El reciente episodio de alta variabilidad en el tipo de cambio del dólar fue el segundo más prolongado de los últimos 30 años en Costa Rica. Además, marcó el periodo más extenso desde la implementación del régimen de flotación administrada, en el cual el valor de la moneda extranjera respecto al colón es determinado por las fuerzas de oferta y demanda.
Dicha información proviene de una nota técnica publicada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), la cual detalla los episodios de más alta volatilidad en el tipo de cambio del dólar desde 1983, utilizando dos enfoques metodológicos: la desviación estándar y la volatilidad GARCH. Para este artículo se tomó como referencia la primera.
Según el estudio del Banco Central, durante el régimen de flotación administrada, que fue oficializado el 31 de enero del 2015, se experimentaron dos fases de aumento en la volatilidad del tipo de cambio, ambas consideradas de alto nivel.
El más reciente de estos episodios fue el segundo más largo desde 1983 en términos de duración, extendiéndose durante 251 días, desde el 26 de agosto del 2022 hasta el 3 de mayo del 2023. Este periodo solo quedó por detrás de otro, bajo el régimen de banda cambiaria, el cual duró 466 días desde el 16 de octubre del 2009 hasta el 24 de enero del 2011.
Durante estos meses recientes, el tipo de cambio estaba en un proceso de apreciación después de haber alcanzado un punto máximo cercano a los ¢700. En este periodo hubo fluctuaciones tanto hacia la apreciación como hacia la depreciación, especialmente en febrero, lo que generó un aumento en los niveles de volatilidad.
Esta fase se caracterizó por variaciones más marcadas en el precio. Por ejemplo, el 7 de febrero, la cotización alcanzó los ¢585,64. Sin embargo, al día siguiente el precio comenzó a descender para llegar a ¢560,95 el 20 de ese mes. El movimiento significó una disminución de ¢24,69 respecto a la cotización de dos semanas atrás.
El otro episodio de alta volatilidad bajo el régimen de flotación administrada fue marcado por una depreciación del colón entre el 5 de noviembre del 2018 y el 30 de enero del 2019. Este fue el periodo de volatilidad más breve identificado por el Banco Central.
De los ocho episodios de alta fluctuación identificados en las últimas tres décadas, cinco ocurrieron durante el régimen de banda cambiaria, en el cual la autoridad monetaria se comprometía a mantener el tipo de cambio dentro de ciertos límites preestablecidos.
“Se concluye que el régimen de banda cambiaria ha sido el más volátil a la fecha. Durante el periodo, se dieron la mayoría de los episodios de alta volatilidad, incluyendo al que alcanzó la mayor volatilidad y se extendió por más tiempo”, se lee en el documento.
Antes de la implementación de estos dos regímenes, el único episodio de alta volatilidad en el tipo de cambio ocurrió en 1992, cuando se liberalizó el régimen cambiario. Esto ocasionó un cambio en la tendencia: después de pequeños aumentos a inicios del año, el dólar experimentó una notable caída que duró tres meses, seguida por un período de incrementos.
En 1992, Costa Rica decidió flexibilizar su sistema cambiario como parte de un grupo de reformas que impulsó el entonces presidente del BCCR, Jorge Guardia, y se adoptó un sistema de flotación dirigida durante un tiempo.
¿Por qué fue extenso?
Juan Pablo Arias, economista de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), explicó que fueron varios los factores estructurales y coyunturales que permitieron que hubiese una mayor volatilidad en los meses pasados y que esta perdurara por más tiempo respecto a otras situaciones de inestabilidad en el precio de la moneda.
Entre los factores estructurales, Arias mencionó la transferencia del riesgo cambiario del Banco Central al mercado mediante intervenciones menos frecuentes en el mercado de divisas. También destacó la mejora en las finanzas públicas y el atractivo de la región latinoamericana para las inversiones.
Arias agregó que la llegada de inversiones a largo plazo y la apertura al flujo de capitales en Costa Rica influyeron en la volatilidad. Entre los factores coyunturales, señaló la inflación en 2022. El incremento en los precios forzó el aumento en la tasa de política monetaria, esto repercutió en el valor de los instrumentos financieros.
Luis Alvarado, analista económico y bursátil de Acobo Puesto de Bolsa, agregó que la extensión del episodio de volatilidad por más de 250 días también se debe asociar con la cantidad de dólares que ingresaron al mercado. En particular, durante los últimos meses la abundancia de dólares ha sido marcado en comparación con los registros del año pasado.
Alvarado aseguró que el Banco Central tiene herramientas para afrontar futuras variaciones en el tipo de cambio, pero subrayó que su intervención se limita a reducir la volatilidad “excesiva” a corto plazo, sin modificar la tendencia a mediano plazo del dólar.
Impacto a empresas
Los vaivenes del dólar tienen un impacto importante a nivel local, pues muchas empresas y personas utilizan la moneda de Estados Unidos en sus transacciones del día a día, desde la compra de materias primas, el pago de créditos, y la venta de sus productos.
Manuel Morales, presidente de la Cámara de Exportadores de Café y empresario del sector agroindustrial, manifestó que la volatilidad impacta en la planificación operativa de las compañías exportadoras de café, pues estas reciben dólares por sus ventas y tienen sus gastos principalmente en colones.
“El impacto se siente. Ahorita estoy haciendo presupuestos anuales que debo presentar a la casa matriz, y no sé qué tipo de cambio poner, ni cómo dolarizar ese presupuesto. Hay demasiada incertidumbre y cuesta planificar”, afirmó Morales.
El impacto también se traslada a los productores de café a nivel nacional, principalmente a los pequeños, porque reciben menos colones por su café. Morales estima que para la cosecha 2022-23 los productores recibieron unos ¢30.000 menos por fanega, mientras que otros actores de la cadena de producción han tenido que ser más eficientes en sus gastos.
Sergio Capón, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica y parte de la empresa Impresora Delta (importadora), manifestó que el principal impacto de este comportamiento del tipo de cambio es la incertidumbre, tanto para compañías exportadoras como importadoras.
Capón añadió que esto afecta principalmente a los exportadores y productores locales, porque les resta competitividad, pero destacó que la incertidumbre también impacta a los importadores en cuanto al manejo de sus inventarios y la fijación de precios de cara al consumidor.
El empresario afirmó que los importadores, por temor a un comportamiento inestable en el dólar, pueden ralentizar una eventual reducción en los precios de sus productos. “Con la volatilidad del dólar, lo que sucede es que muchos de los importadores probablemente no se atreven a bajar mucho sus precios. Es muy difícil aventurarse a bajarlos con una inestabilidad así”, agregó.
Comparación internacional
En términos de comparación internacional, según la nota técnica del Banco Central, la volatilidad del colón en los últimos 30 años no ha sido generalmente alta en comparación con otras monedas. Solamente dos de los ocho periodos identificados fueron catalogados como de alta volatilidad en relación con otras naciones.
Estos fueron el episodio del 16 de octubre del 2009 al 24 de enero del 2011, y el inicio de la flotación de facto, desde el 24 de febrero del 2014 al 10 de junio del 2014. Durante los otros seis episodios identificados, incluido el más reciente, la volatilidad del colón se mantuvo mayoritariamente en el grupo de monedas con volatilidad media o baja.
Basado en la metodología de la desviación estándar, la volatilidad del colón ha sido mayoritariamente baja o media baja durante un 84 % de los últimos 30 años. Esto significa que la mayoría del tiempo hubo monedas más inestables que el colón.