La inflación interanual de Costa Rica acumuló en octubre cinco meses consecutivos de registrar valores negativos. El indicador, medido por la variación del índice de precios al consumidor (IPC) cerró en -1,28% en los 12 meses que concluyeron el mes pasado, según información del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La deflación general (inflación negativa) tiene implicaciones en las decisiones de los hogares y las empresas. En el corto plazo, puede estimular la toma de decisiones en consumo, pero si el fenómeno se extiende el efecto sería el contrario y tendría un efecto adverso en el crédito, por ejemplo, según economistas consultados por La Nación.
La variación negativa del IPC tiene su explicación en la influencia de dos razones. En primer lugar, existe un efecto base en el indicador debido a que el año pasado hubo una inflación alta como resultado del aumento en los precios de materias primas, pero la reversión en esos costos está provocando efectos interanuales negativos.
El otro elemento, destacó el economista Daniel Ortiz, son los precios de bienes y servicios en dólares pues por la baja en el precio del dólar los costos se abaratan en colones. A finales de octubre del año pasado, el precio promedio del dólar en el Monex estaba en ¢620 y este jueves 16 de noviembre cerró en ¢534,95.
Ortiz explicó que el fenómeno tiene un efecto en el consumo de bienes duraderos (vehículos, maquinaria o vivienda) los cuales, al tercer trimestre de este año, crecieron el 8,1% de forma interanual. Sin embargo, añadió, estos bienes no necesariamente los adquieren los hogares de bajos ingresos.
En contraste, los bienes no duraderos, principalmente alimentos, tuvieron un incremento del 2% entre julio y setiembre pasado, respecto al mismo periodo del 2022, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Este especialista manifestó que el movimiento actual de la inflación debe verse con cuidado, pues algunos de los precios en bienes y servicios son en dólares, como el de los tiquetes aéreos, y bajan al colonizarlos; pero no necesariamente todos los costarricenses los consumen.
Aunque en el corto plazo, la variación negativa del IPC puede generar algunos beneficios, de mantenerse en el tiempo la deflación se considera perjudicial porque las empresas y las familias retrasan sus compras a la espera de que los precios bajen más, destacó William Porras, economista de Ecoanálisis.
Este especialista agregó que, otro de los riesgos, es la influencia en las tasas de interés y su efecto en el crédito. Cuando las tasas de variación de los precios son negativas por largo tiempo, las cuotas de los préstamos se encarecen en términos reales, debido a que estos están fijados en valores nominales.
Por otra parte, Juan Robalino, director del Instituto en Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, explicó que la reducción en la tasa de política monetaria (TPM), por parte del BCCR, permitiría incentivar la inversión y reduciría la presión en el crecimiento de los precios.
¿Deflación mucho tiempo?
La previsión del Banco Central es que la inflación vuelva a terreno positivo en diciembre próximo, e ingrese al rango meta a partir del segundo trimestre del 2024, según el Informe de Política Monetaria.
“La inflación general en términos mensuales ya es positiva y se deja atrás la deflación. Va a empezar a crecer e ingresará al rango de tolerancia (de 2% a 4%) en el segundo trimestre del 2024. Crecerá y se mantendrá en la meta del 3% o un poquito más del 3%, para el tercer trimestre del 2025″, dijo Róger Madrigal, presidente del BCCR, el pasado 1. ° de noviembre.
El jerarca mencionó, como riesgo a dicha proyección, el posible efecto en el costo de las materias primas de los conflictos bélicos internacionales como la guerra entre Israel y Hamás; y la de Rusia con Ucrania.
Para el economista Daniel Ortiz, el efecto inflacionario tendrá la influencia futura del lado de los precios regulados (combustible, electricidad, agua potable), en especial porque el Instituto Costarricense de Electricidad solicitó un aumento en el costo de la luz.
Ortiz mencionó también el precio del barril del petróleo, cuyo costo actual ronda los $80, pero en semanas anteriores se previó que podría llegar nuevamente a los $100.
Entre los bienes que registraron alzas en los precios en octubre respecto a setiembre están la gasolina y el diésel, con incrementos del 5% y 11,3%, respectivamente, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De hecho, la variación de precios de los bienes y servicios regulados, entre los cuales se incluyen los combustibles, fue del -1,83% en su variación interanual de octubre. Sin embargo, la tendencia es de acercarse a valores positivos pues, en agosto pasado, estaba en el -12,4%, según datos del Banco Central.
Mientras, que los precios no regulados tienen cuatro meses con variaciones negativas interanuales, y en octubre reportaron un -1,17%.