La inflación de Costa Rica medida por la variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC) fue negativa en junio, cuando registró -1,04%.
Con este resultado, el indicador cumple dos meses consecutivos por debajo del rango meta establecido por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), de entre 2% y 4%.
En la variación interanual se mide el resultado de cada mes con respecto al mismo mes del año anterior. Ahora bien, en junio el IPC también mostró una caída de 0,16 puntos porcentuales (p. p.) en comparación con mayo anterior (0,88%), de acuerdo con los resultados publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), este viernes 7 de julio.
La cifra más reciente muestra que la inflación sigue cediendo desde agosto del año pasado, cuando alcanzó una variación interanual máxima de 12,13%.
Desde mayo pasado, el Banco Central había anticipado que la inflación podría caer en terreno negativo este año, según sus proyecciones. Esto como consecuencia del “efecto base”, al comparar una inflación muy alta (como la de 2022), con una muy baja como la que se ha presentado este año. Otros economistas también señalan factores domésticos.
“¿Qué es lo que ocurre? Tuvimos una inflación muy alta de febrero a agosto del 2022 (...), como la comparación es interanual, tenemos efectos en nuestra base de cálculo (...). Entonces, cuando comparamos una alta inflación, como en el 2022, con una inflación baja, en este año, se presenta esta situación”, comentó Róger Madrigal, presidente de la entidad, el pasado 3 de mayo.
Pese a esto, tanto la variación mensual, como la acumulada (de todos los meses del 2023), han sido negativas y mantienen esa tendencia desde febrero anterior. Para junio, el indicador que mide la variación mes a mes fue de -0,16%, mientras que el acumulado alcanzó -1,52%.
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Nelson Castillo, coordinador de la Unidad de Índice de Precios del INEC, aseguró que la inflación acumulada para junio del 2023 fue la variación negativa más alta para un primer semestre desde 1976. En el caso de la variación interanual, es la primera ocasión que cae en terreno negativo desde agosto del 2020.
De acuerdo con el INEC, de los 289 bienes y servicios que integran el índice, 42% bajaron de precio, 40% aumentaron y un 18% no presentaron variación. Las divisiones de consumo que tuvieron un mayor efecto en la variación mensual del IPC (junio respecto a mayo) fueron alimentos y bebidas no alcohólicas, e Información y comunicación.
Por su parte, Castillo explicó que la baja en el índice para junio responde a disminuciones de precios de artículos como la telefonía móvil, el aceite, tomate, y el diésel. Por otro lado, los que más subieron fueron la gasolina, la papa, y los paquetes turísticos al extranjero.
¿Por qué es negativa?
Rodrigo Cubero, economista y expresidente del Banco Central, explicó que aunque la inflación sea alta un año, esto no implica que al año siguiente esta sea baja o negativa, porque el “efecto base” no se produce de manera automática, sino que se genera cuando hay choques temporales en los precios, que eventualmente se reversan.
“En el caso de Costa Rica, ha habido efectos base por dos razones fundamentales. La primera es porque los precios de las materias primas que importamos alcanzaron niveles inusualmente altos hacia mayo del 2022 y desde entonces han venido cayendo. Entonces hay una reversión, que genera efectos interanuales negativos”, comentó Cubero.
El expresidente del Banco Central también afirmó que otro proceso que produjo un “efecto base” en Costa Rica es el de la apreciación del tipo de cambio en el segundo semestre del 2022. Aunque añadió que esto no explica por completo por qué el país tiene una inflación negativa.
“En particular, algo que nos da una luz o una pista de por qué tenemos una inflación negativa es que las tasas de variación mensual en los últimos meses, y la acumulada del 2023 también es negativa. Entonces esto desmiente que sea solamente por efectos base”, aseguró Cubero.
En síntesis, para el economista son tres los factores que explican este comportamiento: el efecto base por la reversión de los precios de las materias primas importadas, el efecto base por la reversión en la depreciación del tipo de cambio de la primera mitad del 2022, y un fenómeno doméstico que es el estancamiento de la economía local.
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“No tenemos una manifestación de sobrecalentamiento de la economía doméstica, no hay presiones sobre los salarios, hemos tenido caídas importantes en el número de personas empleadas desde octubre, y eso consecuentemente implica que el consumo de los hogares ha estado deprimido porque hay menos fuentes de ingresos”, explicó Cubero.
Por otro lado, Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis y miembro de la Academia de Centroamérica, explicó que este panorama en el que las tres mediciones (interanual, mensual y acumulada) son negativas también refleja la política monetaria “súper restrictiva” que aplicó el Banco Central para combatir la inflación.
Zúñiga añadió que los costos de la política monetaria restrictiva han provocado afectación en empresas y familias, por lo que los costos para el país han sido elevados. Además, agregó que las altas tasas de interés incentivaron la inversión en colones, lo que apreció la moneda nacional.
La entidad monetaria ajustó, el 14 de junio pasado, su tasa de política monetaria para llevarla al 7,00%, luego de subirla de 0,75% hasta 9,00% entre diciembre del 2021 y octubre del 2022. Este es el instrumento que utiliza el Banco Central para combatir la inflación, pues encarece el crédito y desalienta el consumo.
¿Qué pasa si persiste en el tiempo?
Cuando una economía tiene una inflación negativa que persiste en el tiempo, lo que se conoce como deflación, es vista como un fenómeno perjudicial, debido a que los agentes económicos empiezan a esperar que los precios bajen hacia el futuro, lo que representa un incentivo para posponer las decisiones de compra o inversión.
Según Cubero, ese comportamiento genera un impacto en la demanda agregada, pues las decisiones se posponen. “Eso hace que se caiga en una espiral deflacionaria, donde los precios siguen cayendo como consecuencia de que las personas y empresas postergan sus decisiones de compra o inversión”, resaltó.
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Otra razón por la que este fenómeno es perjudicial en el largo plazo es que cuando las tasas de variación de los precios son negativas, las cuotas de los créditos se encarecen en términos reales, debido a que estos están fijados en valores nominales.
El expresidente del Banco Central destacó que, cuando la inflación se aleja (hacia la baja) de la meta definida por la entidad monetaria y que además entra en terreno negativo, la política monetaria debería moverse en una dirección que sea menos restrictiva, o al menos, neutral.
En tanto, Zúñiga coincidió en que debe continuarse la reducción en la tasa de política monetaria, y que, al menos, debería de disminuirse en 100 puntos base, incluso antes de la reunión del próxima 26 de julio, donde se tomará una nueva decisión.