Las exportaciones de bienes y servicios cerraron el año pasado como uno de los motores que impulsaron la actividad económica de Costa Rica. Para el 2023 se prevé que mantengan el liderazgo, pero las empresas afrontarán un entorno, interno e internacional, con mayores desafíos a raíz de la desaceleración global, la baja en el precio del dólar y la oleada de despidos de multinacionales tecnológicas.
Al cierre del 2022, las ventas de bienes al extranjero tuvieron un crecimiento del 13%, frente al mismo periodo del 2021. Entre tanto, las de servicios se incrementaron en un 33% en el acumulado al tercer trimestre del año anterior, versus mismo periodo del año previo. Tal resultado es la muestra de que el comercio exterior es “el motor de la economía” sostuvo, el gerente general de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer), Pedro Beirute.
Su apreciación es justificable porque, hasta noviembre pasado, el crecimiento del 3,2% en la producción nacional fue impulsado, en su mayoría, por la manufactura de implemento médicos, junto con los servicios profesionales y de desarrollo informático, destinados principalmente al mercado externo, según el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
A pesar de ese incremento, el sector exportador ya vislumbra ciertos retos del panorama económico nacional e internacional que le empiezan a afectar.
En primer lugar, algunas empresas de servicios en el país, con sedes centrales en Estados Unidos, presentaron afectaciones por un recorte en planilla, lo que ya impactó empleos en Costa Rica.
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Según Beirute, lo que viven algunas de las empresas que exportan servicios desde Costa Rica son ciclos normales de expansión y contracción, luego de la gran ampliación que tuvieron durante pandemia. Esto, sin embargo, ha tenido impacto en los planes que tienen estas multinacionales en el país.
A pesar de eso, destacó que las razones son exógenas a Costa Rica, y no se relacionan con la capacidad de ejecución, el talento humano, los incentivos y la competitividad del país.
Adicionalmente, la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) indicó que la caída en el precio del dólar provoca una pérdida de competitividad en los mercados externos, una reducción de márgenes de ganancia y, por lo tanto, una dificultad de afrontar sus obligaciones en moneda local.
Pedro Beirute explicó que este año comenzó con cierto nivel de incertidumbre, pues se mantiene la guerra en Ucrania. Además, existe temor por una eventual contracción de la economía mundial, hay un reacomodo de las cadenas de valor, las tasas de interés en varios países siguen altas y en Costa Rica se adiciona el riesgo por el tipo de cambio.
El 23 de enero, el precio promedio del dólar en el mercado Monex siguió su tendencia a la baja y alcanzó los ¢566,11. Ante la preocupación que varios sectores habían externado por la caída del tipo de cambio, el presidente del Banco Central explicó que esto se debe a una menor demanda y una mayor oferta de la moneda.
Tras la presión de varios sectores sobre el Banco Central, su presidente, Róger Madrigal, defendió la actuación de la entidad ante la caída del tipo de cambio, y explicó que la institución ha comprado gran cantidad de divisas para evitar que su precio caiga aún más.
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Daniel Ortiz, economista y director de la firma Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa) explicó a La Nación que la caída en el tipo de cambio podría afectar al sector exportador, debido a la intensa competencia que tiene Costa Rica con varios países vecinos en el objetivo de atraer inversión extranjera.
El economista explicó que el país debe cuidar varios factores para mantener la atracción de empresas ante la fuerte competencia que ha causado el mismo nearshoring en la región, pues opinó que muchas empresas internacionales que exportan bienes y servicios desde Costa Rica podrían considerar irse del país, si sus costos siguen incrementándose debido a la apreciación del colón.
El nearshoring es una tendencia global que favorece la reubicación de operaciones cerca de la sede central de compañías multinacionales, en especial estadounidenses.
No obstante, el economista Vidal Villalobos, asesor del Grupo Prival, no cree que las empresas ya instaladas en el país decidan mover sus operaciones a otras naciones de la noche a la mañana, pues usualmente la decisión de dónde se instalarán toma muchos años.
A pesar de eso, mencionó que sí existe un riesgo de que se reduzcan el los niveles de producción, lo que incide en el volumen de exportación y la capacidad de empleo de estos sectores.
Ante la incertidumbre en algunos aspectos de la economía, Beirute reconoció que Costa Rica debe seguir compitiendo con otras herramientas que la han caracterizado internacionalmente además de su ubicación geográfica, como su recurso humano, incentivos fiscales y su marca país.
El jerarca de Procomer argumentó que el sector exportador ha demostrado adaptarse a las circunstancias, pero que no se puede confiar, pues una pérdida en los niveles de competitividad pasaría la factura en las empresas, sobre todo en las pequeñas y medianas.
Exportaciones crecieron
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Al cierre del 2022, las exportaciones de bienes ascendieron a $12. 111 millones, es decir, un 13% más, comparado con los $10.745 millones del 2021, según Procomer. Las exportaciones únicamente del sector de dispositivos médicos representaron el 38% del total de la demanda externa.
Además, este sector creció a un mayor ritmo, pues tuvo un incremento del 17% más en comparación con las cifras del 2021, sin considerar los meses de abril, mayo y junio por el ataque que sufrió el Ministerio de Hacienda.
Durante ese periodo, las exportaciones de equipos de precisión y médico generaron $4.569 millones en ventas, principalmente destinadas a Estados Unidos, Países Bajos, Bélgica y Japón.
Por otro lado, las exportaciones de servicios fueron de $8.790 millones acumuladas al tercer trimestre del 2022, lo cual significó un alza del 33% frente a los $6.595 millones del 2021, al mismo periodo, según datos de la Promotora de Comercio Exterior. El turismo, los servicios de tecnologías de la información y comunicación, y los de transformación fueron los más dinámicos.
Vidal Villalobos explicó que tanto la venta de los implementos médicos como la exportación de servicios profesionales e informáticos han aumentado gracias al nearshoring y al friendshoring, modelos que se intensificaron a partir de la pandemia.
Según explicó, la cercanía geográfica con Estados Unidos, el compartir el huso horario, la estabilidad democrática y la calidad de la mano de obra costarricense hacen que el país sea una opción llamativa para que cada vez más empresas se acerquen, sobre todo al régimen de zonas francas, que ofrece beneficios tributarios a estas compañías.
Previsiones para 2023
El gerente general de Procomer mencionó que espera que el crecimiento de las exportaciones de servicios sea un poco menor y se modere durante este 2023, pero también prevé que los crecimientos sigan siendo de al menos dos dígitos.
Para las ventas de bienes, Beirute también espera que el aumento sea menor al presentado durante 2022, y proyecta que sean de un único dígito.
Pedro Beirute afirmó que, a pesar de las crisis que viven varias empresas con sedes en otros países y que ya afectan al país , Costa Rica seguirá siendo competitiva en las exportaciones de servicios y de implementos médicos, y defendió que el mundo seguirá demandando capacidades relacionadas con la tecnología y a la industria 4.0.
Para el sector de servicios, espera que una vez que pase este ciclo de reducción de algunas empresas tecnológicas, estas retomen un ciclo expansivo, en el que se recuperen las posiciones que se están perdiendo actualmente.