Con la pandemia muchas fábricas se frenaron y la oferta de bienes cayó, también la demanda, pero conforme la vacunación avanza y las economías se recuperan las personas compran más. Sin embargo, a las empresas les llevará tiempo volver a aumentar su producción.
Lo anterior provocó incrementos en los precios de muchos productos: autos, chips, petróleo, hierro, madera, alimentos como maíz y trigo, entre otros, cuyos efectos ya se sienten en Costa Rica.
Sumado a esto, los países aplicaron políticas monetarias y fiscales expansivas, esto significa que aumentaron la cantidad de ayudas y de dinero entre las personas para animar de nuevo a la economía.
La combinación de todo lo anterior se refleja en el incremento en la inflación de varios países, y entre ellos está Costa Rica, donde el indicador también ha empezado a repuntar.
En Estados Unidos (nuestro principal socio comercial), la inflación se disparó en los últimos meses, y el índice de precios al consumidor subió 5,4% desde junio del 2020, la cifra más alta en 12 meses desde agosto del 2008.
Los precios al por mayor también aumentaron, con el índice de precios al productor ubicado en 7,3% en los 12 meses terminados en junio, el más alto desde que el Departamento de Trabajo comenzó a medirlo en noviembre del 2010, según datos publicados la semana pasada por la agencia AFP.
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El lunes 19 de julio, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que los aumentos de precios en Estados Unidos son “previsibles” y “temporales”, en respuesta a los temores a un empuje inflacionario en el país.
En la zona euro, la inflación general ya tocó el 2%, marcando máximos desde octubre del 2018 y el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ajustó su objetivo de inflación en el 2% a mediano plazo, respecto a la definición anterior que delimita estabilidad de precios, pero por debajo del 2%.
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Todo esto impacta a Costa Rica por dos vías: por un lado aumentan los precios de productos y servicios que el país exporta, como café y chips, y por otro, los costarricenses empiezan a pagar más caro por los bienes y servicios que importa.
Según un nuevo índice que comenzó a publicar el Banco Central de Costa Rica (índice de precios internacionales de algunas materias primas importadas), los precios de las que importa Costa Rica alcanzaron, en mayo del 2021, el valor más alto en ocho años. En los últimos meses los valores casi se han duplicado en comparación con los meses de mayor impacto de la pandemia.
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¿Transitorio o permanente?
¿Será la inflación tras la pandemia un fenómeno transitorio o llegó para quedarse? Es una de las principales discusiones en el mundo.
Dos economistas costarricenses consultados, Rodrigo Bolaños, expresidente del Banco Central y Luis Liberman, exvicepresidente de la República, coinciden en que será temporal, eso sí, advirtió Liberman, temporal puede ser varios meses y, aclaró Bolaños, los riesgos de que traspase la frontera de lo transitorio están muy presentes.
También se consultó al presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, y se espera respuesta.
“En mi opinión es más un fenómeno transitorio ligado a las fuertes expansiones fiscales y monetarias para sacar a las economías de los efectos negativos de la pandemia y los aumentos en precios de commodities, una vez que la vacunación ha avanzado bastante en esos y otros países”, indicó Bolaños.
Sin embargo, advirtió Bolaños, los riesgos de que se vaya más allá de lo temporal están muy presentes, si las expansiones fiscales y las políticas monetarias acomodaticias no se retiran a tiempo por temor a volver a frenar las economías.
En Estados Unidos, añadió el economista, la presión para mantener las políticas económicas expansivas seguramente vendría de las elecciones de medio periodo.
En mi opinión es más un fenómeno transitorio ligado a las fuertes expansiones fiscales y monetarias para sacar a las economías de los efectos negativos de la pandemia y los aumentos en precios de commodities, una vez que la vacunación ha avanzado bastante en esos y otros países. Sin embargo, los riesgos de que se vaya más allá de lo temporal están muy presentes.
— Rodrigo Bolaños, expresidente del Banco Central.
“Así que será necesario estar atento al manejo fiscal y monetario en el 2022, es decir si se va a tratar de seguir con programas muy expansivos de gasto federal como los de 2021 o se van a empezar a frenar gradualmente”, comentó.
Lo primero, explicó, podría mantener las presiones inflacionarias y lo segundo, las reduciría. Consideró que tanto el Tesoro de Estados Unidos como la Reserva Federal (banco central de ese país) están en buenas manos y eso ayuda a pensar que son fenómenos transitorios. Pero aún así los riesgos existen.
Para Liberman, del lado de la producción es de esperar que se vaya estabilizando.
“¿Qué es lo que va a pasar? Si yo soy un productor de petróleo y los precios se fueron para arriba, pues vamos a aumentar la producción, particularmente en Estados Unidos y los que no son miembros de OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), pero esto se demora un rato para que tenga un efecto en el precio de ese bien”, comentó Liberman.
Citó el caso de que la madera en Estados Unidos, muy demanda para construir viviendas, subió casi 100% porque los aserraderos habían despedido a los trabajadores, pero un par de meses después, cuando arrancó de nuevo la producción, bajó 40%.
Comentó que parte importante del aumento en la inflación en Estados Unidos es el alza en el precio de los carros usados, casi una tercera parte, porque la producción de carros nuevos está lenta por cuellos de botella en chips, en metales, plásticos, lo cual hace que las personas que necesitan un auto, busquen uno usado.
“Yo que creo que sí, se va a ir estabilizando (la inflación), ahora, una vez que se vayan normalizando las cadenas de valor, la pregunta es si la gran acumulación de efectivo, de dinero que los bancos centrales han puesto a disposición de las economías, si eso va a tener un efecto permanente y yo creo que ahí sí los bancos centrales actuarían muy rápidamente recogiendo la liquidez”, comentó Liberman.
El economista indicó que si bien el incremento en la inflación sería temporal algunos estudios indican que podría tardarse un año o año y medio para que se normalice la situación.
Si se convirtiera en un fenómeno permanente, el componente importado de la inflación subiría y posiblemente presione todos los precios a una mayor alza, explicó Bolaños.
“Sin embargo, lo más peligroso sería que en los Estados Unidos, en algún momento, se diera un frenazo para bajar la inflación con una subida en las tasas de interés que no solo desacelere crecimiento de esa economía y de nuestras exportaciones sino que se revierten las entradas de capital a nuestros países, que presionen no solo nuestras tasas de interés, sino el tipo de cambio y disminuya más nuestro crecimiento económico”, aseveró el expresidente del emisor.