La inflación, medida por la variación interanual del índice de precios al consumidor, alcanzó un máximo de 12,13% en agosto, luego bajó a 10,37% a setiembre y en octubre fue de 8,99%, según informó la mañana de este 7 de noviembre el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Solo en octubre respecto a setiembre el indicador bajó 0,76%. Es el segundo mes consecutivo que el indicador retrocede. El acumulado del año fue de 7,58%.
De los 289 bienes y servicios que integran el índice, 29% disminuyeron de precio en octubre respecto a setiembre, 60% aumentaron de precio y 11% no presentaron variación.
Los bienes y servicios que mostraron mayor efecto negativo en la variación mensual del índice (por su disminución y por la importancia en el presupuesto de los hogares) fueron: gasolina, electricidad y telefonía móvil. Por otra parte, la papa, el alquiler de vivienda y suministro de agua figuraron entre los principales con mayor efecto positivo en la variación mensual del índice.
De las trece divisiones que componen el índice, cinco presentaron disminuciones en sus precios en octubre respecto a setiembre: recreación, deporte y cultura, servicios financieros y seguros, información y comunicación, alquiler y servicios de vivienda y transporte.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas, el rubro de gasto más importante para los hogares más pobres, aumentó 1,01% en octubre respecto a setiembre.
“Esto debería de ser un aviso para el Banco Central en el sentido de que se le está yendo la mano en el aumento de la tasa de interés de política monetaria”.
— Ronulfo Jiménez, economista.
Nelson Murillo, coordinador de la Unidad de Índices de Precios, comentó que la baja en el precio del dólar (se redujo 1,5% en octubre) influye en la reducción de los precios de algunos productos en ese mes.
Daniel Ortiz, director de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), añadió otros elementos que también influyen como la reducción en los precios de los combustibles, la cual ha ayudado a revertir la tendencia desde setiembre y la reducción en algunos precios como alquileres, transportes e inclusive servicios de información y comunicaciones.
“Uno esperaría que ya el escenario donde se veía una inflación de dos dígitos hacia final de año no se materialice. Es posible que la inflación al cierre de 2022 ronde entre el 8%-9%, en ausencia de complicaciones externas o, nuevamente, un repunte en los precios de las materias primas”, expresó Ortiz.
Para el economista Ronulfo Jiménez es una buena noticia la reducción de la inflación en el mes de octubre y es el resultado de la reducción de los precios de las materias primas importadas. Entre mayo y octubre de este año el precio de las materias primas que Costa Rica compra en el extranjero bajó 25% y esto está llegando al consumidor con cierto retraso.
¿Qué implica?
La desaceleración de la inflación viene ser un alivio para los hogares que han lidiado con fuertes aumentos de precios este año, aunque todavía sigue siendo alta. El 9% de crecimiento interanual en el indicador implica que por cada ¢100.000 que se gastaban hace un año ahora se requieren ¢109.000 para comprar lo mismo.
“Yo creo que ajustes posteriores en la tasa de política monetaria pueden generar todavía más presiones en algunas operaciones que se han visto afectadas por el incremento en las tasas”.
— Daniel Ortiz, economista Cefsa
La otra implicación es que esta desaceleración es lo que busca el Banco Central con su política de alza en tasas de interés. El objetivo de la autoridad monetaria es que la inflación retorne a la meta del 3% y por ello ha subido su tasa de referencia de 0,75%, en diciembre pasado, a 9% actualmente.
El Banco utiliza como principal instrumento las expectativas de inflación que se miden según encuesta y según mercado (por las operaciones en el mercado financiero).
Ortiz indicó que las expectativas de inflación a 12 meses también se están reduciendo. Han pasado de un máximo de 10%, en agosto, a 7,5% en la última medición de la encuesta que realiza el Banco Central, lo que señala ya alcanzó un techo este año.
Dados estos resultados surge la pregunta de si el Banco Central debería seguir subiendo las tasas de interés para contener la inflación.
“Esto debería de ser un aviso para el Banco Central en el sentido de que se le está yendo la mano en el aumento de la tasa de interés de política monetaria. Al menos, el Banco Central debería de abstenerse de hacer más incrementos en la tasa de política monetaria para el resto del año”, consideró Jiménez.
Para Ortiz, el Banco Central ha sido enfático en que si bien las expectativas comienzan a reducirse, siguen siendo casi el doble del rango meta establecido, entonces todavía están lejos de lo que quisiera.
“Yo creo que ajustes posteriores en la tasa de política monetaria pueden generar todavía más presiones en algunas operaciones que se han visto afectadas por el incremento en las tasas. Hay personas que hoy se enfrentan a una tasa básica pasiva el doble de alta respecto a la que tenían en enero”, añadió Ortiz.