El petróleo cayó el martes, dominado por un clima de ansiedad sobre la posibilidad de una recesión global y su impacto en el mercado del crudo.
El precio del Brent del Mar del Norte para entrega en setiembre cayó 7,10%, a $99,49, mientras que el barril de West Texas Intermediate (WTI), referencia del crudo estadounidense con vencimiento en agosto, perdió 7,92%, para ubicarse en $95,84.
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La caída del Brent por debajo de la barrera psicológica de los $100 se produjo poco después de que el euro bajara hasta la paridad con el dólar estadounidense por primera vez en casi 20 años, mientras que Rusia cortó el suministro de gas a Europa. “El petróleo está en caída libre”, pues se hunde “a medida que se deterioran las perspectivas de crecimiento” y aumentan las preocupaciones sobre la demanda, afirmó Craig Erlam, analista de Oanda.
“En Occidente, la combinación de los altos precios de la energía y el aumento de las tasas de interés está alimentando los temores de una recesión que tendría un fuerte impacto” en el mercado del crudo, manifestó por su parte Carsten Fritsch, de Commerzbank. A ello se suma una nueva ola de restricciones sanitarias en China que preocupa a los inversores.
“Hay una desaceleración en la demanda del mayor importador de crudo del mundo y temores sobre qué revelarán las cifras de crecimiento del segundo trimestre del viernes”, estimó Victoria Scholar, analista de Interactive Investor. China “está sacrificando una vez más su economía en pos de objetivos draconianos de salud pública”, agregó.
Demanda sí, demanda no
La baja del euro “genera preocupaciones de que Europa está en las puertas de una recesión y de que van a tener que subir las tasas de interés, lo que podría frenar la demanda de petróleo”, apuntó Andy Lipow, de Lipow Oil Associates. Para Matt Smith, de Kpler, la subida de la divisa estadounidense genera “la preocupación de que el crudo se está volviendo demasiado caro para cualquier otra moneda que no sea el dólar”.
Sin embargo, los analistas advierten que las reservas mundiales de petróleo permanecen bajas respecto a los estándares históricos, lo que significa que el mercado podría tener dificultades para satisfacer la demanda si hay una interrupción del suministro.
Andy Lipow señaló que los operadores pasaron por alto el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que espera que la demanda de petróleo siga creciendo en el 2023, pero a un ritmo más lento. La agencia de información energética de Estados Unidos hizo la misma previsión y anunció un aumento del consumo de 2 millones de barriles diarios el próximo año, frente a los 2,2 de este año.
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La demanda en el 2023 debería estar respaldada por un “desempeño económico aún sólido de los principales países consumidores, así como una mejora en la situación geopolítica y la gestión del covid-19 en China”, estimó la OPEP. El informe indica que “el mercado sigue siendo extremadamente tenso”, destacó Erlam, especialmente porque persisten las preocupaciones sobre el suministro, en particular con las sanciones al petróleo ruso.
El otro elemento ignorado por los traders fueron los comentarios del director de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), Fatih Birol, para quien “el mundo nunca ha conocido una crisis energética de tal profundidad y complejidad”. “Puede que aún no hayamos visto lo peor”, añadió durante una intervención en Sídney (Australia).