Washington. La inflación en Estados Unidos volvió a aumentar en junio tras mantenerse estable en mayo, según el índice PCE, usado como referencia la Fed (banco central) y publicado este viernes por el departamento de Comercio.
Los precios subieron un 1,0% desde mayo y 6,8% desde junio del 2021, impulsados por la energía y los alimentos. Excluyendo los precios de la energía y los alimentos, que aumentaron considerablemente desde el comienzo de la guerra en Ucrania, la inflación subyacente también se aceleró, 0,6 % en un mes y 4,8 % en un año.
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El otro indicador de inflación, el índice CPI, publicado por el Departamento del Trabajo y utilizado en particular para el cálculo de las pensiones, mostró un aumento de precios del 9,1% interanual en junio. El gasto de los hogares, por su parte, aumentó con fuerza en junio, un 1,1%, impulsado por la energía, la vivienda y la salud.
El ingreso de los hogares se mantuvo estable respecto a mayo (+0,6%), reflejando principalmente, según el Departamento de Comercio, “los incrementos de salarios”, en particular dentro de las empresas privadas, y “los ingresos de los propietarios”, al dispararse los alquileres desde el inicio de la crisis de la covid-19.
La tasa de ahorro sobre los ingresos disponibles siguió descendiendo hasta el 5,1%. Se había disparado durante la pandemia a causa del menor gasto en viajes o restaurantes, así como de las ayudas gubernamentales, alcanzando en abril de 2020 el nivel sin precedentes del 33,8%.
Estos ahorros ayudaron a sostener el consumo, pero los gastos derivados de las interrupciones relacionadas con el suministro aumentaron la inflación, lo que provocó el “sobrecalentamiento” de la economía.
La economía estadounidense, sin embargo, comenzó a desacelerarse, un requisito previo para que los precios dejen de subir. El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos volvió a contraerse en el segundo trimestre, un 0,9% en proyección anual, tras caer ya un 1,6% en el primer trimestre.
Ahora se debate si la definición “clásica” de recesión —dos trimestres consecutivos de caída del PIB— debe aplicarse en este caso a Estados Unidos, porque la tasa de desempleo, en particular, es muy baja, según la administración de Joe Biden y muchos economistas.