El ingreso por las exportaciones de productos a América Central muestra una notable recuperación en los primeros meses de este 2021, con un aumento del 25% entre enero y mayo, luego de los problemas durante todo el año pasado, cuando cayeron 6%.
Este repunte se produce pese a que algunos de los obstáculos persisten, como el cierre de la frontera de Panamá a productos de origen animal, a algunas frutas y otros bienes de Costa Rica. Esta situación se mantiene desde el 1.° de julio del 2020.
De acuerdo con el informe de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer), el ingreso por vender productos al Istmo alcanzó $1.128 millones en el acumulado entre enero y mayo, mientras que en igual periodo del 2020 ascendió a $902 millones, lo cual implica $226 millones adicionales en cinco meses.
Al analizar la situación por países, el comportamiento es muy positivo para todos, incluido Panamá y pese a que en los primeros cinco meses del 2020 todavía no estaba el bloqueo del ingreso a algunos productos.
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En el 2020, eso sí, las colocaciones de bienes en la región se vieron afectadas en la primera parte del año por bloqueos fronterizos, tanto en Peñas Blancas como en Paso Canoas.
El 30 de abril del año pasado, los transportistas cerraron el tránsito de carga por Peñas Blancas, frontera norte, en protesta por las medidas que tomó Costa Rica para controlar la expansión del nuevo coronavirus, entre ellas, limitar la estadía en territorio nacional a un máximo de 72 horas y el control sanitario de ingreso.
Luego, el 18 de mayo, el gobierno nicaragüense ordenó un nuevo cierre, en atención a las protestas de los transportistas. Este segundo bloqueo se mantuvo hasta el 30 de mayo del 2020.
El ministro de Comercio Exterior, Andrés Valenciano, resaltó que el crecimiento de este 2021 en las ventas a América Central está por encima del promedio de los últimos cinco años.
“Indistintamente del año de comparación, entonces, son muy buenas noticias para Costa Rica”, señaló el jerarca.
Efectivamente, las cifras del portal de estadísticas de Procomer indican que en cinco meses del 2019 se exportaron $995 millones a América Central y en el 2018, en ese periodo, fueron $1.047 millones. Esas cifras son inferiores a las de este 2021, pese al buen resultado del 2018, cuando se alcanzó un pico.
El Ministro recordó que la región es de gran importancia para las pequeñas y medianas empresas (pymes) de Costa Rica. El año pasado registraron ventas al Istmo un total de 1.173 empresas y en lo que va de este 2021 lo han hecho 1.137 compañías, detalló, por su lado, el gerente general de Procomer, Pedro Beirute.
El número de firmas en cualquier otra región no llega a las 1.000 empresas.
Además de ser el tercer socio comercial, después de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), Costa Rica exporta más del doble de lo que importa de la región, agregó Valenciano.
Factores
El mejoramiento de las economías regionales, en especial Panamá, y con ello el incremento de la capacidad de compras internas, es el principal factor de esta recuperación, consideraron Valenciano y Beirute.
Las exportaciones costarricenses subieron a todos los países, pese a que la recuperación económica es más fuerte en Guatemala y Panamá que en El Salvador, Honduras y Nicaragua.
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Aparte de la gran cantidad de pymes presentes en las ventas a la región, la diversidad de productos enviados es también notable, resaltó Beirute.
Otro aspecto relevante al considerar la importancia de la región es el muy buen balance de las colocaciones, lo que permite no tener dependencia notoria en un mercado, como sucede con otras regiones, y ser menos vulnerables a situaciones políticas o económicas de algún país.
Guatemala representa 25% de las compras, Nicaragua, 22%; Panamá, 21%; Honduras, 17% y el Salvador, 15%.
Para el caso específico de este 2021, entre los productos que permiten esta recuperación del ingreso por exportaciones al Istmo están los del sector de alimentos, particularmente bebidas preparadas, gaseosas, concentrados y salsas tipo ketchup, estas últimas con especial incidencia en Panamá y Nicaragua.
Los productos eléctricos y electrónicos, como cables, y los de metalmecánica, como barras de acero, tubos y otros que entran dentro del rubro de materiales de construcción, impulsan también el repunte de las colocaciones a la región.
“No es por un país o un producto, sino que hay un desempeño general favorable, y no responde tampoco a que venimos de un año histórico con pandemia, pues se compara un periodo donde hubo tres meses sin pandemia y dos con la emergencia”, señaló Beirute al defender el desempeño.
Aunque en muchos casos el futuro de este repunte depende del comportamiento interno de las economías de los países compradores en el Istmo, el ministro Valenciano augura que se mantenga el crecimiento.
Eso porque, dijo, es notoria la recuperación regional, aunque el crecimiento no sea extraordinario, y el buen comportamiento de sectores como la construcción, que arrastra a varios de las actividades más dinámicas.
Pese a no tener un estudio específico del tema, Valenciano consideró que el incremento de las exportaciones a América Central dinamiza el empleo, en especial por la cantidad de empresas beneficiadas y los encadenamientos que generan.
Aparte de eso, la generación de divisas y de confianza (elemento intangible) son factores de gran relevancia, según Beirute.