéramos perdido la casa”, manifestó Quesada.
En el Banco Popular indicaron que cuentan con diferentes alternativas para la normalización de operaciones crediticias que presenten algún grado de morosidad, pero que evalúan cada caso de forma individual, siendo la capacidad de pago el elemento más importante para aprobar nuevas condiciones.
Hasta marzo del 2023, había 1.378.813 operaciones de créditos en moneda nacional con tasa variable o semifija. De ellas, 758.152 ligadas a la tasa básica pasiva y otras 37.996 a la tasa de referencia interbancaria (TRI), según la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
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Por sorpresa
Danilo Montero, director ejecutivo de la Oficina del Consumidor Financiero, explicó que antes de este ciclo de aumentos en las tasas de interés, el mercado venía registrando tasas muy bajas, por lo que esta situación tomó por sorpresa a muchos deudores.
“Veníamos de un periodo de tasas muy bajas. En general, ha tomado por sorpresa aquí y en muchos otros mercados a los deudores. No hemos notado un incremento en las gestiones (en la OCF) ante los aumentos, entendemos que las entidades están haciendo arreglos con tal de que a las personas les duela lo menos posible el impacto”, comentó Montero.
En tanto, Ronald Guerrero, director de Crédito del Banco Nacional, confirmó que la entidad sí registró un aumento en la cantidad de solicitudes de clientes que han expresado alguna preocupación o problemas de capacidad de pago ante los incrementos de las cuotas.
Según Guerrero, en los últimos 18 meses han atendido más de 2.000 clientes que experimentaron aumentos de tasas de interés en sus préstamos, a quienes les brindaron reajustes de tasas, ampliaciones de plazos, entre otros cambios, para brindar estabilidad a los indicadores de morosidad.
Para hacer los cambios, el Banco Nacional valora las dificultades que enfrenta el cliente y que impactan en la generación de efectivo, el nivel de endeudamiento total respecto a sus activos, las condiciones del mercado y el perfil de riesgo del deudor, entre otros.
En el Banco de Costa Rica (BCR) reconocieron que el alza en las tasas de interés despierta en los clientes preocupación. Esa entidad valora cada caso de manera individual de acuerdo a la situación del cliente.
Por otro lado, Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC, sostuvo que han recibido un volumen bajo de peticiones de ayudas financieras, pero que mantienen una comunicación constante con sus clientes y que validan cada solicitud de forma individual para buscar la mejor solución.
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Ajuste lento
La tasa básica pasiva, que es un promedio de tasas para ahorros que se usa de referencia para créditos, se duplicó en el último año. En el último mes, ese indicador ha registrado leves ajustes a la baja, de la mano de tres disminuciones consecutivas en marzo, abril, y junio de la tasa de Política Monetaria del Banco Central.
Tales ajustes no se reflejan de forma automática en las tasas activas, que son las que finalmente evidencian el panorama de los créditos, ya que existe un rezago entre la tasa de política monetaria (TPM) y el comportamiento de las demás tasas, explicó Reinaldo Herrera, director de Finanzas del Banco Nacional.
“Cuando la TPM comenzó a subir, a finales del 2021, no fue sino hasta mediados del 2022 cuando las tasas activas comenzaron a mostrar una tendencia al alza. De modo que el efecto de ajustes de la TPM a tasas activas nunca es inmediato”, indicó Herrera.
Según el funcionario, en el rezago de los ajustes también influyen factores como el cambio de la metodología de cálculo de la TBP, que se realizó en mayo del 2022. Esto hizo que el indicador tardara en aumentar durante la etapa de ajuste al alza de tasas, lo que también provoca ahora que tarde en bajar.
Herrera explicó que en lo que va del 2023, las tasas activas promedio de los bancos públicos se han ubicado alrededor de un 10%, algunos meses por encima y otros por debajo. Añadió que esas fluctuaciones son normales y que son un reflejo del promedio de lo colocado en el mes en diversas actividades económicas que tienen diferentes niveles de riesgo.
“El valor de ese promedio se va a ver afectado dependiendo de en cuáles actividades se haya colocado más crédito. Si algo nos dice la información, es que la tendencia al alza que vimos a lo largo de casi todo el 2022 pareciera haber llegado a su fin en algún momento entre enero y abril de este año”, aseguró Herrera.
Por su parte, Amedeo Gaggion, director regional de Tesorería de Scotiabank, coincidió en que la transmisión de los ajustes en la TPM al resto del sistema financiero se realiza de forma gradual, por lo que la coyuntura actual obedece a un proceso normal.
Gaggion coincidió en que el cambio metodológico experimentado por la TBP acentúa la gradualidad con la que se transmiten los ajustes al alza o a la baja. Agregó que influyen otros factores como el dinamismo en el otorgamiento del crédito, así como los sectores a los que se les brinde y el riesgo asociado a estos.
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“En Costa Rica, no son los bancos comerciales los responsables del rezago en la transmisión de tasas. Tanto en procesos de incrementos como de reducciones hay una progresión en los ajustes que se van generando ordenadamente. Por lo que se observa actualmente no debería generar preocupación, pues en un tiempo prudente se irán viendo los cambios”, afirmó.
Para Danilo Montero, de la OCF, el panorama para lo que resta del año en lo que respecta a las tasas de interés estará muy matizado por lo que el Banco Central defina con su política monetaria. Actualmente, la TPM se encuentra en 7,50%, tras un último ajuste a la baja de 100 puntos base.
Aunque consideró que la entidad podría ser más agresiva con las bajadas en las próximas sesiones, Montero enfatizó en que no se puede perder de vista el contexto de las tasas de interés en dólares en Estados Unidos, además del comportamiento de la inflación.