La inflación en Estados Unidos experimentó un aumento en julio, marcando la primera subida en más de un año. Este incremento fue impulsado principalmente por los precios de la vivienda, según el informe del Índice de Precios al Consumo (IPC) publicado por el Departamento del Trabajo este jueves.
La tasa de inflación interanual para julio se ubicó en un 3,2%, en comparación con el 3,0% del mes anterior. Los analistas habían anticipado un crecimiento ligeramente mayor, alrededor del 3,3%, según el consenso de Market Watch.
En el mismo periodo, los costos de los alimentos aumentaron un 4,9%, mientras que los precios de la energía disminuyeron un 12,5%. La tasa de inflación subyacente, que excluye la volatilidad en los precios de alimentos y energía, alcanzó un 4,7%, reduciéndose en una décima en comparación con junio.
El reporte de julio del IPC es el primero de dos informes sobre la evolución de la inflación que se conocerán antes de la próxima reunión de la Reserva Federal (Fed, banco central), programada para los días 19 y 20 de septiembre.
Desde principios del año pasado, la Fed ha incrementado rápidamente las tasas de interés de referencia con el objetivo de controlar la demanda y la inflación.
De acuerdo con CME Group, se espera que el banco central estadounidense mantenga las tasas de interés sin cambios dentro del rango actual del 5,25% al 5,50% en la reunión de septiembre, después de una subida de 525 puntos básicos desde marzo de 2022.
En julio, las tasas alcanzaron su nivel más elevado desde 2001.
La Fed anunció que seguirá de cerca la evolución de la inflación para fijar su política respecto a las tasas, buscando un equilibrio entre el control de los precios y el objetivo de evitar una recesión.
El sector de la vivienda fue, con gran diferencia, el mayor impulsor del aumento de precios en julio, contribuyendo en más del 90% del incremento total. Le siguen en importancia los seguros de vehículos motorizados.
Enfriamiento del mercado laboral
En otro ámbito, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó este jueves que las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo alcanzaron las 248.000 la semana pasada, marcando un máximo desde principios de julio.
Esto ocurrió después de un aumento semanal de 21.000 solicitudes de ayuda. Además, hacia finales de julio, el número de personas recibiendo algún tipo de subsidio por desempleo disminuyó semanalmente en 8.000 beneficiarios.
La semana pasada, el Departamento de Trabajo reportó que la economía estadounidense generó 187.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas en julio.
Aunque esta cifra fue ligeramente superior a los 185.000 empleos nuevos creados en junio, quedó por debajo de las expectativas del consenso del mercado, que estimaba la creación de alrededor de 200.000 nuevos empleos. Aun así, la tasa de desempleo disminuyó una décima, situándose en el 3,5%.
De este modo, a pesar de que el mercado laboral estadounidense encadena 31 meses consecutivos generando empleo, el dato del mes de julio confirmó el debilitamiento del ritmo de creación de nuevos puestos y sugiere que el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal comienza a hacer efecto también en las contrataciones.