La ocupación laboral en Costa Rica sigue por debajo de los niveles de la prepandemia; sin embargo, la situación varía mucho entre los diversos sectores productivos. Mientras algunas actividades como el comercio, la manufactura, las comunicaciones y los hogares como empleadores se recuperaron completa o casi completamente de caídas muy pronunciadas, otros como la construcción, las actividades relacionados con el turismo y las actividades profesionales y administrativas han logrado repuntes menores.
Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de los resultados de la más reciente Encuesta Continua de Empleo (ECE), desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), con datos al tercer trimestre del 2021. El Instituto define la ocupación como la fuerza de trabajo que participó en la producción de bienes y servicios económicos (trabajaron) por lo menos una hora en la semana de referencia.
En términos generales, la población ocupada fue de 2.093.648 personas para el tercer trimestre 2021, lo que significa un aumento de 248.000 trabajadores en comparación con los meses de julio, agosto y setiembre del 2020, cuando se contabilizaron 1.846.000, en total. Sin embargo, a pesar de la mejora, la cifra sigue por debajo casi 69.000 trabajadores respecto al tercer trimestre del 2019 (prepandemia), cuando se registraron 2.162.613.
En cuanto a la tasa de ocupación (relaciona la población ocupada entre la población en edad de trabajar), el indicador fue de 51,6% en el tercer trimestre del 2021, mejor que el 46,1% del mismo periodo del 2020, pero más bajo que el 54,7% del tercer trimestre del 2019.
Ahora bien, si se analizan los cambios nominales en la cantidad de ocupados para estos tres trimestres, se observan resultados muy variados por tipo de actividad.
Todavía son menos puestos
En el tercer trimestre de 2020, uno de los momentos más agudos para las cifras de desempleo por la pandemia, la cantidad de personas ocupadas se redujo hasta en un estimado de 316.500 personas (en comparación con el mismo período de 2019, en la prepandemia).
Ahora –en el tercer trimestre de 2021– esa brecha se redujo a 69.000 personas, según las estimaciones de la ECE.
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Los sectores en que más cayó la ocupación, durante 2020, fueron el comercio y los hogares como empleadores. En ellos, las personas ocupadas disminuyeron en más de 55.000 unidades, cada uno.
Sin embargo, en sector comercial la recuperación hasta el tercer trimestre de este año ha sido total y más bien generó empleo para unas 11.400 personas adicionales, en la comparación con 2019. Por su parte, el sector de la comunicación y otros servicios (que también incluye actividades informáticas, inmobiliarias, artísticas, de entretenimiento, recreativas y similares) hizo lo propio con unas 27.800 unidades
En los hogares como empleadores recobraron una gran mayoría de los puestos perdidos, pero todavía existe una brecha de 4.600 personas.
Otras actividades que han tenido una recuperación total, en comparación con el 2019, son las manufacturas y la intermediación financiera y seguros. El primero recuperó 36.500 personas ocupadas; mientras que en el segundo fueron 9.100 personas.
Pese a estos números positivos, la recuperación de 2021 ha sido insuficiente para diversos sectores. Entre ellos están la construcción, el transporte y el almacenamiento, los hoteles y restaurantes, las actividades profesionales, las actividades administrativas, la enseñanza y la salud, y la agricultura.
Estos grupos todavía registran unas 107.000 personas con trabajo menos que en 2019, según la comparación de los terceros trimestres actual y de entonces.
Este número es el que provoca que, en general, persistan 69.000 personas ocupadas menos que en la prepandemia. Es así porque revierte el impacto que ha tenido para la generación de empleo que haya más personas ocupadas en el comercio y las comunicaciones.
Explicaciones
Los datos de ocupación evidencian una mayor generación de empleos en sectores en recuperación de contratación, afectados de forma directa o indirecta por la covid-19.
María Luz Sanarrusia, coordinadora de la ECE, señaló por ejemplo que el sector de la comunicación incluye servicios informáticos y de atención digital, los cuales han crecido de manera importante ante las necesidades originadas por el teletrabajo y el distanciamiento físico.
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También, agregó, es presumible que el comercio empleara a más personas para elevar sus ventas y que personas de otras actividades más golpeadas se desplazaran a este campo.
“¿Dónde pueden accesar las personas que no tienen un nivel educativo universitario o alto? El comercio es una de ellas. El comercio es intensivo en mano de obra porque cualquier negocio o actividad generará empleo o autogenera empleo, en casos como ventas de comida, por poner un ejemplo”, subrayó Sanarrusia.
En cuanto a los sectores que siguen más deprimidos, las razones se explican principalmente por efectos que persisten de la pandemia.
Por ejemplo, la hotelería y los restaurantes aún registran unas 11.600 personas ocupadas menos que en el tercer trimestre de 2019, y el transporte y el almacenamiento, otras 19.400.
Estos números son comprensibles si se toma en cuenta que las actividades turísticas y de comercio internacional no se han terminado de recuperar por factores internos (como las restricciones sanitarias) o externos (como una menor movilidad internacional y los problemas en el tráfico de mercancías).
La construcción también cuenta con 26.000 personas ocupadas menos que en 2019 por un menor dinamismo.
Las actividades profesionales también mantienen una disminución de 17.500 personas empleadas; lo cual podría deberse a una mayor cautela de las empresas para contratar servicios especiales, comentó Sanarrusia.
Asimismo, la administración pública mantiene unas 11.400 personas ocupadas menos y el sector de enseñanza y salud, otras 7.200. Estos números que podrían relacionarse, según la especialista, con las restricciones estatales para cubrir plazas vacantes y con la disminución de necesidades de acceder a contrataciones temporales.
“No solo se perdió empleo en sí mismo, sino que no se generó. Por ejemplo, no hubo contrataciones nuevas en educación y este era un sector que al menos contrataba personas cuando alguien se incapacitaba. No se generaron empleos ocasionales”, comentó la especialista del INEC.
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Una de las actividades que sufrió un menor impacto de la pandemia fue la agricultura. Sanarrusia señaló que este sector enfrenta impactos mayores en otros indicadores como el subempleo (trabajo indeseado de jornadas más cortas) y que su actividad se moldea más por las condiciones productivas de cada cosecha.
En su más reciente Informe de Política Monetaria, publicado en octubre, el Banco Central (BCCR) señaló que la mayoría de actividades económicas ya sobrepasaron sus niveles de actividad de 2019; sin embargo, el empleo va un poco más atrasado, en consonancia con la dinámica de otras partes del mundo.
“Este es un fenómeno que se ha repetido en muchos países. Ante la incertidumbre generada por la crisis sanitaria, algunas empresas han sido cautas en recuperar sus niveles de empleo prepandemia y han ajustado su actividad a formas de producción menos intensivas”, se lee en el documento.
A esto se deben sumar las restricciones sanitarias que todavía pesan sobre algunos sectores; así como el cambio en el comportamiento de los consumidores y problemas estructurales para la contratación formal en Costa Rica.
Impacto mayor en menos calificados
La reducción de personas ocupadas se concentra en personas con una calificación media. El número de ocupados de ese grupo se redujo en unas 167.500 personas, al tercer trimestre de 2020, y la brecha se mantiene en 78.500 hasta este año.
“(Ellos) tienen alguna experiencia en su empleo; pero los profesionales sufrieron menos. El sector privado se adaptó al teletrabajo y fue una buena respuesta”, puntualizó Sanarrusia.
En cuanto a la informalidad, la proporción poco a poco va regresando al de la prepandemia. El empleo formal llegó a representar el 60,2% en el segundo trimestre de 2022, ante una mayor caída de empleos informales; pero a partir del tercer trimestre de ese año se ha mantenido por encima del 55% (al tercer trimestre de 2019 era 53,7%).
La recuperación de trabajadores informales podría atarse, según el Banco Central, a que estos se relacionan a algunas de las actividades como el turismo, el comercio, la construcción y las actividades de entretenimiento, en las que persisten problemas para una recuperación completa.