La economía nacional mostró leves matices de recuperación a octubre de este año, pero todavía está lejos de los niveles previos al impacto de la pandemia.
Por ello, 13 de las 15 industrias que conforman la economía costarricense decrecieron en octubre del 2020 con respecto a un año atrás.
Los datos de desprenden del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) publicado la mañana de este sábado 12 de diciembre por el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
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La actividad económica registró en octubre una caída de 6,6% con respecto al mismo mes en 2019, mientras que la desaceleración fue de 8,8 puntos porcentuales en la comparación interanual.
En el indicador acumulado (de enero a octubre del 2020), la producción nacional registró una contracción del 5,1%.
En el reporte emitido por el BCCR, destacan que si se mide el comportamiento de la economía por la variación trimestral anualizada (ajustada por estacionalidad), el IMAE alcanzó en octubre un nivel de 9,1%.
“Esto quiere decir que, en los tres meses a octubre, el nivel de producción fue más de 9% superior al de los tres meses inmediatos anteriores”, señala el informe.
La variación trimestral anualizada del IMAE alcanzó su mayor caída en mayo con un nivel del 28,7%, desde entonces muestra una recuperación con tasas positivas. El repunte es apalancado por la mejora en los flujos de comercio exterior y la reapertura económica.
Golpe por industrias
Las restricciones de movilidad y las medidas de mitigación contra la covid-19 provocaron una contracción en todas las actividades económicas desde marzo.
Para octubre solamente dos industrias muestran pequeñas tasas de crecimiento: información y telecomunicaciones (1,2%) y actividades profesionales, científicas, técnicas y administración (0,6%).
Todas las demás actividades siguen con cifras negativas; aunque, dentro del adverso panorama, empiezan a reflejar luces de una lenta recuperación.
Las actividades ligadas al turismo como hoteles y restaurantes registraron una variación interanual del -53,2%, esa tasa es menor al -58% promedio que prevaleció para el sector durante el segundo y tercer trimestre del 2020.
Una situación similar sucede en transporte y almacenamiento que a octubre mostró una contracción del 24,3%, cifra que resulta mucho menor al promedio de -30,7% que mantuvo durante el tercer trimestre.
“La reapertura de la economía local e internacional repercutió de manera favorable (aunque con distinta magnitud) en la evolución de la manufactura, los servicios de hoteles y restaurantes, transporte y almacenamiento y los empresariales”, señala el reporte del Central.
La manufactura pasó de una caída promedio de 3,3% en el segundo trimestre del año, a una contracción de 0,4% en octubre. Esta situación se debe al repunte en la exportación de implementos médicos y dentales por parte de las empresas del régimen de zonas francas.
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En octubre también se reportó una pequeña tasa de crecimiento de los servicios empresariales, luego de cinco meses de caídas en la producción. Esto se explica por la evolución de las exportaciones de las compañías en régimen especial que ofrecen productos vinculados a cadenas globales de valor.
“Es posible afirmar que el levantamiento de las restricciones locales debido a la estabilidad en las condiciones sanitarias ha influido positivamente en el buen desempeño de las empresas vinculadas a cadenas globales de valor, las cuales a su vez contribuyen al proceso de recuperación de la economía nacional”, apunta el BCCR en su informe.
El agro decreció 2,9%, la mayor reducción desde marzo del 2009. Este comportamiento obedece a la menor producción de piña, banano, raíces y tubérculos; por la suspensión de actividades de cosecha y empaque como consecuencia de las manifestaciones y bloqueos en las carreteras que tuvieron lugar durante las primeras dos semanas de octubre.
Según el Central, también afectó la disminución en la producción de arroz por el impacto de fenómenos climatológicos que redujeron el rendimiento por hectárea sembrada.
En manufactura, la caída se debe a un menor procesamiento de alimentos como café, pollo, carnes, arroz, leche y a la merma en la fabricación de materiales de construcción. Sin embargo, esta industria logró compensar con el crecimiento de las empresas de zona franca, sobre todo las de implementos médicos.
Construcción tuvo una disminución del 15,7% con respecto a octubre del 2019, por la caída en las obras con destino público y privado.
Para el sector comercio la reducción en la actividad económica fue del 13,9%, en este caso se explica por la menor venta de materiales de construcción, automóviles y productos químicos. Eso sí, se mantiene una demanda positiva de bienes de consumo masivo como alimentos y productos farmacéuticos.
En tanto los servicios disminuyeron 8% en la comparación interanual debido a que se produjo menos en alojamiento, restaurantes, transportes, educación y salud privada.
El aumento en la demanda de los servicios de telefonía móvil e internet impulsó un repunte de actividades ligadas a la información y la comunicación.
“Los servicios de mensajería continúan con un crecimiento cercano al 45% desde que inició la pandemia”, agrega el Central.
Impulso de zonas francas
Nuevamente se evidencia la brecha en el comportamiento entre el régimen especial (zonas francas) y el régimen definitivo (todas las demás empresas que producen mayormente para consumo local).
Mientras que las compañías en zonas francas consolidan un proceso de recuperación con un crecimiento del 6,4%, las del régimen definitivo decrecieron 8,8%.
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El despertar de los regímenes especiales se ve apalancado por la mayor producción de manufactura (implementos médicos y dentales) y la ampliación de la oferta exportable de servicios con actividades administrativas e investigación científica.
Cabe destacar que la contracción del resto de las empresas nacionales que se enfocan en el mercado doméstico está ligado a la menor demanda interna en servicios de hoteles, restaurantes, transporte, almacenamiento, construcción y comercio.